Capítulo 10

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Narra Avery

¿A qué viene esa pregunta? Ese idiota... ¿estaba ligando conmigo? Sabía que en las fiestas la gente se revolucionaba y decía tonterías así que decidió hacer lo mismo.

—Sí, pero soy necrófila así que solo tendrías una oportunidad si te murieras.

—Eso no es muy complicado —respondió con una sonrisa. ¿Pero ese tío estaba mal de arriba o qué? Lo miré extrañada.

—Fingiré que no ha dicho eso.

—Tu has sido la rara que ha hablado sobre tirarse a muertos.

—¡Avery, ven a bailar! —escuché la voz irritante de Lucas, y por una vez lo agradecí, esa conversación empezaba a ponerse cada vez más rara. Lucas se me acercó y jaló de mi brazo para que diese una vuelta sobre misma y bailase con él. En cualquier otro momento de la noche lo hubiera mandado de paseo pero los comentarios de Noah me habían dejado un poco descolocada y necesitaba distracción.

Las horas siguieron pasando y nosotros seguimos bailando. Cuando dieron las 4 Amanda ya estaba dormida sentada en una silla con la cara cubierta por una servilleta, dos de los del grupito de Noah habían desaparecido y Lucas se había pasado la media hora pasada bailando con unas chicas que parecían muy satisfactorias en él, borracho. como una cuba. Yo por mi parte había pasado la mayor parte del tiempo bailando con Kenan, que ya parecía haber dejado de odiarme; Noah, que no había vuelto a sacar el tema de mi soltería, y Bea que aunque notaba su mirada de desprecio sobre mi, me sonreía y me hablaba con amabilidad. 

Todo era divertido hasta que una chica muy borracha se acercó de más a Lucas, no se muy bien que creó la situación porque estaba algo alejada y sin prestarle atención, pero acabó peleando con un amigo de la chica y salió un pómulo morado.

—Eres un idiota —dándole una botella de agua fría que acababa de comprar para que se la colocara en la cara.

—No fue mi culpa —se defendió Lucas sentado en unas escaleras en la calle cerca del local —yo no quería nada con ella y su amigo se enfadó porque la rechacé. Que ella no pueda tomar un no por respuesta no es mi culpa.

—Sabía que crearían problemas —oí a Bea comentarle a Kenan en voz baja.

—Cállate —le dijo él casi en un susurro.

Al parecer Lucas también lo había oído porque reaccionó de muy mala manera:

—¡Yo vine a una fiesta, no a bailar contigo, si tanto te molestaba podrías haberte ido! Nadie te rogaría para que te quedaras.

—¡Serás imbécil! —le gritó Bea y se fue enfadada en dirección contraria.

—¿No deberíais ir tras ella? —pregunté porque ninguno de sus amigos parecía querer moverse.

—Ella es así, se enfada y luego vuelve. No debería haber hecho ese comentario que no venía a cuento —Kenan cruzó los brazos —. ¿No deberías llamar a alguien? Se le ve bastante borracho.

—No creo que lo esté tanto, habla muy bien —dijo Noah sentándose junto a Lucas, pero a diferencia de mi acompañante, él no había probado una sola gota de alcohol.

—He bebido pero aguanto bien el alcohol —aseguró Lucas.

—Lo dice el que le ha pegado a otro tipo —Kenan se sentó también, junto a Noah.

—¡Ya os he dicho que empezó él!

—A quién quieres que llame? ¿A Marcos o me das el teléfono de Omar? 

—No, no, no —se sujetó la cabeza —a ese ni en broma que me mata por meterme en peleas, además no tienes que verlo, es demasiado guapo para tus ojos.

El muerto, el British y el gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora