Martes 12 de julio de 2023
Narrado por Amelia:
Isabel sale furiosa de mi casa después de haber descubierto que yo le hice una transferencia de 3,000 dólares, una suma qué para mi no tiene gran relevancia económica.
Mi padre tiene una gran fortuna y aunque él está vivo ya el me heredo toda su fortuna, la cual nunca he utilizado, vivo solo del dinero que gano siendo profesora. Vivo como cualquier persona de clase media, mi auto no es de último año, mi celular tampoco y trabajo a pesar de que tengo dinero para mantenerme sin necesidad de trabajar.
Consideré restituirle el dinero, dado que dudaba que el salario de barista de ella fuese suficiente para costear una universidad tan cara como Willowbrook. Es probable que sus padres cubran sus gastos educativos, por lo que el dinero que me entregó posiblemente provenga de ellos. Para remediar cualquier inconveniente que mi situación haya causado, opté por devolverle los 1,000 dólares originales y añadir 2,000 dólares adicionales como compensación por los problemas ocasionados.
Dejo de pensar en eso y me cambio de ropa para ir a trotar un poco, al regresar me tomo mi batido de proteínas y me dispongo a limpiar un poco mi jardín.
La hora de irme a la Universidad llega, cierro bien mi puerta y me subo a mi auto conduciendo hasta la universidad. Imparto mis clases en las aulas asignadas y, finalmente, disfruto de una hora libre en mi oficina para descansar. Mi tranquilidad se ve interrumpida cuando escucho golpes en la puerta.
—Adelante —digo con irritación.
La puerta se abre, y Daniel asoma su cabeza lentamente, aumentando mi molestia. Muy dentro de mí esperaba que fuera Isabel la que tocaba.
—Hola —el me saluda con una sonrisa terminando de entrar y cerrando la puerta tras de el.
—Hola —le respondo mirándolo a los ojos. Daniel es un hombre atractivo, alto, bien vestido y educado y su amabilidad le agrega puntos a su favor, tal vez si no estuviera locamente enamorada de Isabel podría pensar en él como opción.
—¿Quiero invitarte a cenar hoy? —el me dice mientras toma asiento en la silla que está delante de mi escritorio.
—Está bien —le respondo haciendo que el se sorprenda.
—¿Enserio? —el me pregunta.
—Si.
—Bueno, te paso a buscar a las ocho —el responde con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Cumpliendo sus fantasías
RomanceEn los pasillos de la Universidad de Willowbrook, la estricta profesora Amelia Smith es conocida por su rigidez y su intransigencia. Soltera y solitaria, nadie parece conocer la historia detrás de su fachada de hielo. La joven universitaria, Isabel...