LA BODA DE LEXIE

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Han pasado dos desde todos los sucesos, veo a Lexie felizmente luciendo hermosa en ese vestido, durante años me cuestione si se casaría y la respuesta finalmente esta frente a mí.

—Te ves radiante —digo

—Gracias Maddie, tu eres la dama de honor y te ves bellísima. —alaga.

—Pero hoy se trata de ti, nada mas de ti así que por favor —le recuerdo.

—Estoy emocionada, me caso con Adrián, después de todo —dice.

—Te mereces ser feliz Lexie y me alegra que sea con Adrián —digo acariciando su mejilla.

—¿Y tú? Hace más de un año que no tienes ninguna relación —habla.

—Lo sé, pero era necesario para sanar todo Lexie, la terapia ha servido —respondo.

—Espero tener pronto un cuñado —exclama.

Solo sonrió, termino de acomodar su vestido.

—De acuerdo estas listas, le diré al fotógrafo que te tome las fotos antes de irnos a la iglesia —digo.

—Gracias —sonríe ampliamente

El fotógrafo nos tomó las fotos para los recuerdos de Lexie la fotografió a ella.

Y finalmente nos dirigimos a la iglesia al llegar los invitados ya estaban allí, mi padre espera a Lexie para tomarla del brazo, mi madre extiende su mano hacia mí, al pensar de toda nuestra relación ha mejorado, nos entendemos más.

—Te ves preciosa hija —habla mi padre dejando un beso en la mejilla de Lexie.

—Bueno por favor empecemos —habla Stephanie.

Me coloco al frente, luego me sigue Mia y otras dos amigas de Lexie.

Ingresamos en la iglesia para abrirle camino a Lexie. Caminando por aquel largo pasillo, los invitados de pie, Adrián se ve ansioso y a su lado está el, después de un año sin verlo, se ve mejor más estable más sereno.

Seguimos caminando hasta llegar al altar. Finalmente, Lexie hace su entra.

Acapara todas las miradas, se ve tan hermosa en ese vestido blanco, radiante y cálida supongo que eso lo hacia el casarte con el amor de tu vida. Adrián la ve nostálgico y sin poder creerlo, una que otra lagrima rueda por su mejilla.

—Te entrego una gran parte de mi vida y espero puedas cuidarla y amarla —le hace saber mi padre al entregarle la mano de Lexie.

Adrián esta conmocionado que solo asiente.

La ceremonia se llevó Lexie se veía extremadamente feliz, salieron de la iglesia completamente alegres, era increíble como todo empezaba a tener sentido.

Nos dirigimos al lugar de la recepción, cabe mencionar que Lexie había tirado la casa por la ventana, pues uno solo se casa una vez con el amor de su vida.

—Eres afortunado, no le hagas daño —advierto llegando con una copa a él.

—Jamás —responde.

—Felicidades, espero que la hagas muy feliz, que ambos lo sean —deseo.

—Gracias Maddie, no tienes idea de cuánto la amo —me hace saber.

—Bueno me alegra saberlo, si alguien merece ser feliz es ella —digo.

—Tú también, después de todo también mereces ser feliz Maddie —dice.

—Ya lo soy, así que brindemos por ser cuñados —digo.

—salud cuñada —dice sonriendo.

—Ay, por Dios —dice viendo a Lexie llegar con el otro vestido.

—Ve por ella galán —demando.

Corre hacia ella, sonrió mientras observo aquella escena.

La fiesta continua, Lexie se cambió de vestido a uno más cómodo para poder bailar.

—Te ves feliz —escucho su voz a mi espada.

—Bueno mi hermana se casó— respondo quedando frente a él.

—Hola Maddie ¿Cómo estás? —cuestiona.

—Santiago me da gusto verte, y yo estoy bien —saludo.

Ambos guardamos silencio supongo que al pensar del tiempo había cosas que aún nos quedaban, los recuerdos eran unos de ellos.

—Ven— dice abrazándome.

La nostalgia me invadió, mi cuerpo se estremeció, lo había amado tanto y en su ausencia me había hecho tanta falta también me había servido para encontrarme, pero eso no significara que no lo extrañara.

—Te extrañe —digo sin más.

—Yo también, ¿quieres bailar? —cuestiona.

Solo asiento, bailamos por un buen rato, veo a Mia junto a Ian, él fue claro al decirme que ella le interesaba y aunque Mia dejo claro que no rompería sus códigos de amiga, a mí no me parecía una mala idea que fueran pareja, Ian tenía la tarea de conquistarla.

—Algunas cosas han cambiado ¿no? —cuestiona Santiago.

—Solo algunas —digo sonriendo.

—Me parece bien, ¿Qué tal la fundación? —cuestiona.

—Bueno ha sido un gran trabajo, pero va bien, últimamente todo marcha bien —le hago saber.

El asiente.

—¿Qué tal Inglaterra? —cuestiono.

—Bien, los negocios van bien —contesta.

—¿Cuándo te regresas? —cuestiono.

—El lunes en la madrugada —me hace saber.

—Es genial —digo.

—Iré a ver a Larissa mañana, luego me iré —dice.

Lo observo veo que ya no le duele hablar de su madre, se ve muy cambiado quizás un año lejos de esta ciudad, de las personas, de mi lo había cambiado.

—Es bueno verte bien Santiago —digo.

—Lo mismo digo —devuelve.

Pasamos el resto de la noche hablando y luego nos dirigimos a la pista de baile, después de la música movida no podía faltar una pieza romántica.

Bailamos lentamente la última vez que bailamos así fue la noche de mi cumpleaños y nuevamente este momento tenía sabor a despedida, pero por primera vez no dolía.

No dolía estar abrazada a él, era todo lo contrario.


HOLA!!!! GRACIAS POR LEERME 

JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora