Narrado por Amelia
Viernes 7 de diciembre de 2023
Me encontraba en una festividad de linternas flotantes junto con Isabel. Ambas liberamos una linterna flotante juntas y pedimos un deseo.
Miro a Isabel con cariño y acaricio su rostro con ternura. Ella me mira directo a los ojos y luego baja la mirada, como si tratara de decirme algo.
—¿Me quieres decir algo? Siento que eso quieres hacer desde que despertamos hoy —le preguntó mirándola directamente a los ojos.
—Si te quiero decir algo, solo que no encuentro las palabras adecuadas —responde nerviosa.
—No te preocupes, amor, cuando estés segura me lo dices —digo, dándole un poquito.
Nos quedamos un momento en silencio, Isabel mirando a la nada, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para expresar lo que quiere.
—Yo... —Isabel empieza a hablar, pero se detiene para respirar profundo —nunca me había sentido tan enamorada de alguien como lo estoy de ti, nunca había tenido esa necesidad de sentir que daría mi vida por una persona hasta que me enamoré de ti y todo eso cambió.
Mientras Isabel hablaba, sentí cómo mi corazón empezaba a latir desbocado en mi pecho. Cada palabra suya resonaba en mi mente y aceleraba mi corazón. Me siento abrumada por el amor que ella me expresa, me resisto a creer que realmente merezco todo eso. ¿Merezco ser amada por Isabel?
—Siempre le decía a mamá que nunca me iba a casar o comprometer con alguien, pero me veo haciendo todo eso contigo. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, Amelia, eres todo para mí. Así que, ¿me aceptarías no como tu amante, sino como tu novia, Amelia?
Mis ojos se llenan de lágrimas mientras lucho por contener las emociones que me invaden y me impiden respirar correctamente. ¿Cómo podía ser que alguien como Isabel, tan increíble y maravillosa, quisiera estar conmigo para siempre? ¿Realmente soy suficiente para ella?
—Isabel... —susurro con voz temblorosa, mientras las lágrimas se deslizan por mi mejilla.
Isabel se acerca a mi y me abraza con fuerza, me sentía vulnerable, confundida y lo único que necesitaba era eso, un abrazo de la persona que quiero. Me sentía estúpida por siempre haber deseo que ese momento pasara y ahora qué pasó mis inseguridades no me dejan darle una respuesta.
—No tienes que darme una respuesta si no estás lista aún, yo puedo esperar el tiempo que quieras hasta que te sientas lista —dice, acariciando mi cabello.
—Es que... tú... —suspiro, sintiendo un nudo en la garganta que me impide hablar con claridad— has sufrido tanto por mi culpa. Me duele verte así, tan delgada, trabajando tanto, caminando largas distancias y lo peor de todo, sin Max. Todo eso es mi culpa, no te merezco. Pero, ¿cómo puedo decirte que sí, si siento que no soy suficiente para ti? —respondo entre lágrimas.
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Cumpliendo sus fantasías
RomanceEn los pasillos de la Universidad de Willowbrook, la estricta profesora Amelia Smith es conocida por su rigidez y su intransigencia. Soltera y solitaria, nadie parece conocer la historia detrás de su fachada de hielo. La joven universitaria, Isabel...