Narra Avery
Esta ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Todas y cada una de las sensaciones que viví con ellos... no me gustaría olvidarlas nunca. Marcos es casi como un hermano mayor, Lucas es una persona que no sabría explicar pero que simplemente no me gustaría que estuviera fuera de mi lado, y Omar es simplemente genial. Son de los mejores amigos que nunca pude tener.
Pero eso no se lo digáis, si no me cortaré la lengua y lo negaré todo.
Luego de haber pasado un gran momento me tocaba luchar contra mis demonios del pasado. ¿En serio cuando mi vida empieza a conseguir una estabilidad tiene que haber algo que la joda? Parece el argumento de un libro de Wattpad escrito por chavalas de 17 años.
Durante la comida Mike me había sugerido ir a una cafetería. Y justo me dijo esa cafetería. No, no la que ayer Cecilia casi se mete de putazos con Bea, si no la que en mi primera... ¿cita? No sé como llamar a eso, pero la primera vez que quedó a solas con Noah fuimos ahí. Y fue justo ahí donde me citó Mike.
Estaba nerviosa, no lo voy a negar.
En mi cabeza tengo la clara idea de que vamos a estar hablando durante horas para poder estar al día de todo el tiempo que llevamos alejados, pero algo dentro de mi me dice que no vamos a tener nada de que hablar, y la incomodidad que tenía yo cuando era más pequeña de hablar con el chico que me gustaba volvería. Aunque ya no guarde ninguno de esos sentimientos.
¿Verdad?
—¡Mon petit arc! Ya pensé que no vendrías —Me llamo desde exactamente la misma mesa donde me senté con Noah aquel día.
Durante unos segundos sentí un deja vu que me dejó con el cuerpo mareado. Vi a Noah ahí sentado, con su sonrisa de niño bueno de siempre y contándome cualquier cosa de su vida, o yo contándole mis problemas de mierda mientras el escuchaba sin decir una sola palabra. Luego pestañeé, y en su lugar me encontré a un chico tatuado hasta arriba, con un piercing en la lengua y la típica sonrisa que te suelta un acosador sexual en una discoteca.
Es literalmente la elección de todos los juegos otome, ¿con quién te quedabas? ¿Con el chico bueno, amable y estudioso que sé que guarda algún secreto que no me quiere decir o el amor de tu infancia que parece que en unos años acabará en un reformatorio?
Me senté frente a la segunda opción.
—No iba a dejarte plantado.
—No sería la primera vez —Se río en mi cara, le miré fatal.
—Solo fue UNA VEZ, y era por una urgencia.
—Se había muerto tu caracol.
—¡El señor caracoles era muy importante para mí!
—Que asco de nombre... a veces me arrepiento de enseñarte francés.
Sonrió de manera amplia soltando una pequeña risa que me hizo recordar todos los motivos por los que sentía algo por el. Siempre me dejó tonta ese acento cuando habla francés o los pequeños hoyuelos que se le forman al sonreír de manera exagerada.
Aunque ahora lo veo y siento que ha cambiado mucho. Ya no es ese niño pequeño que se metía en problemas para llamar la atención y se peleaba con cualquiera que molestara a su hermano pequeño. No. Ahora es más adulto, más serio, tiene una mirada futurista, de esas que le miras a los grandes soñadores.
Me quedé embobada viendo sus ojos negros.
—¿Saben ya que van a tomar? —El camarero se puso al lado de nuestra mesa con una mini libreta, con tanto pensamiento que no me había dado tiempo a ver el menú, pero ya sabía lo que quisiera.
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El muerto, el British y el gay
Teen FictionAvery está cansada de mudarse de una ciudad a otra, por eso en este nuevo sitio tiene la idea de que nada nuevo pasará, de que todo será tan aburrido como siempre. Al menos hasta que la sonrisa de Noah apareció en su camino y jamás podrá salir de é...