Domingo 4 de octubre de 2026.
Narrado por Isabel:
Me encontraba acostada en una de las camas de la sala de descanso, cuando siento a alguien sentarse a mi lado, rápidamente abro los ojos y veo a la doctora White observándome.
—Estaba en la cafetería y decidí traerte algo para que comas —me dice, acercándome un plato con comida.
—Gracias —le digo, sentándome a su lado en la cama.
Tomo la comida y comienzo a comer en silencio. El sonido de los cubiertos y el tenue sonido del hospital en la distancia crean un ambiente tranquilo. La doctora White me observa por unos segundos antes de romper el silencio.
—Pareces agotada —comenta suavemente, con una mirada de preocupación.
—Ha sido un día largo —admito entre bocados, evitando su mirada. Últimamente, el trabajo no solo ha sido físicamente agotador, sino que parece consumir cada rincón de mi mente.
La doctora asiente y, por un momento, su expresión cambia a una más pensativa, como si estuviera decidiendo si decir algo más.
—¿Smith y tú están saliendo? —me pregunta de la nada haciendo que me atragante con la comida al escuchar su pregunta.
—¿Por que la pregunta?
Ella se queda en silencio por un momento como si estuviera pensando en que decir.
La doctora White sonríe de manera enigmática, como si estuviera disfrutando de mi reacción. Me observa, y su expresión mezcla algo de diversión con una pizca de curiosidad.
—Hace un tiempo las vi besándose en el estacionamiento, así que supuse que es tu pareja. Además soy buena notando cosas, sobre todo con la actitud que emplean cuando estan juntas.
Mis mejillas arden de inmediato, y bajo la mirada, tratando de ocultar mi incomodidad. ¿Nos vio besándonos? No esperaba que alguien nos hubiera visto, mucho menos la doctora White.
—No... no sabía que alguien había notado —murmuro, sintiéndome sorprendida y un poco expuesta.
La doctora White se ríe suavemente, pero no con burla, sino con una calidez que de alguna manera me hace sentir tranquila.
—Isabel, no tienes nada de qué preocuparte —me dice con amabilidad —Solo tuve curiosidad y por eso te pregunté.
La doctora White me observa con una sonrisa amable, pero veo cómo su mirada se torna curiosa de nuevo.
—Entonces, ¿viven juntas? —pregunta casualmente, como si fuera una pregunta cualquiera, aunque puedo notar que está interesada en la respuesta.
Me siento un poco incómoda, pero también sé que puedo confiar en ella. La doctora White siempre ha sido alguien en quien los demás se apoyan.
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Cumpliendo sus fantasías
RomanceEn los pasillos de la Universidad de Willowbrook, la estricta profesora Amelia Smith es conocida por su rigidez y su intransigencia. Soltera y solitaria, nadie parece conocer la historia detrás de su fachada de hielo. La joven universitaria, Isabel...