A primerísima hora de la mañana, Janna fue llevada en lancha a Kalsuma por Jenko y Vima. En la nueva orilla herbácea y terrosa de la isla-localidad, se despidieron con un tímido, pero sincero abrazo.
JENKO: Esperemos que tengas suerte.
JANNA: Ojalá.
Janna cargó con sus pertenencias, asió el palo de obsidiana y se distanció de la lancha.
JANNA: ¡Ryvanna!
Las casas, de madera desgastada y humedecida, se repartían entre ligeras elevaciones y se ocultaban tras famélicos abedules. Entre ellas, destacaba una de yeso y ornamento de acero. Se erigía sobre un montículo de basalto y se arropaba con arbustos de frambuesa.
JANNA: Por probar...
Janna subió el montículo de basalto. Al acercarse a la puerta y dar un ligero empujón, se percató de que la puerta no mostraba un mecanismo de seguridad activo. Curioseada a la par que cortada, se adentró.
JANNA: No sé si...
Janna palpó la pared para encontrar un interruptor. Ante ella, se iluminó un recibidor-salón, repleto de caoba, acero y estatuillas de lana.
JANNA: Vaya...
Janna se agachó. Entre los dedos, sostuvo una pluma gris.
JANNA: Parece que es aquí.
Janna avanzó.
JANNA: Ya vendrá.
Janna se sentó en el sofá.
JANNA: Espero.
10:00. Aprovechando los minutos de descanso que le permitían los clientes, Lazira daba pequeños paseos detrás de la barra y, en los momentos en los que Tinkur no miraba, tomaba ligeros sorbos a un vaso de zumo de cereza.
LAZIRA: ¡Qué bien se servirlos!
La calma de Lazira desapareció. Tras el portazo en la puerta principal, Mizvara bajó las escaleras con pisotones marcados, sin disimular el llanto. Desequilibrada en el ritmo, corrió hacia la barra. Ambas hermanas se llevaron las miradas del bar, especialmente, de Tinkur.
LAZIRA: ¿Qué te ocurre?
Lazira traspasó la barra y abrazó a Mizvara.
MIZVARA: Soy una inútil de mierda.
LAZIRA: ¡Eh!¿Por qué dices eso?
MIZVARA: No entiendo las clases. Ni sé por qué temas vamos.
LAZIRA: ¿Quieres que hable con alguien para que te pueda ayudar?
MIZVARA: Se han reído de mí. Da igual lo que haga.
Kizmir subió desde la planta baja, curioseada y asustada por los llantos de Mizvara. Las miradas del bar cambiaron de lugar. Tinkur se levantó de su habitual mesa y realizó aspavientos en el aire.
TINKUR: ¿Qué haces aquí arriba?¿Tú eres tonta o qué te ocurre?
Kizmir sintió las miradas desde arriba, en 360 grados, con excesiva nitidez y saturación. Oía risas, pese a que nadie abriera la boca. Notó frío en la piel, aunque la calefacción radiara por toda la estancia.
KIZMIR: Me había preocupado por...
Kizmir selló los labios, parpadeó lentamente, dio la media vuelta y se perdió por las escaleras. Lazira y Mizvara se distanciaron para evitar una futura reprimenda de TInkur.
ESTÁS LEYENDO
YvY
FantasyUn brillo recorre el mundo, aunque siempre permanece oculto entre flores, aves o corazones humanos. La familia Neupanoppen vive en Babiloppen, un poblado disperso y alejado de las civilizaciones modernas. Todos tienen en su poder el brillo, desde el...