El juicio por el divorcio y la custodia de los niños comienza. Leny no quiere nada material y eso lo deja explícito en el acuerdo, solo quiere a sus hijos y el divorcio firmado, Peter no está dispuesto a dejarle a Louisa. Pero su próximo arrebato le va a costar la custodia de la niña.
Averigua dónde y con quién está viviendo Eleanor, con su amiguita famosa Susan Reinolds, echo una furia vigila a las mujeres, la casa está protegida con guardias y Eleanor prácticamente no sale, por ende tampoco los niños, una precaución que decidieron tomar para protegerse. Peter parece un león enjaulado, perdió su trabajo cuando Gabe se entera del infierno por el que su hermana estuvo pasando, él quiso matar a su cuñado.
Peter lo había perdido todo, y ya no tenía nada más que perder y ese tipo de personas son las más peligrosas, porque al no tener nada más que perder, se arriesgan sin importarles las consecuencias y eso es lo que este hombre desesperado, va a hacer ahora.
—Hola niños ¿Les gustaría ir a comer y por un helado?
Eleanor va a buscar a Susan al estudio en uno de sus autos, tuvo que llevar a los niños al médico, ya que han estado ambos con fiebre y de paso busca a la rubia.
—Siiii —dice Tanner y su herman ni le responde, ni la mira.
—Bien entonces...
Una mano la toma por la espalda antes de que ella pueda subir al auto y la tira hacia atrás al suelo, un hombre enmascarado, comienza a pegarla a Susan en el suelo, Eleanor se baja y lucha con él sacándoselo se encima, e interponiendose entre él y ella, pero solo logra la furia del hombre, que arremete contra ella, mientras los niños gritan y lloran. Susan una vez de pie grita por ayuda, mientras ambas van contra el sujeto que abre la puerta del lado de Louisa y saca a la niña del auto que intenta sujetarse y grita desesperada, cuando él la mete en su auto. Eleanor se le monta en la espalda y al sacarle la máscara se da cuenta que es su ex marido, el la tira al suelo y ella se le sube al capó del auto, no dejará que se lleve a su hija.
Alguien llamó a la policía y las sirenas no tardaron en parecer, el intenta escapar a toda velocidad con su ex esposa subida arriba del auto, la sirenas se escuchan cada vez más cerca y no tardan mucho en acorralarlo, él frena de golpe provocando que ella caiga hacia adelante y amenaza acelerando con pasarle por encima. Un oficial la quita de en medio, mientras el apuntan y lo obligan a salir del auto.
Louisa llora y grita, llamando a su padre, que se llevan arrestado, el aún esposado intenta resistirse. Su accionar es el peor desenlace para él.
—Estoy bien Leny —la castaña llora tomándole la mano— por favor no llores más.
—No estás bien, nada de esto está bien.
—En eso tienes razón —entra Scot cerrando de un portazo—. Susan te dije mil veces que tenías que alejarte y abrirte de todo esto, ella solo te ha traído dolor y problemas.
—Scoty no voy a discutir contigo esto, ya lo hemos hablado antes y no quiero pelearme contigo.
—Mírate Susan, en la camilla de un hospital, golpeada, con una fisura en las costillas, raspones y hematomas. ¿De verdad ella vale todo esto?
Eleanor quiere levantarse para irse, Susan sabe que si la deja ir, ella ser irá de su vida, conoce demasiado bien a la castaña. Por eso la toma fuerte de la mano y no la deja escapar.
—Scot, te amo y eres mi mejor amigo, pero ella es el amor de mi vida. Dime una cosa, si Harold...
—No lo metas en esto.
—Tú la metiste a ella primero. Si Harold estuviera en la misma situación ¿No harías todo por él?
—Todo tiene un límite.
—¿Cuál es el límite? —Está extrañamente calmada— 11 años perdí a su lado, por un montón de factores. Ni siquiera podemos ser libres de vivir nuestra relación como cualquier hetero y eso lo sabes bien de primera mano —Scot aparta la mirada—. Te amo Scoty de verdad, te amo. Pero no voy a volver a perderla, ella es el amor de mi vida y lo vale absolutamente todo.
—Espero que no te arrepientas Susan —Mira a Leny— y que te quedes y dejes de ser tan cobarde, porque ella también lo vale todo y no dejaré que vuelvas a lastimarla.
Él se va, sabiendo que tiene razón, mucha más razón de la que Susan quiere ver, también sabe que como dijo, tiene que dejar de ser tan cobarde.
