Capítulo 48: Entre muros

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Para bien o para mal, Alvora solo presenció humanidad en todas sus inspecciones al pasado. La épica de los antiguos cuadros y relatos, al igual que las deidades, no hacían acto de presencia. Los momentos transcurrieron con la torpeza del día a día, con pausas arrítmicas y oraciones antipoéticas. Una crucifixión tuvo en ella el mismo impacto que un fusilamiento o un infarto azaroso.

Por Kudus y alrededores, Myra siempre esperaba con un paseo a que los ritos acabaran. El monótono tono amarillento del paisaje, con cada mirada, se convertía en una paleta diversa. Diferenciar lo mundano era el mayor entretenimiento posible.

MYRA: Espero que esto, al menos, no afecte a mi madre.

Myra tomó un camino de piedras, el cual ascendía hasta un páramo. En él, Alvora, de rodillas, finalizaba su última incursión al pasado. De esta, ni siquiera materializó objetos de valor.

MYRA: ¿Vamos a comer?

El pecho de Alvora dejó de brillar. Con un primer impulso torpe, se puso en pie. Myra se aproximó a ella.

MYRA: Por lo menos, aceitunas no nos faltarán.

Myra y Alvora descendieron por el camino de piedra. Ingresaron en Kudus y se encaminaron hasta el muro más prolongado y resistente de la antigua ciudad. Se sentaron en el suelo y sacaron de las mochilas un puñado de aceitunas.

MYRA: ¿Quieres que juguemos a algo?

ALVORA: ¿Palabras encadenadas?

MYRA: ¿O quieres hablar de algo que te interese?

Myra comía al doble de velocidad que Alvora.

ALVORA: Tengo la cabeza a mil por hora. Es como si tuviera miedo incluso de pensar.

Myra detuvo la mano y cerró la boca.

MYRA: Como ella.

Alvora también dejó de comer.

ALVORA: Sí... Ella.

Alvora tiraba al suelo los huesos de las aceitunas.

ALVORA: ¿Quieres que cambie de tema o que siga el hilo?

MYRA: Lo que te venga mejor.

Alvora suspiró.

ALVORA: Solo quieres que te dé una excusa para que hables de Janna. Y, de paso, de Ysla y Lody. No sé si con una extraña ilusión, con culpa o yo qué sé. Habla. Ya está.

Myra replicó el suspiro.

MYRA: Estoy feliz a tu lado, mamá. Pero el no sentirme protagonista de mi propia vida está haciendo que el pasado aparezca cada vez más en mi cabeza. Aunque sé que en ese tiempo nunca lo fui.

Alvora asintió.

ALVORA: ¿Solo has sido protagonista el momento en el que huiste de Babiloppen, antes de reencontrarte conmigo?

MYRA: Es posible. ¿Entonces qué hago?¿Vuelvo a huir?¿Me reencuentro con mi hija para decepcionarnos las dos a la vez?

Alvora elevó los dos hombros.

ALVORA: Yo no sé a qué destino dirigirme ahora. Tengo que informar constantemente a Sokin para que no piense que he abandonado el plan. Me gustaría visitar a Nashva, encontrar reliquias en el bosque, tomar un helado... Y aquí estoy. Sin estar tan siquiera cerca del origen de todo. No eres la más perdida de este metro cuadrado.

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