14

202 40 1
                                    

Susan espera nerviosa la llegada de Eleanor, le prometió a su hermano que no haría fiestas y le aseguro que se quedaría con su mejor amiga, la que su familia considera la centrada buena influencia.

Tocan la puerta, Susan abre y sin decir nada con un bolso al hombro la castaña entra pasándole por la lado, deja el bolso en el suelo y se sienta en el sillón, comienza a llorar una vez que la puerta se cierra y Susan queda congelada.

—Fue mi culpa, fui descuidada, pensé que había dejado la carta en casa, pero Stinky la encontró, creo que me la robó de la mochila en realidad.

—Ya Leny —la rubia se sienta a su lado— también fue mi culpa por no trabar la puerta.

—¿Cómo es que no estás enojada conmigo? Yo actúe mal contigo todos estos días, estaba furiosa por tu descuido, si él no hubiera encontrado mi carta no hubiera ido a ver dónde estábamos. Fue mi culpa.

—Es que te amo Eleanor, te amo más de lo que podría estar enojada contigo.

—Yo no puedo dejarte Susan, no puedo. Me mentalicé desde ayer, me he sentido enferma de solo pensarlo. En la escuela se me hace muy difícil fingir que no te amo, tenerte cerca. No puedo hacerlo Susan, parecía fácil cuando lo decía tan ligeramente, pero no lo es.

—¿Qué haremos?

—Separarnos delante de él. No puede controlarnos fuera de la escuela, aquí afuera, no estoy dispuesta a dejarte

Por primera vez en toda su vida, Susan experimenta la felicidad, no porque la haga feliz que Eleanor sufriera por no poder dejarla, sino porque a ella se le hacía imposible separarse de ella, como viceversa y eso le dio algo de alivio a su corazón, si a la castaña le costaba dejarla, en alguna medida eso le aseguraba un posible futuro con las dos juntas en el.

—Solo tenemos que aguantar un año más, ya estamos por terminar el año y estaremos más cerca de graduarnos y ser libres. Sino, yo cumplo primero los 18 y siempre tendremos mi plan B.

—Esta bien Susi, solo tenemos que aguantar un poco más. Aguantemos todo lo que podamos.

—Gracias por no dejarme Leny.

La castaña se acuesta sobre sus piernas y ella acaricia su cabello, hasta que las lágrimas ceden lo suficiente para que se tranquilice finalmente. Susan toma su mano y Leny se sienta nuevamente a su lado, para recibir besos con suavidad y amor, por todo el rostro y luego finalmente llega a su destino y se quede ahí un momento.

—¿Te parece que comamos algo? No soy la mejor cocinera, pero me las apaño.

Leny asiente y caminan a la cocina, mientras la rubia saca los ingredientes y se pone a cortar verduras, la castaña la abraza por atrás y coloca su rostro en su espalda.

—Tengo que decir algo que no creo que suene muy bien, pero es verdad —Susan se tensa—. Tengo la leve impresión de que tú me amas más a mí, de lo que yo lo hago. Te enfrentaste a Stinky, mi golpe de valentía duró muy poco, pero tú fuiste capaz de enfrentarlo. Me preocupa que tenga la carta.

—Para recuperarla tendríamos que entrar en su casa, y si el huele cómo la mierda, no imagino su casa. A todo esto que decía esa carta, ya claramente nunca llegó a mis manos.

Leny se separa de ella, la voltea con suavidad y la mira a los ojos, acaricia su rostro y se pega a ella por la cintura, luego de besarla, habla.

19/09/1971

Susan

Te voy a confesar mi secreto, a veces fantaseo con un futuro en que nuestros hijos nos llamen mamá, a veces de camino a la escuela imagino que somos las dueñas de la casa blanca, que tiene los marcos negros, el jardín grande adelante y el auto negro estacionado afuera, a veces imagino que vivimos dentro de esa casa nuestra historia de amor, que en nuestro refugio y entre esas paredes nadie puede hacernos daño y a nadie le importa con quién compartimos la cama.

Este último año, desde que me besaste de nuevo han sido los mejores meses de mi vida, ser la novia de mi mejor amiga es lo mejor que me ha pasado.

Te amo Susan, te amo con la intensidad del sol, no se compara a tu amor, estoy segura que tu me amas más y no intentes negarlo, yo ya acepte ese hecho irrefutable. Te amo.

