Sin importar el clima fresco, ni el riesgo de hundimiento o la oscuridad, Janna finalizó su trayecto bajo el Monte Yspona. Sentada sobre una roca húmeda, miraba al cielo y realizaba movimientos absurdos con el palo de obsidiana a fin de entretener a su mente.
JANNA: Había mucho jaleo...
Janna sentía el cielo a dos palmos.
JANNA: He podido...
Janna apartó la vista y la dirigió a la cueva bajo el Monte Yspona.
JANNA: He sido relevante...
Janna se frotaba las manos para entrar en calor.
JANNA: Pero eso no será bueno.
Janna estornudó.
JANNA: No sé...
Janna se percató de que por la salida de la cueva caían gotas.
JANNA: ¿Por qué ahora lo veo todo con mayor claridad?
Pisadas cautas se producían a las espaldas de Janna. Ysla y Gyrbe, tras ascender la última pendiente, corrieron hacia ella, entre el llanto y la alegría angustiada.
GYRBE: ¡Janna!
Janna se puso en pie y extendió el palo para evitar el avance de Ysla y Gyrbe.
JANNA: ¡Iros!¡Estáis en peligro!
GYRBE: ¡Pero tu mente estará entretenida mientras hablemos contigo!
Gyrbe trató de acercarse a Janna. Ysla aferró la botella de valeriana que llevaba consigo.
YSLA: ¡Ten!
Janna agarró la botella. De un trago, se la acabó.
YSLA: Eso es.
Janna volvió a sentarse en la roca.
YSLA: Respira profundamente.
Janna perdía fuerza en las extremidades.
YSLA: Desde que se llevaron el cu... los restos de Ernur hacia Azkir, no ha aparecido nadie más de la capital. De momento, no hay alarma ni amenaza.
JANNA: La... habrá...
Ysla se acercó a Janna para cargar con ella.
YSLA: No quiero pensar en eso.
Ysla dispuso a Janna encima de espalda y hombros. Gracias a la Repulsión, la presión era mínima.
10:00. Una de las plantas intermedias del Uzbin fue acondicionada para el velatorio de Estado de Ernur. Las paredes se tintaron de azul marino. El suelo, de dorado apagado. El techo quedó al descubierto para habilitar la luz natural. El ataúd de marfil se encontraba sellado para evitar las miradas y aterradas a los restos del cadáver.
Sentado en una simple silla de madera, Sokin permanecía al lado del altar, oliendo las flores artificiales que los invitados acercaban al ataúd. Con la cabeza apoyada en el puño, dirigía a ratos la vista al suelo y a los allí presentes.
SOKIN: Al menos, aceptaron las invitaciones...
Cinco líderes mundiales se unían en corrillo en una esquina. La primera vestía una sencilla túnica negra. El segundo, un kaftán púrpura. La tercera, un dashiki bermellón. El cuarto, una blusa ocre con chiripa celeste. Y la quinta, una pieza plateada, híbrido de un kimono y una gabardina.
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YvY
FantasyUn brillo recorre el mundo, aunque siempre permanece oculto entre flores, aves o corazones humanos. La familia Neupanoppen vive en Babiloppen, un poblado disperso y alejado de las civilizaciones modernas. Todos tienen en su poder el brillo, desde el...