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Susan llega a casa de viaje sorpresa, pero  la sorpresa se la lleva ella. Llegando del aeropuerto a casa, ve una patrulla afuera de la misma, Louisa llorando abrazada a Leny y Tanner serio al lado de su madre. Ella siente el aire salir de alivio, cuando ve que todos están bien, ahora se pregunta si alguien de la familia de Leny tiene algo. La castaña la ve llegar con unos profundo alivio en sus ojos, el viaje sorpresa fue una buena desición.

—Buenos días oficiales —la rubia pasa y deja las maletas saludando a su familia. Leny entra en la casa con sus hijos— ¿Qué pasó?

—Ven te contaré mientras le preparo un té de tilo a Lou —entran a la cocina— Peter no vino a buscarla porque que tenía que trabajar, lo que no sabíamos es que el "trabajo" era un golpe al banco, la policía llegó cuándo huían, abrieron fuego, él está grave en el hospital.

No son tan crueles para alegrarse por la noticia, están preocupadas por la niña más que por Peter. Susan se acerca a ella con mucha precaución, nunca han sido cercanas y teme su reacción ahora.

—Hola princesa —Lou la mira con lágrimas en los ojos— tu mamá me contó lo de tu padre, si quieres podemos ir a verlo.

—¿De verdad? ¿No lo odias por lo que les hizo?

—Nena —suspira y acomoda un cabello tras su oreja— odiar es un palabra fuerte. No me agrada es verdad, pero es tu papá y tu lo quieres, así que no tengo problema en dejar mi reencor de lado y hacer algo para que te sientas mejor. Porque yo los amo y haría lo que sea para verlos bien.

—¿A mí también me amas?

—Aunque no me quieras, ni me soportes, te amo Louisa.

La niña la abraza fuerte, sabe que no ha sido amable con Susan ni una sola vez y sabe que quizás no merezca que ella la ame, pero quizás cuándo menos lo merece es cuando más lo necesita. Susan la abraza también fuerte y acaricia su cabeza, luego de que se separan, ella le limpia las lágrimas, para brindarle una sonrisa.

Tanner no quiere ir a ver a su padre, de hecho desde que sus padres se separaron él no pasó con Peter ni un solo día, y ellas no lo obligaron. Susan es mucho más una figura maternal, de protección y amor, que lo que su padre ha sido alguna vez.

Al llegar al hospital el peor descenlace posible se hace realidad, Peter murió en el quirófano. Su madre está destrozada y llora desconsolada en la sala de espera. En su ira culpa a Eleanor por haberlo abandonado, por "su" culpa él fue preso, por "su" culpa robó el banco y claro que por "su" culpa ahora está muerto. Leny no la juzga ni mucho menos, entiende que ella esta sufriendo, pero sabe que cada mala desición que tomó Peter, lo llevaron a dónde está hoy, muerto, ella no tuvo nada que ver con los acontecimientos que desencadenaron sus desiciones.

—Maldigo el día que él se fijó en ti Eleanor Rigby, lo maldigo. No quiero volver a verte ni a ti, ni a ninguno de tus malditos hijos.

Esa es la gota que rebalsa el vaso y su empatía acaba de agotarse, como dije, se pueden meter con cualquier cosa, menos con sus hijos. Toma a su ex suegra y la empuja hasta una habitación.

—Escúchame bien una cosa Corine. ¡Tu hijo tomó sus desiciones! ¡Esto pasó porque criaste a un cretino, imbécil, golpeador, borracho y ladrón! Así en parte, en gran parte, es tu culpa. No te metas con mis hijos Corine, no sabés de lo que soy capaz por ellos.

—Si está en su sangre, uno de ellos será igual a Peter y deseo que sufras lo que yo estoy sufriendo.

—Olvidas que también tienen mi sangre.

Sale dando un portazo, toma a su hija y su mujer para salir de ahí, la niña llora pero no le dice nada a su abuela, la verdad que sin su padre ya no hay un nexo que la una a ella.

De este evento van a pasar años, la única que extraña a Peter es su hija.

1992

Louisa tiene 16 y Tanner 14, ambos siguen siendo opuestos en todo. Tanner entró al equipo de baloncesto y Louisa pierde el tiempo con malas juntas, fiestas, alcohol y vicios. Ella supo a los 10 años que su mamá y Susan son pareja, lo sospechaba desde hacía tiempo, no es tonta, como no tiene a dónde ir ella simplemente tuvo que guardar el secreto. Pero ya está harta de las normas se esas dos.

Eleanor se mudó, pese a la insistencia de Susan para que no lo hiciera, pero hay demasiados rumores donde para aplacarlos Susan tuvo que casarse con Scot, es lo que le recomendó gente del círculo, Hollywood no es tan open mind, y la gente por estos años tampoco. Pero ellos han decidido fingir una relación, les conviene de pantalla a ambos y Susan como ya dijo una vez no se casará con nadie que no sea Leny.

—¿Sabés dónde está tu hermana?

—No, mamá y tampoco la vi en la escuela hoy. Sigue juntándose con los estúpidos esos de último año. Ya vendrá, siempre llega tarde en madrugada borracha.

—¿Quieres que llame a Marlon? El podría saber dónde está su sobrina, es policía después de todo.

—No, no quiero preocuparlos, pero tengo un mal presentimiento.

—Mamás vayan a acostarse, si ella llega yo las despierto. No es la primera vez que Louisa hace algo así y presiento que no será la última. Vayan a descansar.

Intranquilas y atentas al sonido de la puerta de entrada, miran el reloj, que de la noche pasa a la madrugada. Eleanor se levanta sin despertar a Susan, y se prepara un café, mira por la ventana del departamento, sale afuera, pero no hay novedades de su hija. El sol llega primero asomándose por el horizonte que Louisa a casa.

—¿Que hora es? —se levanta Susan somnolienta.

—Las 7 de la mañana y ella aún no llega. Ve a dormir.

—Si no está acá en una hora, le llamamos a tu hermano. Me quedaré a esperar contigo, quien sabe lo que podrías hacerle cuando llegue.

Eleanor le prepara una taza de café, la besa y se sienta a su lado tomándole la mano. 7:54 se siente el ruido de la llave en la puerta, Leny se levanta y la abre de golpe, para ver a su hija ebria, con olor a humo y tabaco, al abrir vomita en los pies de su madre.

—Perdón, espero que sean tus favoritos porque no creo que esa mancha salga —tambaleándose se mete en casa— mamá Susan —la abraza— que bueno verte. Ella ha estado con un humor de perros estos días por no verte —deja una botella de vodka barato en la mesa— tengo sueño iré a dormir.

Eleanor enojada luego de sacarse las zapatillas y secarse los pies con un trapo, descalza la toma del brazo y la lleva al baño del brazo, para abrirle el agua fría y obligarla a que se espabile. Caer en ese estado a casa, al día siguiente y sin una pizca de vergüenza, saca a Leny de sus casillas.

Louisa grita bajo el agua fría, e intenta zafarse, pero su madre la tiene acorralada bajo el chorro, le dan ganas se vomitar y vomita un poco en la ducha y otro tanto en el inodoro. Susan se para en la puerta del baño con Tanner de 14 años detrás.

—Te terminas de enjuagar y sacarte esa ropa mojada —le pasa por encima. Va  la habitación de su hija y le saca la cerradura a la puerta— te quiero en la cocina en 20 min. Esto se terminó Louisa.

Mas que amigas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora