En los pasillos de la Universidad de Willowbrook, la estricta profesora Amelia Smith es conocida por su rigidez y su intransigencia. Soltera y solitaria, nadie parece conocer la historia detrás de su fachada de hielo.
La joven universitaria, Isabel...
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Lunes 16 de diciembre de 2023
Narrado por Isabel:
Me encontraba despidiéndome de Amelia en el aeropuerto antes de irme a Chicago. Tenía planeado irme en un vuelo comercial que son los más baratos, pero Amelia se negó, ella ofreció que me fuera en su Jet privado así iría más cómoda y llegaría más rápido. Al final acéptate al ella insistirme tanto.
—Te amo demasiado —le digo como despedida abrazándola.
—Yo también te amo —responde alejándose para poder darme un beso en los labios.
Luego del beso la abrazo con fuerza, no me quiero separar de ella, pero sé que tengo que hacerlo.
—Llámame cuando llegues, ¿de acuerdo? Quiero asegurarme de que estés bien —me dice con una sonrisa.
—Lo haré. Y te extrañaré mucho, amor —respondo, dándole otro beso.
Amelia me da una última sonrisa antes de verme alejarme hacia la puerta de embarque. Me detengo un momento para mirarla una vez más, queriendo correr a sus brazos y no irme de su lado.
Cuando abordó el avión, me siento en los finos asientos de terciopelo y suspiro profundamente.
Mientras el avión despega y asciende por el cielo, cierro los ojos tratando de descansar.
Al llegar al aeropuerto de mi ciudad natal, mis padres me esperan en la terminal de llegadas. Al verme, sus rostros se iluminan con una sonrisa.
Entonces, desde la distancia, veo a Max, corriendo hacia mí. Sus orejas se levantan y su cola se agita frenéticamente mientras me ve acercarme. No puedo evitar reír al ver su entusiasmo.
—¡Max! —exclamo mientras me agacho para recibirlo.
Max llega hasta mí en un instante y me salta encima, lamiendo mi rostro y moviendo su cola con tanta energía que apenas puedo sostenerlo.
—Cuánto te extrañé, pequeño terremoto —le digo mientras lo abrazo con cariño.
Después de saludar a Max saludó a mis padres. Estoy feliz de estar de vuelta en casa, rodeada de las personas y la mascota que más quiero.
—Te extrañamos mucho, Isabel. Bienvenida a casa —me dice mi padre, sonriendo con ternura.
—Gracias, papá. Me alegra de estar de vuelta —respondo con una sonrisa.
Juntos, caminamos hacia la salida del aeropuerto, y nos dirigimos a casa en el auto de mi padre. Mientras estoy sentada en los asientos de atrás junto a Max me llega un mensaje de Amelia.
Amor💗: ¿Ya llegaste?
Isabel: Si, ya llegué. Ahora estoy de camino a casa de mis padres junto a Max.
