¿La verdad?

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El día que más temía había llegado...

El día en que debía decirle la verdad a Roderick, no puedo evitarlo de solo verle sé que le confesaré todo, no podía aguantarme, no más y él no merecía una falsa más.

Sé que había dicho que no le diría hasta que pudiera hacer una prueba de paternidad al bebé pero para eso faltaba mucho y sabia en mi fuero interno que no podría mantener esa mentira de tres a cuatro meses, admito que era descarada pero tan descarada no.

Moriría lentamente en mi miseria cerebral además Roderick no lo merecía y siendo honesta ni Stefan ni yo.

Sabía que cuando se lo contase estallaría la tercera guerra mundial, pero fue mi error serle infiel y debía pagar por ello.

Veía el reloj y escuchaba su característico tic tac, estaba ansiosa y nerviosa, Camile llevó a Liam a la parte más alejada de la casa, si bien me apoyaba en todo tenía sus dudas acerca de sincerarme pero también entendió que era lo mejor.

Y de un minuto a otro cruzó por aquella puerta el hombre con la sonrisa más radiante que había visto, cargando varias bolsas de regalo, ayudado por Miller el chofer.

Le sonreí a puertas abiertas, creo que falsamente ya que tenía el corazón hecho mierda.

̶ ¿Dónde está mi abrazo de bienvenida?. - Preguntó mientras extendía sus brazos hacia mí.

Miller se alejó y fui directo a abrazarle, los Abrazos de Roderick eran siempre bien recibidos, me llenaban de calma, y una paz que era simplemente sobrecogedora.

̶ Te extrañe tanto...

̶ Y yo a ti... . -Dije como un susurro.

Se alejó para darme un beso, pero lo esquivé, provocando confusión en su semblante.

̶ ¿Sucede algo?. - Indagó atrapando mi rostro entre sus manos escudriñando la más mínima señal.

̶ Nada... es solo que... yo...

̶ ¿Estás bien?. - Preguntó preocupado, No sabía por dónde empezar las palabras no me salían y lo cierto es que debía comenzar por lo más básico, Mis ojos amenazaron con desalojar lagrimas estaban llorosos al punto de rebosar.

̶ Estoy embarazada... . - Solté sin más, a punto de colapsar.

̶ ¡Embarazada!. - Chilló dibujándose ilusión y una sorpresa única en su expresión.. - Un hijo... Nuestro hijo... . - Dijo haciéndome volar en vueltas y vueltas, que me hicieron llorar, le sonreía pero no era yo, no me sentía dueña de mi.

Me depositó en el suelo y me lleno de besos.

̶ ¿Qué te pasa? ¿No estás feliz?... - Indagó preocupado.

No pude contenerme y me fui al llanto cual magdalena.

̶ Zamira por lo que más quieras di algo... es un bebé... un bebé de los dos... no es el fin del mundo... ¿Acaso no era lo que querías?.

̶ No es eso... estoy feliz... Por Dios... es solo que... e... es....

̶ ¿Es que Zamira?. - Quería que la tierra me tragara y me escupiera en un planeta ajeno, incluso en el mismo infierno si fuera necesario.

¿Gigolo?Onde histórias criam vida. Descubra agora