Narra Avery
No me podía creer lo que estaba viendo. Noah. ¿QUÉ HACÍA AHÍ ÉL? Me había estado ignorando días y de repente se presentaba en una casa que no era mía a las tantas en nochebuena.
¿Cómo habría encontrado la dirección? Me giré para ver si alguien lo estaba viendo y vi a Lucas asomado desde la puerta del salón sonriendo pícaro, ese idiota... era el culpable. Si aquello acababa mal lo estrangularía, si por otro lado terminaba bien lo abrazaría y tendría que aguantarse. Omar asomó también la cabeza y levantó los pulgares sonriendo en señal de aprobación, quizá él fuese el culpable, lo que tenia mucho más sentido teniendo en cuenta su personalidad, aunque seguro estaba compinchado con Lucas.
-¿Puedo pasar? Me estoy congelando -me preguntó Noah al ver que no me movía ni decía nada. Era las primeras palabras que me dirigía desde que me había mandado aquellos mensajes.
De dejé paso y antes de que pudiera decir nada apareció la madre de Marcos y su hermano entrando en el recibidor.
—¡Hola! Veo que conoces a Avery... ¿Es tu amigo? —asentí.
—¡Es su novio! —gritó Lucas desde la puerta y Omar le tapó la boca y lo hizo volver al salón.
—Ah... ¡Qué bien! ¿Quieres quedarte? Tenemos polvorones.
—No, gracias, solo vine a saludar —respondió Noah sonriente. ¡Cómo extrañaba esa sonrisa!
—Bueno, pues entonces os dejo para que habléis —acarró a su hijo menor de un hombro y lo arrastró suavemente para dejarnos solos.
—¡Pero mamá, yo quería hablar con él para ver si es bueno para Avery!
Rubén era una monada, bueno para mí, Noah es genial para mí, pero yo parezco no serlo tanto para él.
Cuando estuvimos solos por fin me atrevía preguntarlo.
—¿Qué haces aquí? ¿No estabas enfadado? ¿No me odiabas? —lo de odiar podría ser un poco exagerado pero era así como me sentía, creía que no querría volver a verme.
—No podría odiarte aunque quisiera —eso me tranquilizó un poco pero no lo suficiente.
—Supongo por qué estas aquí —asintió, y supuse que me tocaba hablar a mí —Ya no... ya no sé como pedirte disculpas, me arrepiento muchísimo de lo que...
—No hace falta que me pidas perdón doscientas veces, ya sé que lo sientes. ¿Pero cómo crees que me sentí yo cuando descubrí que nunca me hubieras dicho lo que sabías de no haber sido porque te amenazaron? No justifico a Bea pero, ¿cómo crees que me siento al saber que me hubieras seguido mintiendo?
—No te mentí, solo no dije...
—Ya, no decir nada, ocultar información, mentir, llámalo como quieras pero es lo mismo, lo que importa es que no confías en mí. ¿Cómo podría estar con alguien que no confía en mí?
—¿Qué? ¿Estás tratando de romper conmigo? ¿Haz venido para eso? ¿En navidad? —¿Qué clase de pesadilla era aquella? Mi novio que se había peleado conmigo se presentaba en navidad para romperme el corazón después de tenerme días en vilo. No podría haber peores navidades.
—¡No Very! ¡Por supuesto que no voy a romper contigo!
—¿Entonces qué? —ya no entendía nada.
—No quiero romper contigo, no podría... solo quiero... -respiró profundamente y suspiró, si no hablaba rápido iba a darme un ataque -no puedo estar más tiempo peleado contigo, no lo soporto. ¡Joder, te extraño! ¡Extraño lo que tenemos y tus besos y tus risas! No quiero seguir así y mucho menos en navidad. No quiero pelearme contigo en las fiestas. Ya no lo aguanto.
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El muerto, el British y el gay
أدب المراهقينAvery está cansada de mudarse de una ciudad a otra, por eso en este nuevo sitio tiene la idea de que nada nuevo pasará, de que todo será tan aburrido como siempre. Al menos hasta que la sonrisa de Noah apareció en su camino y jamás podrá salir de é...