El miércoles había llegado, y después de un ajetreado inicio de semana en Brasil, me encontraba ansiosa por el plan que había acordado con Lily. Habíamos quedado en encontrarnos para una cita que prometía ser un bálsamo para el alma después de días de tensión y preocupación.
Desde que aterricé con la delegación de McLaren en Brasil el lunes por la mañana, había pasado tiempo con Charles, disfrutando de momentos que me recordaban por qué había decidido casarme con él en primer lugar, por qué era mi persona. Conocimos algunos lugares increíbles junto a Max, Kelly y Lando. No obstante, sabía que habían pasado semanas sin ver a mi golfista favorita, la cual se había convertido en una de las personas más importantes en mi vida.
Habíamos decidido comenzar nuestro día de chicas con una sesión de manicura en un spa que Kelly nos había recomendado. El olor suave de los productos de belleza flotaba en el aire mientras nos sentábamos en cómodas sillas, dispuestas a consentir nuestras manos.
El tiempo con Lily era como un soplo de aire fresco. Durante los primeros días en Brasil, me había sentido en una burbuja con todo lo acontecido el fin de semana pasado, pero ahora tenía la oportunidad de relajarme y ponerme al día con una amiga de confianza. Sabía que, entre esmaltes y charlas, encontraría un espacio de comodidad, donde podía ser yo misma.
Mientras la asiática y yo disfrutábamos de la manicura, decidí sacar a relucir el asunto que me había estado inquietando desde el cumpleaños de Charles. Sabía que era hora de abordar ese tema con alguien que había presenciado el acto, quería saber si estaba exagerando o si ella también había percibido algo.
-Tengo que contarte algo que ha estado rondando en mi cabeza desde el cumpleaños de Charles.-suspiré.-¿Recuerdas a esa chica que me tiró la bebida en el yate?
-Sí, claro. Cómo olvidarlo.-rodó los ojos mientras la esteticista le daba masajes en los nudillos.
-Bueno, he estado pensando en eso últimamente, y me parece que esa chica tenía una relación muy cercana con Charles. Parecía conocerlo más de lo que yo esperaba, y él reaccionó de una manera extraña cuando ella apareció.-dije con los ojos entrecerrados.
-Callie, no.-espetó incrédula.-¿Crees que..?
-No lo sé, pero me tiene tan inquieta. Quiero creer en él, pero no puedo evitar sentir que algo no está del todo bien.
-Esa chica es amiga de Kika. ¿Quieres que le pregunte?-ofreció interesada.
-No, no.-solté espantada.-Mejor no. Pueden sospechar algo.
-Kika la conoce, así que podría estar en su lista de seguidos en Instagram.-replicó antes de guiñar un ojo.-¿Recuerdas su nombre?
-Alexandra.-susurré.
-Vamos a resolver este enigma, Callie.-dijo tecleando en su móvil.-Aquí está miss Kika Gomes Cerqueira y voy a buscar entre sus seguidos para ver si encontramos a esa chica.
La concentración en los movimientos de Lily y el sonido de sus dedos deslizándose sobre la pantalla de su teléfono se sumaban al suspenso en el ambiente. Mientras esperaba el resultado de la búsqueda, una mezcla de nerviosismo y miedo se apoderaba de mí. Por fin, después de unos minutos de búsqueda minuciosa, Lily hizo un pequeño gesto de triunfo.
-¡Aquí está! La encontré. Se llama Alexandra Saint Mleux, y parece que comparte bastante en su perfil. ¿Quieres que veamos sus publicaciones?-preguntó atenta.
Con un nudo en la garganta, asentí con determinación. Las piezas del rompecabezas estaban empezando a encajar, y estaba lista para descubrir más sobre la misteriosa Alexandra: Tenía 22 años, francesa y estudiante de historia del arte. Con cada desplazamiento en el perfil, mi ansiedad aumentaba, y mis ojos escudriñaban cada detalle. Fue entonces cuando noté algo intrigante. Algunas de sus publicaciones mencionaban países y fechas que coincidían con los Grandes Premios de esta temporada. Lily y yo compartimos una mirada de sorpresa mientras revisábamos las fotos y comentarios que Alexandra había compartido durante los eventos de Fórmula 1.
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♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧
FanfictionDonde Callie y Charles se casaron jóvenes, pero no saben si fue el mayor error de sus vidas.