VII ♧ Adios, Bologna

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-¿Podemos hablar?-pidió con voz suave.

-No quiero hablar, Charles.

Sentí el peso de su cuerpo en la cama, yo estaba acostada hacia un lado, viendo hacia la enorme ventana. Por alguna razón llovía, y concentré mi vista en los enormes árboles que se movían a merced del inclemente viento, lo que anunciaba que el período de lluvias en Maranello estaba a punto de comenzar. La época que más odiaba.

-Por favor, perdóname.-suplicó pegando su cuerpo al mío.-Fui un idiota que perdió la noción del tiempo y olvidó lo que era importante. Te prometo que no volverá a suceder.

-Siempre lo prometes.-susurré.

-Cal, no quiero que estemos mal... Es mi culpa, lo sé, pero...

-Buenas noches, Charles.-dije mientras me arropaba.

Cerré los ojos y el se dio la vuelta. Suspiró y apagó la luz de la lámpara que yacía en el buró que estaba al lado de su cama. Trato de contener el llanto, no quiero que me escuche llorar o tener que hablar con él. Al menos no hoy, pues la decepción que sentía era abrumadora. Él me había prometido que esta vez sería diferente, que estaría a mi lado. Pero una vez más, había fallado en cumplir su palabra. ¿Acaso no recordaba lo mucho que ambos sufrimos hace 3 años, cuando finalizando el primer trimestre perdí el embarazo? ¿No le importaba saber que cada que veía un espéculo o me ponía una bata, comenzaba a temblar sin control recordando ese fatídico día?

Miles de preguntas rondaban por mi cabeza. Me sentía mareada, me sentía débil, me sentía impotente. Charles y yo estábamos cada vez más desconectados, y quisiera poner toda la culpa en él, pero no puedo. Las relaciones son 2 personas, y ambas son igualmente responsables de lo que sucede en esta. Me enfadaba, me enfadaba con él y conmigo misma. Quería expresar mi enojo, pero también temía que una confrontación pudiera empeorar las cosas. Tenía que ser madura, tenía que evitar las peleas. Me encontraba en una encrucijada emocional, y acostada en la cama con él a mi lado, atormentada por mis pensamientos, me daba cuenta de que nuestro matrimonio estaba en peligro. Necesitábamos tener una conversación honesta y profunda antes de que fuera demasiado tarde.

-¿Callie?

-¿Si?-pregunto con un hilo de voz.

-No podemos ir a dormir peleados.-susurró. Todas mis defensas se rompieron al escucharlo tan frágil, tan arrepentido.

-Lo sé.-respondí. Volteo y me encuentro con sus ojos, listos para soltar un par de lágrimas.

-Prometí estar allí contigo y no cumplí mi palabra. Me siento profundamente arrepentido por haber faltado a esa cita. No hay nada que me importe más que tú, que nuestra familia.

Su admisión de culpa fue un paso importante, pero sabía que necesitábamos profundizar en la raíz del problema, aunque me aterrara el hecho de si quiera mencionarlo. Nunca he sido confrontativa, no me importa ceder con tal de evitar conflictos, pero sentía que ceder esta vez sería un gran error.

-Esto va más allá de una promesa rota... Siento que nuestra comunicación se está deteriorando y que estamos perdiendo la conexión que solíamos tener.-sollocé.-¿Qué nos está pasando?

-Mi vida, creo que me he dejado llevar por otras cosas en mi vida y he descuidado nuestro matrimonio.-noto que se tomó un momento antes de responder, eligiendo sus palabras con cuidado.-Me he vuelto distraído y egoísta en algunos aspectos, y eso no está bien. Debería haberte apoyado mejor, especialmente en estos momentos.

-Necesito que comprendas cuánto significan para mí estas citas y, más importante aún, tu apoyo en ellas. No es solo una cuestión de salud; es una cuestión de sentir que estamos juntos en esto, que nos cuidamos mutuamente.-acaricié su mejilla.

♧ The Great War | Charles Leclerc / Oscar Piastri ♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora