Capítulo 10: Día tras día, tras día

178 10 0
                                    

Tyler se había propuesto pedirle a Cassie Miller que fuera su tutora. No se le ocurría nadie mejor que ella para que le explicara aquellos dichosos ejercicios llenos de números. Según el profesor de Cálculo, ella era la mejor alumna, la que mejor nota había sacado y en la que pensó en subir de nivel, así que tenía que ser ella quien le enseñara.

Las siguientes dos horas estuvo pensando en cómo podría decírselo. Coincidían en varias asignaturas sí, pero era bastante complicado pedírselo delante de tanta gente, y entre clase y clase tan solo tenían cinco minutos para ir de un aula a otra. Además, solo habían hablado un par de veces a lo largo de toda su vida, así que sería muy raro abordarla en un minuto para pedirle clases particulares cuando ni siquiera sabía si la joven conocía su nombre, pues todo el mundo lo llamaba Danforth.

Así que, ¿cuál sería el momento idóneo para hablar con su compañera de clase?

De pronto, recordó la conversación que escuchó "sin querer" esperando a la orientadora. Alex Wilson estaba intentado convencer a Cassie Miller para que se apuntara a teatro, ¿lo habría hecho? Si la respuesta era afirmativa, tenía el momento perfecto para hacerlo: a la salida del entrenamiento de fútbol. A esa hora justo coincidía con la salida del resto de extraescolares, entre ellas teatro. Además, ya no habría tanta gente alrededor para cotillear acerca de lo que hablaban.

Justo cuando sonó el timbre anunciando el fin de las horas lectivas, Tyler decidió que, tras el entrenamiento, iría corriendo a la salida del teatro para buscar a Cassie. Si no la encontraba, ya trazaría otro plan, mientras tanto, debía pensar en las palabras exactas que debía decir.

Y eso fue lo que hizo.

En cuanto el entrenador Turner dio por finalizada la sesión, se fue corriendo hacia la puerta de salida del teatro. Ni siquiera pasó por las duchas, ni tampoco se cambió de ropa. Fue directamente con su uniforme y con el pelo sudado. Desde luego sus pintas eran bastante mejorables, pero si quería alcanzarla, no podía hacer otra cosa. Se apoyó sobre la pared y miró el reloj del móvil. Eran las cinco y tres minutos. Esperaba con todas sus fuerzas que el señor Fisher no hubiera terminado antes el ensayo de teatro y todavía estuvieran dentro.

Las cinco y cinco. ¿Se habrían ido? ¿Quizás ella no estuviera en teatro?

De pronto, la puerta se abrió y salió Alex Wilson como un rayo, como si tuviera prisa por llegar a algún otro lugar. Tyler miró por si Cassie iba con él. Casi siempre iban juntos. Cassie, Alex y Emily eran como los tres mosqueteros, no hacían casi nada unos sin los otros, así que le resultó bastante raro no verla salir tras él. Seguidamente, vio cómo salían otros compañeros con los que habría coincidido en más de una ocasión en clase o en los pasillos, pero de los que no recordaba su nombre.

A las cinco y siete minutos, salió Cassie. Sin embargo, no iba sola. Mark Sanders iba con ella hablando muy animadamente.

Mierda.

Se le había jodido el plan de abordarla sola. A ver, esperaba que fuera acompañada de Alex, pero Wilson era un objetivo bastante fácil de quitarse de encima. En cambio, Sanders... Hablaba hasta con las persianas. Sería bastante complicado que no se quisiera unir a la conversación.

Fuera como fuese, Tyler tenía un objetivo y no había salido corriendo del entrenamiento sin ducharse, ni cambiarse de ropa, ni mucho menos llevaba cuatro minutos esperando para rajarse en el último momento.

—Perdona, ¿Miller? —la joven lo miró con los ojos abiertos como platos.

De todas las personas en el mundo en las que podía pensar, nunca habría imaginado encontrarse con Tyler Danforth a la salida de teatro.

Último curso en Westhill RiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora