XXIX ♧ Brutal pt. 2

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-¿Calíope?-indaga una voz femenina.-Oh, está regresando en sí.

Mis párpados se sentían pesados, como si estuvieran cargados de un sueño profundo del que no quería despertar. Poco a poco, comencé a recobrar la conciencia y me encontré en un lugar desconocido, rodeada por las luces blancas y estériles de una sala de atención médica. La familiaridad de la unidad médica del circuito comienza a asentarse en mi mente. Tres rostros preocupados me miran con atención, y una oleada de confusión me inunda.

-¿Qué... qué ha pasado?-pregunto confundida.

-Mi amor, estabas inconsciente. Te desmayaste.-respondió Charles con la mirada ansiosa, mientras toma mi mano con ternura.

Mis pensamientos se agitan mientras trato de recordar lo que sucedió. Nada viene de inmediato. Tengo pocos recuerdos de esta mañana y unos cuantos en la sala de medios. Trato de incorporarme en la camilla, pero todos insisten en que me quede acostada.

-No te levantes, quédate ahí.-suplicó Lily.-Todo estará bien. Estábamos muy preocupados por ti.

Oscar, el apoyo constante en estas semanas turbulentas, se acerca también, con sus ojos revelando alivio. Aún llevaba puesto su traje, el cual estaba levemente desabotonado, dejando ver un poco de la ignífuga que llevaba por dentro.

-La doctora nos dijo que solo fue un desmayo, probablemente debido al estrés. Pero estás segura ahora.-sonrió débilmente.

-Gracias... por estar aquí, chicos.-susurré.

Mientras la doctora me da sus indicaciones y observa con atención mi estado, no pude evitar notar la tensión palpable que inunda el aire de esta habitación. Con Charles a mi lado, sosteniendo mi mano y mostrando su preocupación, y a Oscar también presente, la atmósfera se vuelve inquietante. El monegasco busca tranquilizarme, pero siento su mirada constante sobre mí como si examinase a un bicho raro. El australiano, por otro lado, luce inquieto y parece desviar su mirada demasiado a menudo hacia Charles. Su molestia es evidente.

Mis pensamientos se agitan, y mientras la doctora sigue hablando, mi mente se debate entre el alivio de su atención médica y la complejidad de la situación entre Charles y Oscar. A medida que mi cabeza se aclara y me recupero del desmayo, sé que tendré que abordar no solo mis propios sentimientos y preocupaciones, sino también las dinámicas que se han desencadenado a raíz de mi indecisión. La tensión en la habitación parece aumentar, y puedo sentir cómo el conflicto latente amenaza con estallar en cualquier momento.

En medio de este escenario incómodo, Lily, quien siempre ha sido atenta y perceptiva, se da cuenta de la tensión en la habitación al leer mi rostro. Guiña un ojo, dándome la confianza de que todo estará bien.

-Entonces nos vamos de vuelta al hotel y yo voy a quedarme con Callie.-ofreció Charles.

-Si me necesitan, yo también estaré disponible.-intervino Oscar.

-No te necesitamos, gracias.-dijo sarcásticamente el ojiverde.

-Creo que solo Callie decide eso.-replicó desafiante el australiano.

-Ni uno de ustedes la ayudará de la manera que necesita si siguen aquí. Ahora mismo, los dos son una carga. Salgan de aquí, déjenme hacerme cargo de esto.-bufó.-Yo llevaré a Callie de vuelta al hotel.-protestó Lily.

Las palabras de la asiática cortan el aire como un cuchillo, y por un instante, permanecimos temerosos de su determinación. Oscar me mira con una expresión de preocupación en sus ojos, pero se retira. Charles, un poco más reacio, sigue a Oscar fuera de la habitación.

La puerta se cierra detrás de ellos, dejándome a solas con Lily. Su mirada es comprensiva. Por un momento, ni una de nosotras dice nada. El peso de la situación es palpable, y aunque estoy agradecida de que Lily haya intervenido, sé que esta compleja dinámica entre ellos aún debe resolverse.

♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora