Capítulo 30

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Lunes 12 de enero del 2024

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Lunes 12 de enero del 2024

Narrado por Amelia:

Nos encontrábamos despidiéndonos de la familia de Isabel. Luego de pasar la mejor Navidad de mi vida.

—Tengo algo para ustedes —Ade la madre de Isabel se acerca con una pequeña caja de madera.

Ella abre la caja y saca de esta dos pulseras color café. Cada una con un pequeño pedazo de madera con nuestros nombres tallados con una caligrafía delicada y cuidada.

—Amelia, esta es para ti —dice, entregándome una pulsera. —Espero que siempre te recuerde este lugar. Estoy muy feliz de seas tú la persona que mi hija eligió para estar con ella.

—Muchas gracia, Ade —respondo, tratando de controlar mis ganas de llorar.

Ella asiente sonriéndome y se acerca a Isabel, le entrega una pulsera y le susurra algo, para luego abrazarla. Mientras ellas tienen su momento para despedirse, reviso algunos mensajes que Alicia me envió preguntándome si hoy regresaría a New York, respondo sus mensajes y guardo mi celular en mi bolso.

—Te voy a extrañar demasiado —escucho a Isabel decirle a Max mientras lo acaricia.

Decidimos no llevarnos a Max a New York al ver que definitivamente el se encontraba mejor con la familia de Isabel, quienes lo adoraban y tenían el espacio y tiempo necesario para cuidarlo. Además, Max parecía contento y adaptado a su vida allí, y separarlo de ellos sería un acto egoísta.

—Prometo visitarte pronto —digo, agachándome para acariciar su suave pelaje.

Decimos adiós una última vez y subimos al auto, Isabel conduce hasta el aeropuerto en total silencio concentrándose en la carretera mientras yo miro por la ventana sumida en mis pensamientos.

Al llegar al aeropuerto nos dirigimos directamente al FBO, donde el personal ya nos esperaba. Isabel se estacionó frente a la entrada, y un maletero se acerca de inmediato para encargarse de nuestro equipaje. Ambas nos bajamos del vehículo y, mientras el maletero sube nuestras maletas al jet, Isabel me detiene un momento para que miraré hacia la cámara de su celular y tomar una selfie.

Luego de tomarnos la foto subimos la escalerilla del jet y somos recibidas con una sonrisa por la tripulación. El capitán y la azafata nos saludan cordialmente.

—Bienvenidas a bordo, señoritas. Esperamos que tengan un vuelo agradable —dice la azafata, asegurándose de que todo este en orden para nuestra comodidad.

Nos acomodamos en nuestros asientos de cuero blanco, y yo no pudo evitar mirar la pulsera en mi muñeca.

—Es increíble, ¿verdad? —digo, rompiendo el silencio mientras acaricio el pequeño pedazo de madera con mi nombre tallado.

—Sí, lo es —Isabel responde, sonriéndome.

La azafata se acerca nuevamente para ofrecernos bebidas antes de despegar. Optamos por un par de copas de champán para alivianar el ambiente.

Cumpliendo sus fantasías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora