Las clases habían terminado.
Hacía tres horas que el timbre había sonado dando fin a las clases. Todo el mundo se había ido a sus casas a excepción del club de teatro. Y es que, hasta que el musical y el baile no finalizaran, no empezarían las vacaciones de Navidad. O lo que es lo mismo, en cuarenta y ocho horas se olvidarían del instituto durante unas semanas.
Hacía una semana del fatídico cumpleaños de Scott.
Una semana en la que Cassie había estado completamente sola. Se había sentado sola en clase, comido sola en la cafetería, caminado sola por los pasillos... y, aunque a Tyler eso le rompía el corazón, a Cassie eso le había ayudado a pensar. Quizás demasiado.
No podía creer que sus amigos la hubieran traicionado de esa manera. Sobre todo, Emily. Todavía no podía comprender cómo, la que había sido su mejor amiga, había sido capaz de drogarla y haberse callado durante tanto tiempo. Y Alex... Alex lo sabía y había decidido callar, sin pensar en que ella merecía saber la verdad. ¿En qué momento sus amigos se habían vuelto sus enemigos?
Pero, sobre todo, cuando tuvo un poco más de claridad en su mente, se dio cuenta de que Tyler no la había drogado y si aquello era mentira, ¿quién le aseguraba a ella que el resto no lo era también? Sus ojos, sus labios e incluso su cuerpo le habían hablado de una manera muy diferente. Él parecía quererla de verdad, se preocupaba por ella e incluso la defendió en la fiesta delante de todos. Y Cassie se sentía fatal.
Lo había acusado de cosas terribles e incluso ella se las había creído todas. Ni siquiera le había dado la opción de defenderse, pero, ¿cómo podía haber confiado en él si ni siquiera podía confiar en sus propios amigos?
Pero, a pesar de que todo lo que Vanessa hubiera dicho fuera mentira, Tyler sí que era el culpable de haber eliminado su vídeo de Juilliard. Y eso le dolía, pues su sueño se había ido al garete.
En cambio, aquel dolor era bastante más soportable que tener a Tyler cerca y no poder besarlo. Estar lejos de él durante esas semanas se había vuelto insoportable. Por mucho que quisiera tenía que admitir que se había enamorado de Tyler y que no podía vivir sin él. Y aquel sentimiento era mucho más grande que la rabia que sentía por haber perdido su oportunidad en Juilliard. Al fin y al cabo, su plan era ir a la Universidad de Austin y ahora, podría ir a Columbia, un plan que ni siquiera se había planteado y que sería mucho más emocionante que quedarse en Texas.
Por esa misma razón, decidió quedarse por los pasillos del instituto, vestida con su traje negro de chaqueta y pantalón formales, mientras todo el mundo entraba en el teatro. Si Tyler iba a verla, lo encontraría antes de que comenzara el musical y podría hablar con él.
Quizás si se disculpaba por haber creído todas esas mentiras, si le decía que no le importaba ir Juilliard y que quería estar con él, quizás él la perdonaría y volverían a estar juntos. Necesitaba hacerlo antes de que empezara el musical, necesitaba hacerlo cuanto antes, porque no podía esperar ni un minuto más.
—Cass, cielo, ¡estás guapísima! —dijo su tía Anna, que venía agarrada del brazo del entrenador Turner.
—¿Estás nerviosa? —preguntó el entrenador.
—Sí, un poco. ¿Y la tía Grace?
—Ha ido al baño. Dice que no se va a mover de la silla en toda la función.
—Tocas en el descanso, ¿verdad? —Cassie asintió—. Ninguno de los tres nos moveremos del asiento, ¿verdad, Anna?
—Por supuesto.
Cassie no paraba de mirar a su alrededor, pero no había rastro del castaño, ni de ninguno de sus amigos. Sólo divisó a Emily a lo lejos, quien la miró con esa expresión de lástima, como si le pidiera perdón cada vez que la veía.
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Último curso en Westhill River
RomanceEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...