Eleanor se levanta, aún tomada de la mano de Susan, para buscar a sus hijos que están en la sala de espera, mientras ella entró un momento a verla.
—Fuiste muy valiente hoy.
—Me volví loca de solo ver su manera de actuar y como de hacía daño, me transformé, sentía que iba a matarlo.
—Por suerte estamos bien.
—Queria llevarse a Louisa, te hizo daño y quizás Scot tiene razón y...
—Eleanor Rigby, si llegas a mencionar que lo mejor sería que no estés en mi vida, voy a enojarme contigo.
Entonces Eleanor se queda callada, coloca una silla trabando la puerta, se acerca y la besa, y besa el golpe sobre su ojo en el rostro, acaricia suavemente su costilla fisurada, la mira y Susan la trae hacía ella besándola nuevamente.
—Te amo Rigby y hoy me demostraste que no eres tan cobarde cómo piensas.
—Debo ir a traer a los niños así nos vamos a casa.
Susan sonríe al escucharla decir eso, pese a que fue un mal día, escucharla decir que va por los niños para ir a casa, le alegró un poco el alma.
Le dan el alta a Susan y luego de declarar frente a la policía, todos se marchan a casa de Susan, fue un día largo y difícil. Pero eso no terminaría ahí, la madre de Peter la llama desesperada pidiéndole que retire los cargos, ella la entiende también es madre, pero Peter hizo las cosas demasiado mal, intento de secuestro, intento de homicidio, agresión, y resistirse al arresto agravó la situación.
—¡QUIERO IR CON MI PAPÁÁÁ! —Grita su hija en el auto y tratan de ignorarla hasta que Eleanor llega a su límite.
Se orilla parando el auto, Susan intenta tomarla pero ella ya ha bajado, dispuesta a darle un escarmiento a si hija. Se saca el cinturón y la baja del auto.
—¡¿Quieres ir con tu padre?! ¡Está preso por querer secuestrarte y casi matarnos! ¡Si quieres ir con él, ya mismo te llevo a su celda, pero no te dejarán entrar y tendrás que ir a parar con tu abuela!
—No quiero ir —comienza a llorar.
—Entonces te callas y dejas de gritar, que hoy ha sido un día difícil para todos y me tienes hasta la coronilla de tus malditos berrinches. Sube al auto muda —la niña se queda parada de brazos cruzados— ¡YA LOUISA, YA!
Su hija se sube y ella le cierra de un portazo, luego toma su lugar de piloto y maneja hasta la casa, todos van callados. Al llegar exhaustos Susan sube a cambiarse la ropa y Eleanor la acompaña para ayudarle a vestirse, pero Susan no la deja y la manda abajo con sus hijos.
Tanner está sentado en el enorme sillón del living viendo tele y Louisa está sentada en la silla de la mesa del comedor.
—Te odio —dice la niña a la espalda de su madre— no me caes bien, yo amo a mi papá y quiero irme con él. No quiero que seas mi mamá, no quiero.
—Lamentablemente para ti, lo soy —ella voltea mirando a su hija que la mira con ira— y lo seré hasta el día que te mueras. Soy y seré tu madre y no hay nada que puedas hacer. Pero si tanto quieres quedarte con tu padre, dejaré que te vayas con él, eso sí, tendrás que venir los fines de semana y tendrás que verme a mi y a tu hermano, quieras o no.
La niña se levanta secándose las lágrimas, por primera vez se la nota más tranquila. Se va sin decirle nada más a su madre. Eleanor pensó mucho antes la posibilidad de que su hija se quedará con su ex, ya que la niña no quiere estar con ella y la convivencia es difícil para todos con su humor y berrinches, pero tendrá que ver en que posición está Peter luego de lo que hizo.
Terminan de cenar y suben a dormír, Leny cierra la puerta de su habitación y llora en la cama, no es primera vez que escucha a su hija decirle que la odia, pero la manera en la que lo dijo ahora y su expresión llena de una ira pura, le destroza el alma. Susan entra a verla y la abraza dejando que ella llore, mientras la contiene.
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Mas que amigas.
Romance¿Cuánto tiempo más se puede guardar un secreto familiar? Los secretos tienen un precio, ellas ya pagaron por el suyo hace tiempo y muchas y muchos antes que ellas ¿Cuánto tiempo más está dispuesta la familia a guardarlos a esconderlos? Ellas, la nu...