La bulliciosa ciudad de Londres parecía cobrar vida con la llegada del evento promocional de McLaren. El sol iluminaba el nuevo día mientras los aficionados se aglomeraban, ansiosos por encontrarse con sus ídolos y explorar el fascinante mundo de la Fórmula 1.
Ataviada con el icónico color papaya, supervisaba los últimos preparativos. Los fanáticos, con banderas y gorras, esperaban con entusiasmo la oportunidad de conocer a sus pilotos. Revisé una vez más la disposición de los stands y la distribución de las actividades. Las expectativas eran altas, y estaba determinada a que este meet and greet fuera recordado.
-Callie, impresionante trabajo con la organización de este evento. Está todo impecable.-dijo Zak acercándose.
-Gracias, Zak. Ha sido un esfuerzo en equipo. Estoy encantada de que todo esté saliendo como esperábamos.-junté mis palmas emocionada.
-Bueno, puedo decir que ha superado nuestras expectativas.-sonrió.-Por cierto, permíteme presentarte a alguien. Harper Kennedy, una de nuestras nuevas embajadoras de McLaren.
Del lado de Zak, una deslumbrante figura femenina emergió, extendiendo su mano para un cálido saludo.
-Encantada, Callie. He oído hablar mucho de ti y de tu increíble trabajo.-expresó amablemente.
-El placer es mío, Harper. Estoy emocionada de tenerte como parte de nuestro equipo.-estreché su mano.
Después de unos segundos, mi cerebro hizo click: Harper Kennedy, la impresionante influencer y presentadora de televisión, que una vez ostentó el título de Miss Reino Unido.
La luz resaltaba sus cabellos dorados, sus ojos azules destellaban con una chispa animada, y su sonrisa perfecta iluminaba la estancia. No pude evitar notar su impecable presencia, una mezcla de encanto y elegancia que parecía sacada de una revista de moda. En ese momento, supe que los concursos de belleza no eran solo mi gusto culposo; eran una representación en carne y hueso de la perfección hecha mujer.
Mi curiosidad me llevó a observarla mientras se movía con gracia por el lugar, saludando a los presentes. Harper añadía un toque de glamour adicional a la ya emocionante reunión. Era una presencia imponente, una mezcla de carisma y elegancia que complementaba la esencia de McLaren.
Pronto, noté que Zak y Harper ajustaban sus micrófonos, señal de que el evento estaba a punto de comenzar. Al revisar mi reloj, confirmé que solo faltaban cinco minutos para el inicio.
En mi campo visual apareció Lando, saludando brevemente a la rubia. También divisé a Oscar, quien compartió una sonrisa cómplice conmigo. Su mirada se encontró con la mía, y en un gesto juguetón, guiñó un ojo. No pude evitar esbozar una sonrisa, recordando la agradable mañana que compartimos juntos, abrazados en la misma cama. Aquel recuerdo explicaba mi buen humor a pesar del clima londinense y el estrés pre-evento.
Mientras observaba el trasfondo del escenario, noté la mano de Harper deslizarse con gracia por el brazo de Oscar. Intercambiaron un par de palabras y me pregunté si ya se conocían de antes o qué era lo que generaba tanta confianza entre ellos. Aquella interacción fugaz sembró una pequeña semilla de curiosidad en mi mente.
Una inexplicable sensación de incomodidad se apoderó de mí. Susurros internos de incertidumbre y una extraña mezcla de emociones emergieron de lo más profundo. ¿Por qué debería sentir celos? Oscar y yo no éramos más que dos personas disfrutando de una conexión especial, sin compromisos ni ataduras, pero ver su cercanía con Harper despertó una punzada en mi pecho.
Quizás era el temor a perder lo que creí tener bajo control o simplemente una reacción inesperada ante la realidad de compartir ese vínculo especial con otros. Sea como fuere, me di cuenta de que había algo más que amistad en la mirada de Harper, algo que desencadenó un atisbo de celos en mi corazón. Respiré profundamente, intentando entender y procesar estas nuevas emociones que surgían en medio de la agitación del evento. Mis días como la esposa del piloto más aclamado por el público femenino me habían preparado para enfrentar la realidad de que las admiradoras y mujeres hermosas rodearían su vida. Charles era una figura destacada y atractiva en el paddock, y las coquetas fanáticas siempre estaban presentes. Al principio, fue un desafío, pero Charles siempre dejó en claro que yo era su prioridad, su única dueña en medio de la atención de otras mujeres.
ESTÁS LEYENDO
♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧
FanficDonde Callie y Charles se casaron jóvenes, pero no saben si fue el mayor error de sus vidas.