¿AMOR O DESEO?

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MADDIE

Sigo sentada en el suelo frio del baño, siento que todo el mundo está sobre mí, no sé en qué momento me dejar llevar, estaba enojada conmigo misma, con Ian con Santiago.

—Maddie por favor abre, debemos hablar—escucho la voz de Santiago al otro lado de la puerta.

Sé que estar escondida en el baño no va a borrar lo que he hecho.

Me pongo de pie finalmente, inhalo varias veces antes de abrir la puerta.

Salgo y me encuentro con su rostro.

—Maddie, perdóname yo... —No digas nada Santiago, fue un impulso vamos a fingir que nada de esto paso, por favor. —digo.

— ¿Estás segura? —cuestiona.

Yo solo asiento. No quería tocar el tema.

—Estoy enojada y me deje llevar. Ya sabes lo que dicen "la miseria ama la compañía". — recito.

Parece ansioso quizás quiere decirme algo, pero termina por solo asentir.

—Ahora bien, es mejor que me vaya. —digo caminando de nuevo a la sala.

—No, por favor espera no puedes irte en estas condiciones estas ebria, es tarde y estamos a casi ocho horas de la ciudad es muy peligroso, jamás me perdonaría si te pasa algo. — suplica.

Yo solo lo observo, creo que estoy en shock por todo lo que ha pasado.

—por favor más a fingir que no pasó nada, no tocaremos el tema, vamos a comer algo y luego te vas a la cama ¿sí? —insiste.

—Bien— termino accediendo.

Quizás esto era una mala idea, pero sabía perfectamente que tenía razón.

Caminamos en silencio al comedor, observo la mesa servida.

Es mi comida favorita, todo se ve cuidadosamente hecho y delicioso. ¿desde cuándo sabía cocinar?

—No sabía que cocinabas— digo sentándome.

—Bueno Sheila me enseñó, tuve mucho tiempo libre. —dice.

— ¿cómo te sientes? —Cuestiono.

—Extraño. — responde.

Sé que me dice esto para evitar hablar del tema de su madre, así que lo doy por terminado.

Comemos en silencio ninguno de los dos dice nada.

Así se pasa la cena, terminamos de cenar me ofrezco a lavar los platos, pero es claro que no se hacerlo así que me envía directamente a dormir, subo a la habitación.

Me pongo ropa para dormir, intento conciliar el sueño, pero me es imposible pienso, en todo.

No voy a mentir me sentía herida y traicionada.

Al escoger a Ian tenía la ilusión que con él todo sería diferente me había cegado y aunque intente confiar en que estaríamos bien, sin embrago ahora me sentía muy abatida.

¿En qué me equivoque? Quizás no estuve el tiempo necesario para él, quizás esto era en parte culpa mía.

Si no hubiera discutido con él, quizás estaríamos bien.

Estas preguntas me torturaban he dado vuelta por toda la cama y ahora camino por la habitación intentando entenderlo.

Me rindo no puedo más, decido bajar, Santiago ya debe dormir es casi la media noche, así que vendría bien nadar un rato.

JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora