Luego de la fiesta, un flujo constante de amigos y familiares lejanos llegó para saludar a Nonno. Entre risas y conversaciones, el ambiente se llenó de alegría y efervescencia, aunque en mi corazón latía la preocupación por Nonna.
Manuele y Oscar compartían una charla animada en un rincón, sumergidos en algún tema que los absorbía por completo. Mientras tanto, Charles estaba sentado en la sala, en compañía de Sandrine. Observaba el vaivén de la reunión con su habitual serenidad.
Con aproximadamente veinte minutos para que el año terminara, una sensación de inquietud me empujó hacia la habitación donde Nonna se encontraba. Sentía como si estuviera fuera de lugar, como si la celebración fuera una afrenta a la realidad de la enfermedad de Nonna. A pesar de ello, Nonno insistía en que eso era lo que ella habría querido.
Aprovechando un momento tranquilo, me dirigí hacia la habitación de Nonna. Sentía la necesidad de compartir un momento a solas con ella, de estar a su lado en un momento que, para mí, tenía más significado que cualquier festividad. Era un gesto íntimo, una conexión que iba más allá de las luces brillantes y los brindis de año nuevo.
Al entrar en la habitación, pedí amablemente a la enfermera que me dejara a solas con Nonna. Con gesto comprensivo, la enfermera accedió y me retiré a un lado de la cama. Nonna yacía allí, con los ojos abiertos, rodeada de la asistencia médica que le proporcionaba ayuda en su respiración. A pesar de las circunstancias, su rostro se iluminó con una sonrisa al verme entrar.
Me senté en el borde de la cama, cerca de ella, mientras la luz tenue de la habitación reflejaba la serenidad que emanaba de su presencia. La conexión entre nosotros no necesitaba palabras. Había un vínculo especial, un entendimiento que superaba las barreras físicas. Su sonrisa, a pesar de la situación, irradiaba amor y tranquilidad.
-Hola, nonna.-saludé tomando su mano
-Mejor ahora que te veo. Estás preciosa en ese vestido.-sonrió.
-Gracias, Nonna.-dije sonrojada.-¿Cómo te sientes?
-He estado peor, cariño.-bromeó-Ahora cuéntame, ¿cómo estuvo la cena?
Ambas compartimos una risa ligera, dejando que esa pequeña chispa de alegría llenara el espacio. Sin embargo, mi expresión cambió al recordar la presencia de Manuele en la celebración.
-Manuele está aquí.
El silencio se instaló por un breve instante, interrumpido por la calma voz de Nonna.
-Quisiera pedirle una disculpa a Manuele antes de que me vaya.-confesó.
-No... No digas eso, Nonna. No te irás a ningún lado, estás mejorando...-supliqué con la voz entrecortada.
-Cariño, juzgué mal a Manuele. Que esté de vuelta en tu vida es una bendición y lamento tanto haber interferido el día de tu cump...
-No hablemos de eso.-interrumpí.-Hablemos de qué haremos el día de tu cumpleaños, es el día de reyes y se que estarás mejor.
La calidez de Nonna se manifestaba en su gesto sereno cuando tomó mis manos con suavidad, como si fueran tesoros frágiles que proteger. Su mirada profunda reflejaba una mezcla de serenidad y un rastro de pesar.
-Escúchame, mi niña. Hay algo que he guardado por demasiado tiempo. Espero que puedas perdonarme por ello.-susurró.
Sentí un escalofrío recorrerme cuando su tono, habitualmente sereno, adquirió un matiz de seriedad. Mis ojos, inundados de confusión y preocupación, se encontraron con los suyos, buscando respuestas en esa mirada que siempre irradiaba calma y sabiduría.
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♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧
FanfictionDonde Callie y Charles se casaron jóvenes, pero no saben si fue el mayor error de sus vidas.