Mis pasos temblorosos me llevaron a la sala de control de McLaren, y el ruido ensordecedor de la celebración parecía burlarse de mi agitación. No podía evitar que las lágrimas amenazaran con traicionar mi fachada de fortaleza mientras me recargaba contra la puerta.
La pelea con Charles había sido una tormenta perfecta. Su segundo lugar en el Gran Premio de Austin, una posición que solía llenarme de orgullo y emoción, ahora era solo un eco distante. Nuestra discusión había dejado una herida emocional fresca y dolorosa, una que no sabía si sanaría.
Me preguntaba si había cometido un error al aceptar el trabajo en McLaren. La emoción inicial de trabajar en una de las escuderías más prestigiosas del mundo me había cegado. Estar aquí me hace sentir en la cima del mundo. Pero, en este momento, me encontraba atrapada entre mi carrera y mi matrimonio de casi ocho años.
Las lágrimas seguían amenazando con escapar, mi corazón latía con ansiedad y confusión. Anhelaba respuestas, anhelaba reconciliación. Sin embargo, en ese instante, todo lo que tenía era los pasos de la gente a mis espaldas y la incertidumbre que llenaba mi alma. Me senté en el suelo y enterré mi rostro en mis rodillas.
En medio de mi angustia, apenas noté la entrada de Oscar a la sala. Ni siquiera nos habíamos dirigido la palabra en todo el día, pero en ese momento, mi triste semblante lo hizo abrir los ojos de asombro.
-Callie, ¿estás bien?-preguntó agachándose para estar a mi altura.
-Oscar, no es el mejor momento...-susurré mirándolo a los ojos.
-Sé que no siempre estamos de acuerdo, pero nadie merece sentirse así. ¿Quieres hablar de ello?-dijo tomando mi rostro entre sus manos.
-Fue una pelea horrible con Charles. Yo tengo que quedarme y él quería que fuese con él, pero...
-Charles no siempre es el tipo más comprensivo, ¿verdad?-indagó. Retiró sus manos de mi rostro y se tumbó a mi lado, apretando una de mis manos.
-No, no lo es.-sollocé.-A veces siento que mi carrera está desgarrando nuestro matrimonio.
-Callie, eres increíble en lo que haces, y nadie puede arrebatarte eso. Ya sea aquí o en otro lugar, triunfarás.-aseguró esbozando una breve sonrisa.-Y sobre Charles, bueno, nadie es perfecto.
-No sé si tomé la decisión correcta al venir aquí.-susurré limpiándome las lágrimas con una de las mangas de la camiseta.
-No digas eso, son cosas que piensas en el calor del momento.-dijo esbozando una breve sonrisa.-Terminemos lo que tengas de trabajo y volvamos al hotel, debes descansar.
-Gracias, Oscar.-susurré con una débil sonrisa.
El roce de la mano de Oscar mientras me ayudaba a levantarme parecía transmitir algo más que simpatía, y eso me hacía sentir incómoda. Mientras nos poníamos de pie, lo miré a Oscar con una mezcla de gratitud y confusión. Por su parte, me miró con una expresión que dejaba entrever algo más profundo.
-No dejes que ese idiota te haga dudar de tu valía. Siempre hay una forma de resolver las cosas.
Sus palabras resonaron en mi mente, pero lo que realmente me intrigaba era lo que estaba detrás de sus ojos, algo que no podía definir con certeza. ¿Había algo más que amistad en su actitud? La tensión en la sala de control se podía cortar con un cuchillo, y yo no sabía cómo reaccionar. De repente, comienza a acercarse y mi pulso aumenta. Su cálida mano vuelve a encontrar mi mejilla y empieza a darle suaves masajes con su pulgar. Su mirada se fija en mis labios y yo trato de mantener la calma.
Mientras continuábamos en silencio, mi mente daba vueltas. ¿Qué significaba esto? ¿Había algo más entre nosotros de lo que no estaba segura? ¿Por qué mi cuerpo parecía haberse atornillado en este lugar y no podía moverme?
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♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧
FanfictionDonde Callie y Charles se casaron jóvenes, pero no saben si fue el mayor error de sus vidas.