Capítulo 44

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Narra Avery

—¿Qué os parece? —pregunté emocionada. Sería el primer viaje que haría con mis nuevos amigos y mi novio y lo estaba deseando.

—Paso —Lucas siempre tan aguafiestas.

—Yo no lo veo muy claro, tengo que estudiar, todavía tengo exámenes y con el trabajo no se si me puedo permitir pedir tantos días.

—¡Marcos tu también no! Esa semana hay dos feriados y todos hacen puente, es perfecto.

—Y justo por eso, todo el mundo aprovechará para viajar a ver las luces navideñas, habrá demasiada gente, la gente no merece rodearme mientras disfruto de las vistas —Lucas hizo ademán de marcharse pero se lo impedí.

—También podría venir Omar... y Cecilia. Imagínate a vosotros dos juntos abrazados por por el frío del norte contemplando las luces. ¿¡Se puede ser más romántico!? —mi perspectiva pareció interesarle.

Lucas se volvió a sentar en una de las sillas altas de la encimera de la cocina mientras Marcos cocinaba la cena.

—Me empieza a gustar tu idea, pero no se si Omar aceptará que le pague el viaje, con su situación económica es complicado que acepte.

—¿Todavía no sabes si le han aceptado en el trabajo? —preguntó Marcos mientras freía unos huevos.

—No, o al menos no me ha dicho nada.

—Tú coméntaselo, ¿sí? —Lucas me miró por unos segundos antes de hablar con recelo.

—Vale.

—¡Bien! —no pude evitarlo y me lancé a abrazarle. Lucas se quedó quieto con los brazos en el aire, era el primer abrazo que le daba nunca y no se lo esperaba pero es que me hacía ilusión viajar con ellos y con el resto, podía ser divertido.

Al final el menor de los primos cedió a mi abrazo aunque algo incómodo y me dio un par de palmaditas en la espalda.

—¿No deberías hacer esto con tu novio o algo así? Yo ya tengo el mío por si no te habías dado cuenta.

—Lo siento —dije y me separé de él que me miraba como si estuviese intentando descifrar qué me pasaba. Todo sea dicho, no me arrepiento de haberlo abrazado.

—¿Y tú, Marcos?

—¿Me dejas pensármelo?

—Sí.

Deseaba de verdad que Cecilia y Marcos fuesen y tenía ganas de comentarle a ella el viaje pero no sabía si debía todavía o esperar a que Marcos me diera una respuesta.

—Tienes hasta mañana.

—Te quedas sin cenar.

—Entonces hasta pasado, pero quiero mis huevos.

—¿Y Pascal?

—Puedes dejarlo otra vez con tu madre.

—No creo que esté preparada para cuidar a Pascal, no lo hizo tan bien la última vez.

—Pero si la llamabas cada dos minutos. Hasta yo estoy preparado para cuidar a tu hijo que dejas abandonado todo el rato —se quejo Lucas.

—Primero, soy un padre soltero con responsabilidades; y segundo, tú no estas preparado, solo que eras la única opción.

—No te vuelvo a cuidar al gato. ¡Y ni se te ocurra pedírselo a Omar! —amenazó el menor de los primos.

Al parecer Lucas se había quedado sin cena. Ahora quedaba el tema de Pascal, que con un poco de persuasión de Cecilia seguro conseguiríamos que Marcos lo dejase con su madre. Había que comenzar a buscar trenes.

Al final Marcos sí que le dio comida a Lucas.

—¿Esto tiene gluten?

—¡Qué no!

Narra Marcos

La clases del señor Peter sobre historia medieval de Europa normalmente era interesante y muy amena pero ese día solo podía pensar en la propuesta de Avery y en viajar a algún lugar bonito con Ceci. Estuve toda la clase dándole vueltas a ello cuando alguien dio una palmada a pocos centímetros de mi cara. Era Petra, la unica de mis amigos que estudiaba lo mismo que yo.

—¿Marcos? Estás empanado, la clase ya ha acabado. ¿A ti que te pasa?

Mier... había estado la mitad de la clase sin hacer nada y no me había enterado.

—Me distraje pensando en mi gato —era parcialmente verdad —¿Después me dejas tus apuntes?

—Eres tonto, vámonos que la clase casi se vacía.

—Íbamos de camino a la puerta cuando   el profesor se nos acercó.

—Marcos, ¿puedo hablar contigo un momento?

Oh no, seguro se pensaba que no me interesaba su clase cuando él era uno de los mejores profesores (o de los pocos buenos). ¡Qué mala suerte la mía!

—¿Recuerdas aquel programa de becas que tenía la universidad para estudiar un semestre en Reino Unido para el que te apuntaste?

—Sí —en realidad no, lo había olvidado, había tenido otras cosas importantes que pensar desde el semestre anterior más que en si me habían aceptado a no en un programa para gente muy notable en el que no creía tener tantas posibilidades.

—Te han aceptado —¡oh! —Supongo que te llegará un correo para que continúes con el proceso y entregues más información, necesito esto firmado con tu confinación en el caso de que decidas viajar, cuanto antes mejor.

El señor Peter solía encargarse de los asuntos más complicados para ayudar a  los alumnos con trámites referentes a la universidad.

—¡Joder! —se le escapó a Petra a mi lado pero un poco alejada.

—Yo creí que no...

—Pues sí, tienes una buena media y el certificado del nivel de inglés habrá ayudado.

—Gracias.

No sabía como sentirme. Era algo que me había hecho real ilusión en su momento, pero la ilusión de algo que sabes que no va hacerse realidad, como una pequeña aventura por explorar pero irreal. Me alegraba de haber sido seleccionado pero estaba muy bien como estaba, me gustaba mi universidad, mis amigos, mi familia tampoco estaba muy lejos, mi compañera de trabajo lo hacía divertido y ahora tenía a Pascal, y sobre todo, deseaba llegar a algo con Cecilia, y no sabía si podría conseguirlo a más de 2000 kilómetros de distancia.

Después de la posibilidad de marcharme lejos un viaje para ver unas luces de navidad durante el puente no parecía tan mala idea.

Me llegó un mensaje de Lucas: <<Le han dado el trabajo, gracias por recomendarlo>> definitivamente ese idiota estaba muy enamorado, casi nunca agradecía por nada.

<<De parte de Omar>> ese mensaje lo explicaba todo, que iluso fui.

...

—¿Listo?

—¿Debería estarlo, no? —Omar miró a Lucas sonriente, hacían una pareja tan buena.

—Pues cojamos las maletas y vayámonos —mandé a mis amigos, claramente en ese viaje sería el encargado de todo (como siempre en cualquier viaje que hacía con algún amigo, aunque normalmente estaba Axel para acompañarme en ser responsable). Noah y yo habíamos alquilado las habitaciones de hotel, comprado los billetes y organizado todo mientras el resto holgazaneaban.

¿Era tarde para arrepentirse de aguantar a un grupo de jóvenes emocionados y enamorados? ¿Debería contarme a mí en ese grupo? Puede ser.

El muerto, el British y el gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora