JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)

¿ESTA MUERTA?

MADDIE

No se cómo me deje convencer, pero finalmente estamos a principios de diciembre y mi padre se le ocurrió la gran idea de pasar la navidad en Aspen, organizo un viajes en días, nos ha casi que obligado a viajar, según se Adrián nos alcanzara, recuerdo sus palabras "un viaje familiar nos vendrá bien" no puedo culparlo por querer reparar todo, sin embargo ha venido funcionando, Lexie y yo hemos intercambiados conversaciones, y aunque ya estemos bien no significa que confíe en ella y menos que la vea como hermana.

—¿No estas contenta? —cuestiona sentándose junto a mí.

—No es eso, tengo pendientes en la empresa— digo.

—Tranquila Maddie no va a desaparecer, necesitamos este tiempo, si después de esto quieres desistir, no te molestare más.

—¿Desistir de qué? —cuestiono curiosa.

—Pronto lo sabrás. — dice besando mi frente.

Mi padre siempre buscaba la manera de hacerme feliz, sé que me amaba, pero también era cargo de conciencia por todo lo que viví en el internado.

El vuelo no duro mucho, finalmente llegamos al destino, eran un complejo de cabañas tallas delicadamente y con maderas finas, Aspen era la cuidad de ensueño, el mejor lugar para esquiar y pasar la temporada navideña.

Malia y Arthur habían venido con nosotros, el ambiente se sentía tan agradable, al pensar del frio se sentía como estar en casa en las épocas de frio.

—Esta es tu habitación hija, Lexie está al fondo y nosotros abajo. —explica mi padre.

Solo asiento y me adentro a ella para instalarme. El hecho de pasar 30 días aquí me parece una locura, sin embargo, trato de estar con ellos, finalmente lo intenta ¿Por qué yo no?

Escucho dos golpes en la puerta,

—Adelante —digo sin darme la vuelta.

—Espero ya estés lista porque iremos a comer algo —escucho la voz de Mia que me hace sobregirar.

—¿Qué demonios haces aquí? —cuestiono.

—Ay que mal educada, se dice hola amiga —recita. Llegando a mí para saludarme.

—Lo siento, me espante. —digo observándola.

—Respondiendo tu pregunta, parece que tu padre hablo con nuestros padres, y estuvieron de acuerdo en este viaje. —explica.

—¿Nuestros padres? ¿Los padres de quiénes? —interrogo.

—¿No te dijo nada tu papa? —cuestiona.

Niego, ella se muerde el labio, me pone ansiosa.

—¿Mia? —cuestiono.

—El resto están aquí, Ian, Adrián, Lexie, yo...—guarda silencio —Santiago. —termina.

Suspiro con frustración.

—Por eso me dijo que si después de este viaje desistía lo entendería, quiere que arregle las cosas con mis "amigos" —digo.

Ella asiente.

—Bueno, lo intentare, Mia no puedo estar enojada tanto tiempo ¿verdad? —pregunto.

—Escucha Maddie es tu maldita decisión, si no quieres no pasa nada y si, bueno veremos la manera de que se arreglen. —dice en consuelo.

Asiento, busco un abrigo y mi bolso para salir, pasamos toda la tarde fuera y comprando por el lugar.

Ha pasado una semana desde que lleguemos, hemos salido en grupos a comer, esquiar y pasear por el pueblo, que es hermoso, por cierto.