E

—¿Te acuerdas textual de lo que decía?

—Memoria fotográfica, por eso memorizo rápido y no me cuesta estudiar.

—Yo sé que me amas y eso me basta.

La besa y sigue cocinando con una gran sonrisa en su rostro, Susan siempre ha imaginado un futuro juntas, pero no sabía que Leny imaginaba lo mismo a veces. Al menos hoy entre esas paredes ellas están juntas, pueden ser ellas, pueden amarse sin tener que ocultar su relación bajo el manto de "amistad".

Terminan de comer y se sientan a ver la tele en el sillón que se hace cama, Susan trae una frazada y cierra bien las cortinas, y la puerta, no quiere que más imprevistos. Vuelve a sentarse acostarse al lado de Eleanor, y lo que empezó cómo uno cariños y besos suaves va escalando en intensidad, ambas quieren pero están nerviosas es su primera vez y no soy unas expertas en los artes del amor, tampoco es cómo que tuvieran a quien preguntarle o una manera de consultar dónde tocar y cómo hacerlo.

—Leny ¿De verdad quieres?

—Tienes la mano dentro de mis bragas, están tocando mis puntos sensibles... —Susan la mira— sino quisiera Reinolds te hubiera apartado.

—Es que no sé cómo se hace, es mi primera vez.

—Y la mía, pero aprenderemos juntas.

La rubia no pierde el tiempo, hace lo que cree que está bien, y siempre asegurandose que la castaña de ojos verdes, este cómoda y no la esté lastimando. Una vez que ambas están desnudas Susan observa a su novia debajo de ella y sabe lo mucho que la desea, lo mucho que la ama y lo mucho que desearía hacerla feliz. Cuándo llega el turno de la castaña para complacer a la rubia, piensa al verla de lo afortunada que es, al tener su primera vez con la primera persona que ha hecho todo en la vida.

Están acostadas abrazadas, Leny acaricia la espalda desnuda de Susan encima de ella, apagaron la tele y solo escuchan su respiración. Leny mira al techo, mientras siente la piel suave de la rubia debajo de la yema de sus dedos.

—Me encanta que haya sido contigo.

—A mi también —responde la rubia—. Hacer esto con la persona que amas, le da un plus ¿Te gustó?

—Sí, aunque estaba demasiado nerviosa cuando llegó mi turno. Supongo que vamos a mejorar con el tiempo. Porque tendremos que repetir.

—La rubia alza la cabeza y sonriendo la besa— Tienes razón, para ser las mejores, hay que repetir. Va a ser aún más difícil estar lejos de ti en la escuela —toma un mechón de su pelo y lo pasa entre sus dedos—. Eres hermosa Rigby, y no lo digo porque estas desnuda debajo de mí, o por lo que hicimos, es porque eres hermosa.

—Lo dices porque eres mi novia y me amas.

—Susan frunce el ceño— Lo digo porque es cierto, la cantidad de veces que estuve que escuchar a imbéciles decir y lo buena que estás y pedirme que hable contigo así salimos 4 en una cita.

—¿Y no te dieron celos?

—Hervia de celos, pero tú estás conmigo, así que los miraba una gran sonrisa y los mandaba a la mierda, diciéndoles ¿Qué te hace pensar que una chica cómo ella te daría una oportunidad? Estás fuera de su liga campeón y yo estoy de novia, sonreía al pensar en ti.

—Me alegra que en mí y no en tu novio falso Scot.

—Scot es igual a nosotras —la mira extrañada— y mi hermano también. Harold se dió cuánta de cómo te miro y me aconsejó cómo evitar hacerlo para disimular. Luego me confesó su verdad y yo le confesé la mía. Me dijo lo bueno de tener a alguien de tu mismo sexo de pareja, es que mamá y papá no sospechan nada de tus "amigos". Llevan en pareja con Scot desde la secundaria.

—Debe ser un alivio tener a alguien con quién poder compartirlo.

—Lo es. Me dijo que también podías confiar en ellos y que cualquier cosa que necesitaramos ellos nos ayudarían.

Permanecieron abrazadas acariciándose hasta quedarse dormidas. El domingo volvieron a practicar, luego de haberse bañado juntas y usar la cama de los padres de Susan, no se pusieron a pensar si era correcto o no, ya que en el calor del momento lo que menos se hace es pensar.

Mas que amigas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora