CAPÍTULO 23-. TRISTE DESPEDIDA.
Madre e hijo tuvieron que despedir al patriarca solos, ya que todos los familiares cercanos vivían en el país natal. Bone no pudo ir desde el principio con ellos, porque no podía dejar las clases sin cubrir. Gracias a Them que hizo todo lo que pudo para librar el horario de Bone y permitió que este fuera lo más rápido posible.
Hiro como primogénito fue el encargado de organizar todo tras el traslado de su padre a su pueblo natal. La familia siguió las tradiciones, el padre fue vestido con su yukata tradicional. Bone llegó ese mismo día por la noche y veló con Hiro al difunto en silencio. Algunos amigos y compañeros de su padre vinieron a presentar sus condolencias a la familia. El segundo día fue el funeral, el mismo Hiro fue el encargado de escribir el nuevo nombre dado a su padre por el monje en Kanji. Como marca la tradición lo hizo ante la atenta mirada de Bone y su madre. Madre e hijo después dieron su último adiós al hombre y padre antes de llevarlo al crematorio.
Bone siempre acompañó a los dos un paso por detrás, con la cabeza agachada mostrando su mayor respeto. El evento siguió la tradición nipona y los restos fueron llevados en dos urnas a la casa familiar. El hombre deseaba que si moría parte de ellas fueran llevadas a Japón a la tumba familiar mientras los otros restos fueran velados en casa y después llevados con los otros a su país junto con los de su mujer cuando llegase su momento. Asique Hiro quiso complacer la última voluntad de su padre.
MAMÁ-. Cariño...
HIRO-. Mamá dejaré mi trabajo y me vendré aquí contigo...
MAMÁ-. Bone, por favor intenta convencerlo. Siempre deseó ser profesor de universidad.
HIRO-. ¡MAMÁ...!
MAMÁ-. No, tu padre no quería esto. Antes de ir al hospital me lo avisó. Aparte ya está todo hablado, yo viviré aquí por ahora. Tú prima Nari va a venirse a vivir conmigo un tiempo. Luego venderé esta casa y volveré a Nagasaki, con mis hermanos a la casa familiar.
HIRO-. ¿Por qué vender la casa...?
MAMÁ-. Hiro así tendrás un futuro y nada que te ate a esta tierra. Podrás volar tan alto como quieras. Eso es el último deseo de tu padre que seas feliz.
HIRO-. Pero si tú y creciste en esta casa, los abuelos te la dieron a ti antes de volver a Japón.
MAMÁ-. Exacto me la dieron y como es mía decidiré lo que es mejor para mí. Viviré un tiempo aquí y cuando sienta que ya no necesito estar aquí, volveré con tu padre a Japón como habíamos pensado hacer. Tus tíos recibirán parte de sus cenizas y las llevarán a la tumba familiar de Kioto y el resto se enterrarán conmigo en Nagasaki llegado mi momento. Tú debes hacer tú vida, tienes un brillante futuro delante de ti y a alguien que te acompañe, no necesitas una madre que te lastre.
El joven agacha la cabeza inclinándose hasta el suelo en modo de aceptación y reverencia a su madre que aún abraza la urna de su esposo. Bone también hace el mismo gesto.
Aunque madre e hijo no han tenido tiempo de hablar la matriarca sabe muy bien que es lo que el corazón de su pequeño alberga. Y aunque el amor de su madre es tan grande que sería capaz de dejar de lado su propio amor, la mujer no va a permitir que su hijo se sacrifique así por ella.
MAMÁ-. Hoy duerme aquí en casa Bone, mañana no tenéis clase, quedaros todo el día. Y luego llévate a Hiro y cuida de él. Nari estará mañana aquí y no estaré sola.
BONE-. Si tía...
HIRO-. Mamá...
MAMÁ-. ¿Ehh...? ¿Cuándo me llamaras Mamá...? Sé que he perdido a un marido pero para menguar el dolor me ha dado un nuevo hijo... ¿No es cierto?
HIRO-. ¿Mamá lo sabías...?
MAMÁ-. Hiro hijo, no hay nada que una madre no sepa de sus hijos. Sólo hay que verte lo que has cambiado y todo gracias a ti Bone.
