♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧

I ♧ Los mejores días siempre

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-...Prometo estar a tu lado en los momentos felices y en los desafiantes. Prometo escucharte y apoyarte en todo lo que emprendas. Eres la persona con la que quiero compartir cada amanecer y cada atardecer. Estoy agradecido por los tres años maravillosos que...

Un claxon me saca de mis pensamientos. Veo mi anillo mientras espero que la luz del semáforo cambie de roja a verde, lo cual tarda unos segundos en pasar.

Llego a casa en los usuales 25 minutos que me toma desde el trabajo. Maranello era un pueblo no tan grande, pero con bastante tráfico para mí gusto. Al entrar a casa, lo primero que hago es quitarme los tacones que llevaba puestos por más horas de las que mis pies pudiesen aguantar.

-¡Cariño!-exclama Charles, mi esposo, desde la sala.

-Hola, he llegado...-suelto desanimada mientras me dirijo hacia donde él está sentado.

-¿Mal día en el trabajo?-asiento y él me abraza.-Ven, vamos a la bañera y me cuentas lo que pasó.

Camino con pocas ganas hacia el baño de nuestra habitación. Realmente no quería hablar de lo que pasó hoy porque fue un maldito desastre. Estaba segura que en el momento en que abriera la boca, las lágrimas iban a correr como un condenado río. Charles lo nota y me abraza fuertemente una vez estamos juntos en la bañera. Me abraza contra su pecho y el contacto de este con mi espalda logra relajarme. El silencio y el olor de la vela aromática de vainilla hacían que todo el estrés del día se desvaneciera.

-Hoy tuvimos una junta con los...

-Shhh, no.-susurra en mí oído mientras dibuja pequeños círculos en mi espalda con sus dedos.-No tienes que contarme, está bien.

-Gracias.-respondo con una débil sonrisa.-¿Cómo te fue en el simulador?

-Estoy mejorando un poco los números.-sonríe.-Tengo fe de que haré una mejor carrera en Catar.

-Estoy segura que lo harás, mi amor.-afirmo.

-¿Por qué no vienes a Catar conmigo? Desde Bélgica no vienes a una carrera.-soltó con un puchero.

-Charles, sabes que tengo algunos proyectos pendientes en la oficina.-dije volteando para quedar cara a cara con él.-Déjame ver si logro organizar todo a tiempo y llego el día de la carrera, ¿si?

-Mi amor, no quiero verte estresada por el trabajo.-suplicó.-¿Has pensando en la oferta de McLaren? Trabajarías menos y pasaríamos más tiempo juntos. Aparte, Lando está ahí y...

-No lo sé...-digo dudosa.-Sabes lo mucho que me ha costado conseguir este empleo. Lo que pasa es que a veces hay días buenos y días malos. Tú mejor que nadie lo sabes.

-Si, si lo se.-rió dulcemente.-Pero no quiero que tengas más días malos que buenos. Quiero que tengas los mejores días siempre.

Acomodo mi cabeza en su hombro al sentir sus húmedos labios posarse en mi cuello. Charles aprovecha y comienza a deslizar sus manos sobre mis muslos, dándole suaves masajes a estos. Los besos comienzan a convertirse en mordiscos y lamidas, y mis gemidos no tardan en escucharse por todo el baño cuando ocupa una de sus manos para estimular mi zona más sensible.

-Maldita sea, Callie.-susurra en mí oído. Puedo sentir su erección en mi espalda.-Moría por follarte aquí mismo.

-Aquí no.-susurro.-Vamos a la habitación, ¿si?

Salgo de la bañera y envuelvo mi cuerpo en una toalla. Charles sale también, pero me toma de la cintura y reanuda la explicación de mi sexo con su mano. Definitivamente no llegaríamos a la habitación.