XXVI ♧ El intruso

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♤ Oscar Piastri ♤

Salí del monoplaza con una mezcla de frustración y preocupación. Quedar décimo en la clasificación no era el resultado que esperaba. Mientras caminaba hacia los boxes, el equipo ya estaba esperando para brindarme retroalimentación sobre mi desempeño. Sabía que no me había sentido tan cómodo en el monoplaza como en otras ocasiones.

Andrea se acercó y en un breve repaso, comenzó a analizar los datos conmigo. Estaba claro que había espacio para mejoras. Mi mente estaba ocupada en muchas otras cosas, pero debía concentrarme en mi trabajo en la pista.

La clasificación había terminado, y mi lugar en la parrilla no era ideal, pero aún había tiempo para ajustar el monoplaza antes de la carrera. Tenía que mantener la calma y centrarme en dar lo mejor de mí en la competencia.

Mientras caminaba hacia el área de descanso del equipo, no podía evitar pensar en la situación de Callie. Sabía que ella estaba pasando por momentos difíciles. A pesar de que no sabía todos los detalles, podía sentir la preocupación en su voz y en sus gestos desde esta mañana. No pude verla en la noche y me temí lo peor: que haya pasado la noche con él.

Era lo único que se me ocurría. No había rastro de la Callie del miércoles, era una Callie más fría y apartada. No podía evitar darle vueltas a la idea de que ambos habían llegado juntos en el mismo auto esta mañana. La imagen de ellos dos compartiendo la noche anterior se repetía en mi mente, y una sensación de desazón me invadía. A pesar de que sabía que debía pensar lo mejor, las sospechas y los celos comenzaban a nublar mi juicio.

Me preguntaba si algo más había sucedido entre ellos la noche anterior, si habían tenido una conversación que yo desconocía o si simplemente estaban reforzando su relación. Mis pensamientos oscilaban entre la inseguridad y la confianza, y me sentía atrapado en una maraña de emociones complicadas. La situación se volvía cada vez más enigmática, y no sabía a quién recurrir para aclarar mis dudas. Al fin y al cabo, ellos eran una pareja y al parecer, yo el intruso.

Queriendo ponerle fin a mis pensamientos, me decidí a caminar en los alrededores del paddock, cabizbajo. En un momento justo, como si me hubiesen susurrado al oído que levantase la mirada, la veo pasar.

La reconocí al instante por las fotos que Lily me había mostrado el día anterior. Alexandra era una mujer de estatura promedio, con una melena castaña y lusa que le caía en cascada sobre los hombros. Sus ojos eran de un intenso café, que brillaban con curiosidad y energía. Tenía un rostro atractivo, con una tez morena y pecas ligeras en las mejillas que le daban un aire juvenil. Vestía con un estilo sencillo pero elegante, lo que le daba un aspecto sofisticado.

A pesar de la atractiva apariencia de Alexandra, había algo en Callie que la hacía excepcional. Su belleza no radicaba únicamente en lo físico, sino en su personalidad, en su carácter y en la forma en que se preocupaba por los demás. No podía entender a Charles. Callie era superior en todos los sentidos.

Vi cómo se le cayó una libreta de su bolsa, y rápidamente me acerqué para ayudarla. Era mi oportunidad, servida en una bandeja de plata.

-Disculpa, creo que esto es tuyo.-dije, ofreciéndole la libreta con una cordial sonrisa.

-¡Oh, si!-rió levemente.-Qué tonta. Gracias.-respondió tomando la libreta entre mis manos.

-¿Nos conocemos?-pregunté aún con la sonrisa en mi rostro.-Luces familiar.

-Probablemente me hayas visto con Pierre antes.-explicó.-Soy Alexandra Saint Mleux, yo manejo las redes de Pierre y Kika.-extendió su mano.

-Oscar Piastri, piloto de McLaren.-dije estrechando su mano.-Creo que te recuerdo de... Bélgica.

♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora