Capituló 22

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Viernes 19 de septiembre de 2023

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Viernes 19 de septiembre de 2023

Narrado por Amelia

Era viernes por la noche y la ciudad parecería ser todo un caos, aún así decidí salir al supermercado más cercano para comprar algunas cosas que me hacían falta en casa.

Luego de comprar todo lo que necesito conduzco de regreso a casa. Mientras conduzco, noto a Isabel caminando por la acera con un paraguas que parece estar perdiendo la batalla contra el viento y la lluvia intensa. Veo cómo lucha por mantenerlo intacto, pero el viento lo retuerce sin piedad, haciendo que se estropeara cada vez más.

Sentí pena al verla empapada y luchando con el paraguas. Conduzco despacio observando como en un gesto de frustración, Isabel termina de romper el paraguas y lo arroja a la basura.

Al no poder verla así toco el claxon del auto unas cuantas veces hasta que ella mira hacia mi auto, bajo la ventana y le hago señas para que suba. Isabel, sin decir una palabra, entra al auto y se sienta en el asiento del pasajero, temblando por el frío. Enciendo la calefacción y continúo conduciendo en total silencio.

Por un momento Isabel intenta recostar su cabeza en mi hombro, pero la detengo, ella no dice nada y solo recuesta su cabeza de la ventana y así pasa todo el trayecto.

Cuando llegamos a casa ella rápidamente abre la puerta y intenta salir, pero la detengo sosteniendo su mano. Isabel me mira y mi corazón se encoge al ver las lágrimas que corren por sus mejillas.

—¿Por que lloras? —le preguntó.

Isabel permanece en silencio, su mirada perdida en algún punto indefinido del parabrisas del auto. Su mano temblaba ligeramente bajo mi agarre, pero ella no ofrece ninguna respuesta a mi pregunta.

—Ven aquí —le pido jalándola hacia mi.

Ajustó los asientos del auto para más espacio y hago que ella se siente en mis piernas. Isabel como si de un bebé se tratara se acurruca encima de mí y me abraza con fuerza. A pesar de que su ropa está mojada puedo sentir el calor de su cuerpo contra mi.

—No puedo estar sin ti, te extraño —confiesa, entre sollozos.

No le respondo y solo me limito a acariciar su cabello hasta que se calme y deje de llorar.

Cuando vi a Isabel por primera vez pensé que era el tipo de chica que no lloraría fácilmente y mucho menos se mostraría frágil ante los demás, pero ella conmigo era todo lo contrario a lo que pensé.

—Estuve contigo por un reto, lo sé y lo acepto, también fui una mala persona, pero te puedo jurar que todo eso cambio cuando empecé a tener sentimientos por ti —dice, mientras su cuerpo tiene ligeros espasmos.

—Te odiaba tanto que vi ese reto como una oportunidad para humillarte, para hacerte pagar por lo que hiciste con mis calificaciones, y cuando vi que con tanta facilidad me dejaste besarte y tocarte pensé que eras así de fácil con todos, pero ahora se que era porque estabas enamorada de mí y yo solo jugué contigo cuando tú solo querías mi amor.

Cumpliendo sus fantasíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora