Capítulo 53

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‼️⚠️Aviso que los capítulo no están editados, así que si encuentran alguna falta ortográfica es debido a eso⚠️‼️

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Lunes 16 de julio de 2026.

Narrado por Amelia:

Me encontraba caminando por el pasillo del hospital hacia la habitación de Sofia. Su cirugía seria en una semana y la estaba preparando para ello.

Al llegar a su habitación, respiro profundo antes de abrir la puerta. Siempre intento mostrarme calmada y positiva frente a los pacientes, aunque a veces, como en este caso, me cuesta. Entro con una sonrisa tranquila.

—Buenos días, Sofía —digo suavemente al entrar, encontrándola con la vista fija en la ventana —¿Cómo te sientes hoy?

Sofía me mira y esboza una sonrisa forzada, sus labios están morados y su rostro muy pálido. Sus ojos muestran el cansancio que lleva consigo llenándome de tristeza.

—Buenos días hermana Génesis —saludo a una de las monjas del horfanato en el que vive Sofia.

—Buenos días Doctora —saluda con una sonrisa.

Me acerco a la cama de Sofía, y la hermana Génesis me observa con una sonrisa tranquila. Colocó mi estetoscopio suavemente sobre su pecho, escuchando los débiles latidos de su corazón. Cada sonido parece más frágil de lo que recordaba, y eso me hace sentir aún más la urgencia de operarla.

—Vamos a escuchar cómo está trabajando tu corazón hoy, ¿de acuerdo? —digo con una voz suave, tratando de distraerla un poco al ver la tristeza en su mirada.

Mientras escucho los latidos irregulares, me concentro en mantener mi respiración estable. Se lo que significan esos sonidos: un corazón que ya no puede soportar mucho más.

—Todo se escucha como esperaba —comento con una sonrisa mientras retiro el estetoscopio —Muy pronto podrás salir de este lugar con un corazón nuevo, solo se paciente, pequeña.

Sofía gira su cabeza para mirarme. Hay algo en sus ojos, esa inocencia en su mirada que me hace sentir un nudo en la garganta.

—¿Me va a doler, doctora? —pregunta con voz temblorosa. Es la primera vez que la escucho expresar miedo de manera tan directa.

Le apreto la mano con suavidad, respondiendo con la mayor honestidad posible:

—Vas a estar dormida durante la cirugía, así que no sentirás nada. Y después, nos aseguraremos de que no tengas dolor. Lo más importante es que, cuando despiertes, estarás mucho más fuerte.

La hermana Génesis interviene, colocándole una mano en el hombro a Sofía.

—Dios estará contigo. Te acompañará en cada paso, y nosotros también estaremos aquí para ti cuando despiertes.

Cumpliendo sus fantasías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora