Con la festividad navideña impregnando el ambiente, nos preparábamos para la cena en la acogedora casa de los Piastri. Mientras el espíritu festivo llenaba cada rincón, Lily, Alex, Arianna y Oscar se encontraban charlando animadamente en la sala, compartiendo risas y anécdotas que inundaban el ambiente con un cálido espíritu navideño.
Entre tanto bullicio y risas, yo me encontraba en la habitación terminando de recoger mi cabello. La emoción y la expectativa se fusionaban en mi interior, añadiendo un toque de nerviosismo al ambiente festivo que se extendía por toda la casa. Acomodando un par de mechones rebeldes, respiré profundamente, preparándome para unirme a la animada conversación que flotaba en el aire.
En el transcurso de los días en Melbourne, la dinámica con Arianna, la hermana de Oscar, no resultaba tan fluida como había esperado. A pesar de su cordialidad inicial, cada intercambio con ella parecía sumirnos en una atmósfera de tensión sutil.
Las conversaciones, en lugar de fluir con naturalidad, se volvían incómodas y cortas, dejándome una sensación de extrañeza en el aire. Me preguntaba constantemente si Arianna albergaba algún prejuicio en su interior o si, de alguna manera, tenía conocimiento de mi pasado.
La sombra de la incertidumbre se cernía sobre mí, haciendo que cada interacción con ella se convirtiera en un rompecabezas por resolver. Cada mirada fugaz, cada comentario breve, generaba en mí un cúmulo de preguntas sin respuesta. La inquietud y el cuestionamiento se entrelazaban en mi mente, intentando desentrañar el enigma que representaba la relación con la rubia.
Mientras los villancicos se extendían por los pasillos, la puerta entreabierta de la habitación fue el telón de fondo para una escena inesperada. En ese instante, surgió Oscar, vistiendo una diadema adornada con cuernos de reno y una nariz roja brillante, su rostro iluminado por una sonrisa traviesa. Su atuendo festivo y extravagante provocó una explosión de risas que burbujeó desde lo más profundo de mi ser. Las carcajadas resonaron en la habitación, colmada de un júbilo contagioso.
-¿Qué opinas de mi look navideño?-preguntó Oscar, con una chispa juguetona en sus ojos, disfrutando de mi reacción.
-Nunca te había visto tan espléndido.-respondí entre risas y con una mirada divertida.
Nuestro momento de alegría compartida se amplificó aún más, envueltos en una atmósfera de risas y complicidad. En un gesto espontáneo, Oscar depositó un dulce beso en mi mejilla, añadiendo un toque de calidez a aquel instante de diversión. Acto seguido, con su carisma característico, nos dirigimos hacia la mesa, donde Nicole y Chris esperaban ansiosos, marcando el comienzo de la unión y celebración familiar.
El aroma de las delicias navideñas impregnaba el lugar, acompañado por risas y charlas animadas que resonaban en la acogedora sala. Las sonrisas llenaban el espacio, iluminando los rostros de aquellos reunidos alrededor de la mesa festiva. El pavo, majestuosamente dispuesto en el centro, servía como testigo silencioso de la celebración que se avecinaba.
El brillo de la vela centelleaba sobre los platos relucientes, mientras el crujir de la leña en la chimenea proporcionaba una banda sonora reconfortante para la velada.
Sin embargo, en medio de la calidez de aquella noche, mi corazón se vio invadido por un atisbo de melancolía. Los recuerdos de Navidades pasadas en Italia con mis nonnos y Charles se agolpaban en mi mente, tejiendo una capa de nostalgia alrededor de mis pensamientos. La añoranza se colaba, trayendo consigo imágenes de momentos vividos en otro lugar, rodeados de cariño y tradiciones familiares. A pesar de la melancolía que abrazaba mi corazón, me dispuse a sumergirme en el presente, recordándome a mí misma que esta noche estaba repleta de motivos para celebrar. La compañía amorosa de amigos y la nueva familia que había encontrado en aquel cálido hogar eran razones suficientes para dejarme llevar por la alegría del momento y disfrutar plenamente de la noche que se extendía ante nosotros.
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♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧
FanfictionDonde Callie y Charles se casaron jóvenes, pero no saben si fue el mayor error de sus vidas.