Eleanor no recibió respuesta de esa carta, aunque le mandó la dirección y el número de teléfono de su departamento, no hubieron señales de nigún tipo de respuesta, ella había tomado una desición y la había liberado de ella.
Abre la puerta y aparece frente a ella alguien encapuchado con una gorra y lentes de sol, se mete en el departamento en cuanto Leny abre la puerta y es empujada hacía atrás, la persona se mete y cierra tras ella con llave, toma a Eleanor y por fin revela su identidad.
—¿Estás sola?
—Sí.
La toma contra la pared y la besa, es Leny quién la lleva contra la puerta y la sigue besando, es Susan quién toma de nuevo el mando, y la pega más a ella. Se separan agitadas y entonces la rubia ve el motivo por el cual Eleanor no pudo marcharse.
—¿Qué te ha hecho ese animal?
Un moratón en su ojo izquierdo sin maquillar lo suficiente, el labio partido y el gesto de dolor que hizo ella cuando Susan la tomó con fuerza, exponen la reacción de su marido ante la noticia.
—No es nada, desaparecerá en unos días.
—¡ESE HIJO DE PUTA! —la rubia la abraza con fuerza y llora— debí haber venido antes. Vámonos Leny, ven conmigo, trae a tus hijos y ven conmigo.
—No es tan fácil, si me llevo a los niños sin su permiso pueden arrestarme y ahí él tendría razones suficientes para sacarmelos. No quiero perder a mis hijos Susan, y tampoco quiero perderte a ti ¿Porqué viniste?
—Por esto —saca la carta—. Porque desde que volviste y te fuiste de mi casa, no dejo de pensarte y te quiero a mi lado, no puedo perderte de nuevo. No lo haré, no te perderé de nuevo.
Leny la abraza fuerte y Susan acaricia su espalda cerrando los ojos, luego se separan y la rubia pasa el pulgar por el labio partido, lo besa con suavidad, también el moretón en su rostro, la acaricia y la mira a los ojos.
—Odiabas que hiciera esto por carta, asi que por eso vine a decirte en persona. Te amo Leny, aún te amo, y ahora que estás de vuelta no dejaré que nada nos separe. Pagaré el mejor abogado que haya para que puedas divorciarte y tus hijos se queden con nosotras. La vida es demasiado corta como para seguir separadas ¿Confías en mí?
—Sabes que sí, que te confiaría mi vida.
—Entonces dejame ayudarte.
—¿Te das cuenta que te enamoraste de la persona más complicada que pudiste encontrar, en la peor época de la historia, y con la peor situación actual?
—Si hubiera podido elegir de quién enamorarme Leny —sube el menton para que la mire a los ojos— te elegiría de nuevo. Volveré a hablar con mi abogado para que nos ayude y presentes la demanda, por ahora necesito que te saques fotos y juntar evidencia de esto ¿Hiciste la denuncia? —ella niega con la cabeza— no es la primera vez te pone una mano encima ¿O sí?
—No.
—¿Qué más no me has dicho? Necesito saberlo todo —la acaricia suavemente.
Leny mira la hora tienen dos horas antes de tener que ir por los chicos a la escuela y 3 horas antes de que llegue él. Se sientan sin ser capaces de soltarse las manos.
—No estoy estudiando, comencé a hacerlo pero con Louisa tan pequeña, el alquiler, y más que ella nació con un soplo en el corazón y yo no era capaz de producir leche que la alimentara, apenas nos manteníamos a flote. Habíamos logrado estabilizarnos cuándo llegó Tanner y tuvimos que mudarnos aquí con dos niños chicos me era imposible trabajar, y cuidarlos, así que él traía el dinero, yo daba clases de apoyo y con eso nos las arreglábamos.

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Mas que amigas.
Romance¿Cuánto tiempo más se puede guardar un secreto familiar? Los secretos tienen un precio, ellas ya pagaron por el suyo hace tiempo y muchas y muchos antes que ellas ¿Cuánto tiempo más está dispuesta la familia a guardarlos a esconderlos? Ellas, la nu...