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La mañana transcurría normal, Tanner se prepara para desayunar para ir a la escuela, Eleanor le prepara unos waffles a él y a Susan una taza de café, con leche de almendras. El niño adormilado come con los ojos a veces cerrados, su madre le llama la atención varias veces.

—Hoy te va a llevar el papá de Marc, apúrate sin olvidarte nada y abre los ojos.

—Tengo sueño.

—Hubieras dormido temprano anoche. Vamos vamos.

Apura a su hijo a salir, lo sube al auto y lo despide en la puerta, al cerrar Susan la abraza y la besa, detrás de la puerta cerrada. La música suena en la radio, la rubia toma la mano de la castaña y se pega a ella para bailar mientras comparten unos besos. La puerta se abre de repente y entra Tanner corriendo, quedando con los ojos abiertos muy grandes viéndolas, todo el sueño que cargaba acaba de disiparse.

—¿Mamá? ¡SÍ, LO SABÍA! ¿Ahora puedo decirle mamá también a Susan? —Se apartan rápidamente, y la rubia se toma el rostro— Louisa no va a creerme.

—David, lo llevaré yo, tengo que hablar con mi hijo —el hombre se despide y ella entra rápidamente a la casa—. Tanner escúchame no puedes decirle nada a nadie, menos a papá o tu hermana, ni hablar de tu abuela.

—Pero porqué mamá, yo quiero que Susan sea mi mamá también.

Eleanor está hiperventilando un poco, así Susan toma el control de la situación. Se agacha y pone el pequeño en su falda, lo besa en la frente y habla con él.

—Escucha mi amor, yo puedo ser tu mamá, pero solamente aquí en casa ¿Está bien? Cuándo seamos solo nosotros 3 y Sharon, es muy importante para mamá y para mí, que guardemos este secreto.

—Pero mamá Susi, porqué —los ojos de la rubia se iluminan y una gran sonrisa brota de ella— no tiene nada de malo tener dos mamás.

—Claro que no mi amor, pero no todos lo tienen que saber, por eso los secretos se guardan, así podrás vivir con nosotras.

—¿Sino me llevarán con mi papá?

—Sí, mí cielo y mamá y yo te extrañaríamos mucho, mucho.

—¿Entonces solo serás mi mamá aquí? —Susan asiente— ¿Y también me dirás hijo ven a comer o hijo vamos que te tienes que bañar? Así, cómo me dice mi mamá Leny.

—Si tú quieres lo haré —le toca con la punta del dedo la naríz.

—Mamá Susi.

—Dime hijo —el niño sonríe.

—Te amo.

—Los ojos de Susan se llenan de la lágrimas, yo también te amo, mi amor —lo abraza y llena de besos—. Bueno supongo que es un poco tarde para que vayas a la escuela ¿y si mejor vamos al cine? A esta hora no hay nadie.

—Siiiii —corre a cambiarse el uniforme del jardín.

—No lo consientas tanto, sino tendré que hacer siempre de policía malo.

—La rubia se para, abrazándola y la besa— Es el día más feliz de mí vida, nuestro hijo, me acaba de decir mamá.

—Lo eres, siempre lo has sido ¿Recuerdas cuando soñábamos con un día así? Que nuestros hijos nos dijeran mamá.

—Nos falta Louisa, no creo que ella me acepte nunca.

Eleanor no pudo refutar eso, la verdad es que su hija ni siquiera cree que la quiera a ella que es su propia madre. Su hija mayor es fiel devota de su padre, y él se ha encargado de tenerla siempre de su lado, claro que Leny tampoco ha podido llegar a ella, siempre le ha parecido que entre ellas dos había un mar de distancia, un tormentoso mar siempre en picada.

Se pregunta si tal vez el no haber deseado su embarazo, o no haber recibido con felicidad la noticia influyó de alguna manera en su hija cuando aún estaba en el vientre. Muchas veces se sintió culpable por la desconexión total que sentía con ella, no cómo Tanner siempre sujeto y pegado a ella, siempre buscando su contacto, siempre queriendo tener cerca a su madre.

—Vamos de a poco, no creo que sea buena idea ir al cine ya, él debería estar en clases, y no quiero que nos tomen una foto con Tanner faltando a la escuela, Peter puede usar cualquier cosa para quitarmelo.

—Tienes razón ¿Le tengo que decir yo? —ella asiente, y Tanner viene llegando con una gran sonrisa— hijo, hablé al cine y están cerrados a esta hora, podemos ir después de almorzar ¿Quieres ir con mamá a dejarme al trabajo?

—¡Siiii! —el pequeño grita emocionado.

Al fin pueden ser ellas delante de él, al fin puede llamar a las dos mamá. Ya no tienen que ocultarse, ni contenerse. Ahora Leny entra directamente a la habitación de Susan a dormir en las noches, y se demuestran amor delante de él, quién las mira feliz, dos mamás es lo mejor que le ha pasado. Solo vuelen a ser amigas cuándo está Louisa en casa.

En estos días han notado rara a la niña, está más callada de lo normal y distante. Ambas lo han notado y hablado entre ellas, asi que Eleanor decide que es tiempo de hablar con ella. Hace 5 meses que Peter está de vuelta y su hija que antes estaba contenta de estar con su padre, ya no parece tan feliz.

—Golpea la puerta y entra— ¿Podemos hablar? —la niña asiente y Leny se sienta a los pies en su cama— ¿Pasó algo con tu papá? ¿Hay algo que quieras decirme?

—¿Puedo estar una semana acá y una allá?

—Claro que si hija, esta también es tu casa, Susan te lo dijo. Pero ¿Pasó algo que tenga que saber?

—Papá... él cuando bebé me trata mal, me grita a mí y a la abuela. Me dijo que por mi culpa él había ido preso, por mi culpa y por tu culpa. Yo ya no quiero vivir así con él.

Leny apretó los puños y siente como un volcán de lava surge en su interior, siente la ira nacer en ella. Puede no llevarse bien con su hija, pero sigue siendo su hija.

—Puedo hablar con tu padre si quieres —<<mientras le rebano con una cuchara los huevos>>— tal vez le pasa algo —<<como algún inconveniente de sinapsis neuronal>>— pero mientras tanto quédate aquí conmigo y con tu hermano.

Leny no le llenó la cabeza en contra de su padre ¿Cuántas manera hay para cometer homicidio? Mil maneras ¿Cuántas se le ocurrieron a Leny con su ex? Mil quinientas, sí, en su afan de hacerle escarmentar a ese mal nacido, se le ocurrieron 500 maneras nuevas.

Mas que amigas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora