XXXIV ♧ Una gran mentira

2.3K 204 41
                                    

El sol se despedía lentamente en el cielo de Nevada, tejiendo su brillo dorado sobre la ciudad del entretenimiento. El Hilton, envuelto en luces centelleantes, se erguía majestuoso y elegante. Era el lugar elegido para la fiesta de cumpleaños de Lando y una colaboración publicitaria con McLaren y la cadena hotelera.

A pesar de la tormenta emocional que había azotado mi corazón durante la noche, me había levantado con determinación. Las lágrimas derramadas, las canciones melancólicas resonando en la habitación, habían sido el duelo que necesitaba para seguir adelante. El sonido distante de la música que se probaba para la fiesta resonaba a lo lejos mientras me sumergía en los detalles finales. Las flores blancas, la iluminación suave y los arreglos de la mesa con el tema de la escudería creaban un ambiente acogedor y festivo.

Mi mente se deslizaba entre el dolor pasado y la tarea actual. Había llorado viendo las fotos de la boda, reviviendo momentos que ahora se sentían distantes y ajenos. "Iris" de Goo Goo Dolls, la canción que solíamos escuchar juntos, había sido una banda sonora dolorosa para mi noche de lamentos.

A pesar de mi corazón fracturado, la determinación por hacer de este día un recuerdo inolvidable para Lando era firme. Había desayunado a duras penas, consumida por una mezcla de emociones, pero me sumergí en la organización con un propósito renovado. Mientras afinaba los últimos detalles, sabía que Lando aún estaba comprometido con sus fanáticos, cumpliendo con Meet & Greets. Quería sorprenderlo, quería que esta noche fuera especial. La sonrisa del británico, su amistad incondicional y su energía incontenible, merecía un escenario perfecto para celebrar su día.

La luz del atardecer se filtraba por las cortinas mientras colocaba los últimos toques, el Hilton de Las Vegas cobraba vida con la promesa de una noche llena de celebración y alegría. Respiré profundamente, tratando de dejar atrás el peso del pasado mientras me preparaba para recibir a Lando y sus invitados, deseando que esta fiesta fuera un rayo de felicidad en medio de mi propia oscuridad.

Una vez que me aseguré de que todos los detalles estuvieran en su lugar, saqué mi teléfono para enviar un recordatorio a todo el equipo por SMS. "¡Recuerden la fiesta de Lando esta noche! ¡Será una noche increíble! ¡Nos vemos allí a las 8! - Callie".

Con el mensaje enviado, subí a mi habitación en el hotel. El elevador ascendía lentamente, mientras mi mente repasaba los últimos días. Recordé con claridad la última vez que me había arreglado con tanta meticulosidad: en mi cumpleaños, el día que todo se vino abajo.

Abrí la puerta de mi habitación y la luz tenue acarició cada rincón, creando una atmósfera tranquila y acogedora. Mi maleta estaba abierta sobre la cama, esperando revelar el atuendo elegido para esta ocasión especial.

El ritual de preparación comenzó con una ducha relajante. El agua tibia se deslizaba sobre mi piel, la cual parecía disipar, al menos temporalmente, los pesares de la noche anterior. El aroma del jabón de rosas se mezclaba con el vapor, creando un ambiente casi terapéutico.

Después de secarme, abrí mi maleta para seleccionar el atuendo perfecto. Mis dedos tocaron delicadamente cada prenda, eligiendo con cuidado entre los vestidos que habían sido testigos de momentos alegres y dolorosos.

Opté por un vestido negro corto, elegante pero no demasiado llamativo. Mientras me arreglaba, recordaba mi cumpleaños. Había sido un día que había iniciado con la promesa de la celebración y la felicidad, solo para desmoronarse en un torbellino de emociones desconcertantes.

A pesar de la mezcla de sentimientos que inundaban mi mente, la determinación por hacer que esta noche fuera especial para Lando se mantenía firme, pues él, al igual que las personas que se quedaron adentro del restaurante, no se habían dado cuenta de lo que había pasado. El maquillaje se convirtió en una armadura sutil para ocultar las huellas de las lágrimas derramadas, y el peinado enmarcaba mi rostro con una elegancia serena.

♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora