Capítulo 18: Favores

6 0 0
                                    

A una decena de kilómetros del sur de Kanvasi, entre la llanura hierbabuena y las laderas resecas, se erigía la Casa de Arghea. Cien metros de vallas de cedro envolvían jardines naturales frondosos, fuentes rococó, tierras de cultivo, granjas y el hogar central. Este combinaba las columnas neoclásicas con fachadas doradas recargadas y ventanales circulares de vidrios multicolor.

Entre la puerta principal y el jardín de tulipanes, cinco hombres de ternos holgados pardos compartían una mañana de cartas alrededor de una mesa de caoba. Ni siquiera el reciente calor causado por la iluminación ámbar les forzaba a aflojarse las corbatas o a subir la manga de la chaqueta.

THEDEO: ¡Y... pleno! El último del día.

Thedeo cogió la docena de billetes que servían como premio.

THEDEO: Yo no sé cómo todavía no aprendéis a leer mis jugadas.

Un hombre de patillas y barbas avellana fijó sus ojos nácar en Thedeo. Le dedicó una sonrisa sobria y procedió a limpiarse la frente con la mano carente de reloj.

BRAHM: Porque tenemos empresas relevantes. Las cartas son solo un momento de recompensa. Para ti, parecen la vida entera. Cuidado con eso, Thedeo.

THEDEO: El deber y el ocio pueden ir de la mano.

BRAHM: Menos mal que no eres el líder de Arghea.

Thedeo se puso en pie.

THEDEO: Descanso. Entrenad un poco.

Thedeo caminó hacia el jardín de tulipanes. Brahm apareció tras su espalda.

BRAHM: Dije la verdad.

THEDEO: Y yo otra.

Brahm se puso a la par que Thedeo.

THEDEO: El ocio me permite conocer mejor las miserias de Azkir y de Kanvasi.

BRAHM: No lo niego, pero...

THEDEO: Y tengo noticias buenas.

BRAHM: ¿Y te las has callado?

THEDEO: No me merecéis.

Brahm echó una mirada sospechosa al interior del hogar.

THEDEO: Gracias a los apagones y a la guerra en Babiloppen, la comida escasea. Podemos ser unos buenos proveedores de alimento.

BRAHM: El éxito de los apagones me lo esperaba. Lo de Babiloppen, no tanto. ¿Tan arrasada está?

THEDEO: No he ido allí, obviamente. Pero tiene toda la pinta.

BRAHM: Obvias una cosa. Si los del Uzbin se enteran de que nosotros conservamos vegetación natural, nos declararán la guerra también.

Thedeo se detuvo a acariciar un tulipán.

BRAHM: Y dará igual que nosotros manifestemos que estamos en contra del YvY. ¿Quieres que acabemos como Siuvara?

THEDEO: Ese poblado no fue sentenciado por Azkir, sino por la Traidora. Y lo sabes de sobra.

Thedeo resopló.

THEDEO: Me he precipitado. Tienes razón. Lo decía porque considero que sería buena idea establecer relaciones cordiales con la gente de Azkir. ¿Y qué hay mejor que el alimento?

BRAHM: Tendría que ser de modo clandestino.

THEDEO: Exacto.

BRAHM: Habrá que debatir la idea. Al igual que se debatió la de generar los apagones.

YvYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora