En los pasillos de la Universidad de Willowbrook, la estricta profesora Amelia Smith es conocida por su rigidez y su intransigencia. Soltera y solitaria, nadie parece conocer la historia detrás de su fachada de hielo.
La joven universitaria, Isabel...
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Domingo 10 de julio de 2023
Narrado por Amelia:
Llego a casa cuando está por oscurecer, hoy le acepte una cita a la playa a Daniel. El viernes el me insistió tanto que al final decidí aceptar, diría que fue un día agradable si no hubiese tenido a Daniel todo el día hablando cosas sin sentido y sin importancia. Al final del día el me invitó a su casa a cenar pero no acepte la invitación.
Al abrir la puerta de mi casa veo una pequeña carta en la entra, la tomo y veo que la que la escribió es Isabel.
La abro y leo lo que dice:
Me disculpo sinceramente si en algún momento te hice sentir incómoda. No era mi intención causarte ningún malestar. Quiero que sepas que mi respeto hacia ti es primordial, y entiendo que el consentimiento es fundamental en cualquier interacción. Si en algún momento no te sientes cómoda, por favor, házmelo saber, y no volveré a besarte sin tu expreso consentimiento. Tu bienestar y tus límites son lo más importante para mí, y quiero asegurarme de respetarlos en todo momento.
Luego de leer la carta me siento un poco mal, la última vez que ella me besó actué como una cobarde y le dejé de hablar. Simplemente estoy viendo algo que siempre soñé y anhelé que pasara y ahora que lo estoy viviendo me pone muy nerviosa.
Salgo de mis pensamientos y abro la puerta al escuchar que tocan el timbre.
—¿Usted es la señora Amelia? —Un repartidor me pregunta.
—Si —respondo confundida.
—Firme aquí por favor —el chico me pide.
Firmó el papel después de ver que es un comprobante de que el pedido si me fue entregado.
—Pase buenas noches —el me dice, me entrega una caja blanca con un moño rojo y se va.
Tomo la caja, entro a casa y me dirijo al mostrador de la cocina para poder revisarla. Al abrí la caja me encuentro con un vestido rojo, escotado. Frunzo el ceño y busco en la caja una nota hasta encontrar una.
Tomo la nota y leo lo que dice:
Espero que esta sorpresa sea de tu agrado. Me di cuenta de que te ves absolutamente impresionante en rojo, y no pude resistir la tentación de enviarte este vestido. Cuando lo vi en la tienda en lo único que pude pensar era en ti luciéndolo.
Por favor, acepta salir hoy conmigo, te prometo que no haré nada sin que tú me lo permitas.
