SANTIAGO
El sonido repetitivo de mi despertador me hace abrir los ojos, tratando de buscar el maldito reloj termino tirándolo al suelo, maldigo para mí y me levanto de mala gana, tenía una reunión con un posible nuevo socio, el trabajo con mi padre me ha causado estrés los últimos días.
Me restregué los ojos en señal de reproche me levante de mala gana camine hacia la ducha, ¿Quién se levanta a las siete de la mañana un sábado? Personas que hacen ejercicio y trabajan.
Alrededor de media hora ya me había duchado, baje a desayunar algo antes de irme, mientras baja por las gradas, observaba los colores de nuestra casa, mi padre me ha contado que mi madre los escogió meses antes que muriera, desde entonces año con año a renuevan en los mismos tonos.
-mi niño ¡buenos días! -escuché esa dulce voz Sheila era una mujer de casi cincuenta años trabaja con mis padres antes que yo naciera, me quería como mi madre y yo la respetaba y a veía como ese amor maternal que no tuve.
—Hola Sheila ¿el desayuno está listo? Ya debo irme—digo saludándola
—si cariño, por favor siéntate ahorita te sirvo —demando
—me senté —bebía café mientras ella me servía
—provecho—dijo colocando el plato frente a mi
—Gracias, ¿ya has desayunado? —cuestiono, ella asiente—hoy será la fiesta aquí, ¿puedes avisarle al resto? Para que todo esté listo por favor-digo
—por supuesto, come y te vas, ya se te está pasando el tiempo—me indica
No miento cuando digo que es esa figura maternal que no tuve.
Pase el día trabajado, por la tarde fui al gimnasio regrese a casa subí a dejar mis cosas, ya me había duchado en el gimnasio solo era una fiesta más, este verano decidimos aprovecharlo a máximo, la llegada de Maddie ha sido un imprevisto, pero no está mal, al final también es nuestra amiga.
Poco a poco empezaron a llegar algunos amigos, compañeros de la universidad, la primera en llegar fue Emma.
—Hola guapo, te ves cansado—hablo saludándome
—Hola Emma, estrés por el trabajo—contesto
—Mi amigo, que gusto verte —escucho la voz de Ian a mi espalda, me giro para saludarlo a mi sorpresa Maddie va a su lado ¿desde cuándo son tan amigos?
—Hola, que bueno verte—digo dándole un abrazo
Mi mirada recae en ella lleva un Palazzo negro que se asienta perfectamente a su figura, un top negro, con tiras cruzadas en el abdomen Nike blancos, el cabello perfecto lacio, labios rojos y un maquillaje bastante suave.
—Hola—digo llegando a su encuentro.
—¿cómo estás? —Interroga dejando un beso en mi mejilla.
—Bastante bien gracias y ¿tu? —hablo.
—Bien, al parecer casi nada ha cambiado, sigue igual que hace ocho año—Dice observando la casa.
—únicamente más vieja, como nosotros—bromeo.
—Bueno no podemos detener el envejecer—sigue la broma.
Caminamos hacia el jardín, donde estaban los sofás, sillas, mesas, la churrasquera, el equipo de sonido y la barra de bebidas.
Nos reunimos hablábamos con Emma, Lexie y Adrián.
Mi mirada la buscaba a ella, entonces la vi a lo lejos, bailaba con Ian a quien también había perdido de vista, ambos demasiado cerquita, con esa mirada coqueta, Ian posaba su mano sobre las caderas de Maddie, mientras ella bailaba lentamente, ella rodeaba su cuello, él la veía de la forma seductora que solía a hacerlo cuando quería pasar la noche con alguien. Bailaban tan juntos y de forma lujuriosa mientras sonaba aquella canción que parecía ser perfectamente la descripción de la mirada de Ian hacia Maddie.
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JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)
RandomMADDIE regresa después de 8 años a casa, ella se fue huyendo de sus sentimientos y el regresar debería ser más fácil pero se ve envuelta en un sin fin de emociones y mentiras. Para su antiguo grupo de amigos ahora es una desconocida, regreso para co...