Capítulo 37: Deber fraternal

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Al despertar, Janna descubrió que nada de su entorno se asemejaba a Neohon. Tres eucaliptos la observaban desde arriba. Por el costado, se escuchaban las pisadas de Ryvanna, Vandy y Namuu.

RYVANNA: Tendrás hambre.

Janna descubrió que se hallaba tumbada en el suelo. Con el tacto, trataba de localizar el palo de obsidiana.

RYVANNA: Y sed.

Janna se levantó. A cien metros, descubrió el rostro de Lody. Pero, por la vestimenta, dedujo que era Tenki.

RYVANNA: Y yo, dolor de espalda. Pero no importa.

Janna se sintió incomodada por la fijación de Vandy y Namuu.

JANNA: Solo estaba durmiendo.

VANDY: Lo sabemos.

Janna se frotó los ojos.

RYVANNA: Habíamos pensado que este sería el mejor destino para... planificar.

JANNA: ¿Y mi hermano?

Ryvanna señaló unos troncos lejanos.

RYVANNA: ¿Quieres decirle algo?

Janna apretó el palo de obsidiana contra la tierra.

JANNA: Sí. 

Janna avanzó hacia el frente.

TENKI: ¿Te encuentras bien?

JANNA: Sí, no te preocupes.

TENKI: Tu amiga Ryvanna me ha dicho que habéis tenido éxito.

JANNA: Se podría decir. 

Janna empezó a notar la transformación en su cuerpo.

JANNA: ¡Sal!

Lody se despegó del tronco y corrió a abrazar a Janna.

LODY: Estaba ayudando a Tenki a recolectar. ¿Todo bien?

JANNA: Sí.

Janna relajó los hombros.

JANNA: Voy a ir a Babiloppen.

Janna y Lody se mantuvieron la mirada.

LODY: ¿Puedo acompañarte?

JANNA: Sí. Aunque necesitaré concentración.

Lody asintió.

JANNA: Pensé en aquel cumpleaños. El de la noche en la que la abuela marchó.

LODY: ¿También se te vino a la cabeza el día de mamá?

Janna dio media vuelta.

JANNA: Puede que mi cerebro no quiera ser tan cruel. Todavía.

22:00. Janna sintió temblor en las piernas en cuanto vio en el horizonte la figura sublime de su hermana Ysla. Aquella sensación se trasladó a Ryvanna, Vandy y Namuu. Lody y Tenki, por ir doscientos metros atrás, aún caminaban como si nada.

LODY: ¿Tienes que volver pronto o...?

TENKI: No te preocupes por eso.

Lody y Tenki se detuvieron al observar el rostro petrificado de Ysla.

LODY: ¿Por dónde ha ido mi hermana?

TENKI: Ya están bajando la colina.

Al girar ligeramente la mirada hacia la derecha, Lody descubrió la cabaña en la que habitó por años.

TENKI: ¿Continuamos?

LODY: Sí...

Lody sintió un toque en el hombro. Sin embargo, Tenki se encontraba al frente. Al girarse, obviamente, encontró su rostro.

GYRBE: Espero que no me haya confundido. Soy Gyrbe.

Lody no supo cómo reaccionar. Gyrbe se lanzó a darle un abrazo.

GYRBE: Mi familia y yo estamos viviendo cerca de aquí.

LODY: Y yo. El doble de mis espaldas es Tenki.

GYRBE: ¿A qué habéis venido a Babiloppen?

LODY: Janna va a intentar salvar a Ysla.

Lody, Tenki y Gyrbe quedaron atrapados en un círculo de miradas.

Mientras tanto, Janna avanzaba hacia el área más cercana a la cabeza de Ysla. Al detenerse en el punto idóneo, dejó el palo de obsidiana en la hierba y tomó aire.

JANNA: Este no es el momento para dar un paso atrás.

Janna se sacudió el cabello.

JANNA: Ni para tener pensamientos inútiles.

El pecho de Janna brilló.

Sus extremidades se tensaron hasta parecer de metal.

El cerebro carburó, hasta ser capaz de desechar recuerdos con tal de centrarse en el presente.

En aquella ideación, Ysla no lograba deshacerse de su coraza. Daba mil golpes al mismo tiempo que la hierba la asfixiaba. 

Gritaba, sin resultado. La hierba se convertía en un mazacote punzante que atravesaba cada parte de la piel de Ysla.

Janna lloraba con los ojos apretados. 

Pero, al aflojarlos, descubrió que su sufrimiento tuvo frutos.

La cabeza petrificada de Ysla se había despedazado. La verdadera Ysla cayó en la hierba, inmóvil. A causa del golpe, recobró la consciencia.

YSLA: ¿Q...?

A Ysla le temblaba tanto la boca que ninguna vocal podía producir.

JANNA: Lo... lo... lo he...

El nerviosismo inicial de Janna se convirtió en euforia.

JANNA: Lo he hecho.

Ysla sintió un cosquilleo en la espalda al presenciar a Janna al frente.

JANNA: He podido hacerlo.

Ysla trataba de avanzar, pese a la atracción que producía su YvY.

JANNA: Y con todo en contra.

Ysla caminó hacia Janna.

JANNA: He podido.

Janna abrió los brazos para arropar a Ysla. El magnetismo se produjo. Mientras se apretaba contra ella, mantenía los ojos abiertos.

JANNA: Soy capaz.

La mirada de Janna se perdía hasta encontrarlo todo borroso.

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