Bone mira la sonrisa de la hermosa mujer y mira a Hiro que levanta su cabeza al escuchar las palabras de su amada madre. Y ve como Bone asiente y se inclina otra vez, pidiendo permiso para ser la pareja de su hijo en un perfecto japonés.
MAMÁ-. ¡Bienvenido a casa hijo...!
Contesta ella en japonés, con una gran sonrisa en sus labios.
La noche llega, ya solos en la pequeña habitación de la infancia de Hiro. Bone prepara un pequeño colchón y un edredón para dormir en el suelo. Mientras que Hiro se quita el traje que le ha acompañado los últimos días.
HIRO-. Sé que no te lo he dicho, pero gracias... De verdad muchas gracias.
BONE-. ¿Por qué...?
HIRO-. Por estar ahí en todo momento, por no dejarme ni un minuto solo. Por estar ahí, solamente estar a mi lado.
BONE-. Hiro... Yo no podía dejarte en un momento así.
Bone se levanta y abraza al joven, que por primera vez desde que lloró en casa de Bone se ha contenido. Ahora finalmente se rompe su armadura y empieza a llorar como un niño. Intentado ahogar su llanto en el pecho de Bone para no ser oído por su madre.
HIRO-. Bone siempre me lleve mal con él, creí que nunca cumpliría sus expectativas. Pensé que nunca podría ser yo mismo delante de él. Y todo estaba en mi imaginación. Pensé que en cuanto se pusiera mejor podríamos redimidos y recuperar nuestra relación. Crear recuerdos nuevos juntos, reírnos y hablar de temas triviales. Quería regalarles un viaje a Japón para que viese su tierra que no veía desde que yo era pequeño. No pude hacer nada de eso...
BONE-. Hiro tranquilo, él te amaba... Se nota en cada rincón de esta casa. En cómo te criaron, puede que no supiera demostrártelo, pero sé que te amaba más que nada en el mundo.
HIRO-. Yo lo siento tanto...
BONE-. Vamos tranquilo... Está bien, es bueno que llores... no te lo guardes te hará más daño.
Hiro después de desahogarse, se tranquilizó en brazos de Bone. Al final los dos se acostaron en silencio, intentando digerir todo lo ocurrido. Cuando llevaban un rato así, un cuerpo descendió de la cama y se acurrucó entre los brazos del guapo profesor. Que al sentir el frio cuerpo lo envolvió con ellos para hacerle sentir mejor.
HIRO-. Bone, puede que sea la primera vez que te lo digo esto a alguien...
BONE-. Uhm...
HIRO-. Yo... yo... creo que te...
Hiro quería decir lo que sentía pero no estaba acostumbrado a eso así que las palabras se atropellaban en su garganta incapaces de salir correctamente. Bone al notar eso se adelantó al joven intuyendo lo que quería decir.
BONE-. Puede que sea la primera vez que te lo digo... Te quiero Hiro... te quiero como nunca quise a nadie.
El corazón de Hiro aleteó con fuerza al escuchar salir esas palabras de la boca del contrario. Se sintió tan cálido que de una manera casi imperceptible para Bone confesó sus sentimientos "también te quiero" dijo entre sueños y susurro.
BONE-. Hiro...
HIRO-. Uhm...
BONE-. Cuando organicemos el viaje a Japón con los alumnos, busquemos un momento para visitar a tu padre en Kioto. Seguro que se pondrá contento si sabe que vas a verlo allí...
HIRO-. Uhm...
BONE-. ¿¿¿Hiro???
Cuando Bone miró hacia abajo vio a Hiro profundamente dormido, después de tres días casi sin poder descansar estaba agotado y se quedó dormido casi de inmediato tras oír la confesión de Bone y abrazado por su calidez. Bone sonrió y lo abrazó para después dormirse él también, sintiendo el cálido cuerpo a su lado.
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AMOR EN FORMA DE KANJI
RomanceHiro es un joven que acaba de terminar su carrera y empieza su vida como adulto. Esa noche su vida cambia por cosas del destino se cruza con un desconocido. Ese encuentro harán que los dos se planteen su vida de diferente manera. Hiro es un joven in...