Era de noche y estaba viendo una serie en su ordenador cuando el timbre de su casa sonó doscientas veces en cinco segundos.
Ni siquiera sabía qué hora era.
Sólo había querido mantener su cabeza ocupada en algo. Algo que no le hiciera pensar en la idea de que todo el mundo estaría en la fiesta de Scott. Bueno, salvo Emily, Alex y ella. Los tres habían prometido no aparecer por aquel lugar, ni siquiera si aquello se incendiaba.
Emily no quería ver a Scott ni en pintura, mucho menos en su cumpleaños; Alex había querido ser solidario con sus amigas (aunque le había costado mucho); y Cassie tenía que hacerlo.
Sabía que, si aparecía en esa fiesta, no sería capaz de ignorar a Tyler.
Sabía que lo buscaría en la multitud y que no soportaría estar lejos de él.
Sabía que lo perdonaría en cuanto él la mirara con aquellos ojos verdes suplicantes.
Por eso, se había apalancado en la cama, esperando a que ese día terminara lo antes posible. Pero el timbre, arruinó sus planes de no levantarse de la cama.
Abrió la puerta y se encontró con un Alex arreglado, preparado para ir de fiesta.
—Vístete, nos vamos al cumpleaños de Thompson.
Alex entró hasta el fondo de su casa y se dirigió hasta la habitación de Cassie.
—¿Qué? ¡No! Habíamos prometido no ir.
—Eso era hasta que he visto Instagram —ella lo miró desconcertada—. ¡Ay, madre! Que no lo has visto.
—No quiero saber nada. He estado todo el día viendo Los Bridgerton.
—Pues mira.
Alex sacó el móvil del bolsillo y se lo plantó a Cassie delante de la cara.
—Te he dicho que no quiero ver na... ¿Esa es Zara Larsson? —dijo sin poder creerlo.
—Sí, querida. El puto Thompson ha contratado a la mismísima Zara Larsson y nosotros no estamos allí.
Cassie se paró un segundo. Su cantante favorita estaba en la misma ciudad que ella, en una fiesta a la que ella había sido invitada y ella no estaba allí. ¿Qué cojones hacía en su casa viendo una serie del siglo XIX? Entonces, se acordó de Tyler. Él sabía que a ella le encantaba aquella artista y Scott, posiblemente, supiera lo mismo de Emily. Por eso la habían contratado. Era una forma de llamar su atención.
Si iba hasta allí era como caer en la tentación del diablo, pero... era Zara Larsson.
—Vamos, coge un vestido y nos vamos a buscar a Emily.
—No. No voy a ir.
—Cass, amiga, ¿te estás oyendo?
—Sí. Estoy segura de que es lo que quieren. Que Emily y yo vayamos. No pienso darles el gusto.
—Porfa, Cass. Hazlo por mí —le suplicó con las manos entrelazadas entre sí.
—Lo siento, Alex. Tyler me ha hecho mucho daño y no quiero darle más razones para hacerlo. Y a Emily tampoco deberías decírselo.
—Pfff —resopló.
—Pero, ve tú y me cuentas qué tal.
—No, amiga. Si tú no vas, yo tampoco. Me quedaré aquí contigo, viendo Los Bridgerton en solidaridad.
—No quiero que te lo pierdas por mí.
—Está decidido —se quitó la chaqueta y la dejó sobre la silla del escritorio—. ¿Llamamos a Emily para que venga y no esté sola?
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Último curso en Westhill River
RomanceEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...