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Eleanor

—¿Qué es todo esto Leny? ¿Tú y Susan son pareja? Ella ha venido a quedarse a dormir a casa. Mira las fechas de estás cartas ¡ya estaban juntas! —su madre se levanta colerica de la mesa, su padre no la mira—. El señor Stinky se presentó aquí, diciendo tantas cosas aberrantes, tu padre casi lo golpea hasta que mostró una carta de puño y letra tuya ¿Ser mamás? Eso no está bien Eleanor, es antinatural.

—Si lo es ¿Entonces porqué lo siento?

—No es algo de Dios, esto es obra del demonio. No la volveras a ver y demás está decir que no la queremos en casa. El resto de las vacaciones no vas a salir.

—¿Que harán con mis cartas?

—Esto —levanta un puñado y lo arruga— es el menor de tus problemas jovencita. Irás a misa y hablar con el sacerdote, estás confundida Leny, también a un psicólogo.

—¿Una confusión desde los 6 años? Ustedes no quieren verlo, pero yo no soy normal.

—Lo eres y lo seras Eleanor —su padre se levanta imponente frente a ella— no volveras a verla. Te casaras y te entregaré a un hombre, formaras una familia y todo esto quedará en el pasado, guardaremos el secreto. Lo único que podrás conservar serán esas cartas de ella —su esposa quiere negarlo pero él se pone firme— si nos enteramos que vuelvan a verse, quemaremos todo y nos mudaremos si es necesario. El año que viene irás a una escuela diferente.

Leny toma todos los papeles y los guarda en la caja que estaban, entra a su habitación toda revuelta, cierra gritando y llorando, es el fin.

Susan

—Esa chica ha venido a quedarse a esta casa. Te ha ayudado en materias, pero supongo que no solo ha hecho eso ¡¿Verdad?! —su padre está furioso y se nota, su madre también pero ella es más calculadora— ¡NO VAS A VOLVERLA A VER, NUNCA MÁS SUSAN!

—Te cambiaremos de escuela.

—¡NO! prometo que no la volveré a ver, pero no me aparten de ella.

—No es opcional Susan. Me ofrecieron un puesto en Los Angeles, para entrenar un equipo más grande, nos iríamos cuándo terminaras la escuela, pero con todo esto ya no caben dudas de que lo que tenemos que hacer es irnos. Pasado mañana viajaras con tu hermano a la casa nueva, empaca ropa y todo lo que necesites usar, iremos con tu madre la semana que viene cuando terminemos la mudanza.

Susan intenta tomar sus cartas pero la madre aparta la caja.

—Es lo único que me queda de ella, si tengo que luchar contra ustedes para conservar este pedazo de ella, lo haré —su padre asiente y su madre suelta la caja—. Nunca antes he sido unidas a ustedes, y hasta he llegado a pensar muchas veces que ni siquiera les caigo bien. Quiero que sepan que me están alejando de la persona que más he amado en mi vida y los odio por eso.

—Les da la espalda— Eres demasiado joven, te queda mucho por vivir —habla su madre—. No tienes idea de lo que sufren los homosexuales, son cazados como animales, los matan, el mundo no está preparado para eso y nosotros no estamos preparados para perder a nuestra hija. Algún día cuando tengas tus propios hijos, lo entenderás, y algún día nos perdonarás.

La rubia sube las escaleras se encierra de un portazo. Llora mientras lee de nuevo y ordena las cartas de Leny, los papelitos que se dejaron, busca las fotos que escondió en otro lado y guarda todo de nuevo. Pero no se queda en su habitación, al caer la noche ella escapa para ver a su novia. Tira piedras a su ventana y Leny la abre, le hace seña de que baje, pero le dice que es imposible, no sin hacer ruido, y la única manera para bajar es desde la habitación de los chicos.

—¿Qué haces? —susurra Gabe cuando la ve saliendo por su ventana.

—Necesito salir, no digas nada.

—¿Leny es verdad lo que ese señor dijo?

—No sé que dijo, pero es verdad que Susan es mi novia.

—¿La amas? —ella asiente— Está bien, yo te cubro por si mamá y papá van a tu habitación —Gabe se levanta y deja almohadas en su lugar— Leny, hubiera sido una gran cuñada, te veías muy feliz a su lado.

—Gracias Gabe.

—Sube trepando la enredadera, el tercer tablón de la pared está flojo, ten cuidado. Ahora ve, rápido.

Él se va a su habitación y se acuesta en la cama de su hermana tapado hasta las cabeza, sabe que sus padres seguro la vigilan y alguno irá a ver si está en su habitación o duerme. Leny baja despacio y Susan la atrapa para ayudarla a bajar, se escabullen en el pórtico de los señores Hellman que están de vacaciones, y con la llave que le dejaron a los padres de Leny, ambas entran en la casa vacía.

Una vez adentro se abrazan fuerte y lloran, sin soltarse, luego la castaña ve la marca en la mejilla de Susan y explota furiosa, no puede creer que su padre la haya golpeado así. Ella la toma y no la deja ir, la besa y la abraza fuerte hasta que se calma un poco.

—Viajo pasado mañana —dice con la voz entre cortada, ha llorado y gritado tanto en su almohada que está ronca— a mi padre le ofrecieron un trabajo en L.A para entrenar un equipo grande y con esto no queda dudas que tenemos a mudarnos, de todas maneras nos íbamos a ir cuando terminar las clases, la noticia adelanta las cosas.

Leny comienza a llorar con desespero, nunca antes la rubia la había escuchado llorar tan consternada, hasta tiembla sin poder calmarse.

—Te dije que nos separarían —logra decir a duras penas— mis padres van a cambiarme de escuela. Algo que no tiene sentido ahora que no vas a estar.

—Todavia nos queda el plan B.

—¿A dónde iríamos?

—Ahorre bastante, podríamos ir a algún sitio, encontrar trabajo y...

—Aún soy menor ¿viviríamos de qué? Todo era una buena opción cuando teníamos el plan A.

—Si queremos seguir juntas sigue siendo una opción. Yo ya cumplí la mayoría de edad, con lo que he ahorrado, más lo que gané trabajando podríamos mantenernos y seguir juntas ¿No te escaparías conmigo?

—Esto se acabó. Fue bueno mientras duró, pero este es el golpe de la realidad. No nos dejarán estar juntas, lo mejor es que te vayas y hagas una nueva vida en L.A.

—Tienes que estar de broma —se levanta y camina apartándose de ella—. Yo siempre he sabido que te amo un poco más Eleanor, siempre. Pero que me pidas que me vaya y que creas que lo mejor es que me aparte del amor de mi vida —suspira— esta era la salida fácil para ti ¿Verdad? Jamás nos viste un futuro juntas. Mejor me voy —toma el pomo de la puerta.

—No es eso, no es así, no es fácil para mí —la toma del brazo y aparta su mano de la puerta—. Pero quizás, no lo sé. Quizás sea lo mejor.

—Para mí, ningún futuro del que tú no formes parte, es lo mejor —se acerca y la besa—. Te amo Leny, serás el amor de mi vida hasta que mi corazón de el último latido. Te escribiré cartas cómo prometí, las enviaré a la oficina postal, y tendrás que retirarlas de ahí. Si en un futuro podemos estar juntas regresa a mí.

Mas que amigas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora