—Bueno, Danforth, no pienses que te has librado de la clase de Cálculo
—mencionó Cassie una vez Lottie se había marchado.—Mierda... Yo pensaba que esta vez me libraría...
—Siento decirte que el lunes sigue habiendo examen.
—Puff... cierto. Pero, pasa. Mi habitación no te va a comer.
Cassie se adentró en la habitación y echó un vistazo rápido a su alrededor. Era completamente diferente a la suya. Para empezar, era más grande, su ordenador era de última generación y tenía varios posters de jugadores de fútbol a los que, imaginó, Tyler admiraba.
—Bueno, por dónde empezamos. Creo que ya te he enseñado todo
—preguntó ella sin saber muy bien qué quería repasar el castaño.—No tengo muy claro cómo hacer este ejercicio —Tyler sacó su cuaderno y le mostró a qué se refería.
—¡Pero si lo hemos hecho miles de veces!
—Pues no sé hacerlo.
—¡Claro que sabes! Solo tienes que confiar más en ti —le dijo mirándole a los ojos. Y Tyler la creyó. Si ella tenía la confianza para creer en él, ¿por qué no lo iba a hacer él?—. No voy a explicarte nada, venga, inténtalo.
Tyler se sentó en la silla que había junto a su escritorio y Cassie se apoyó en el borde de este. Echó otro vistazo a la habitación. Había una cámara réflex en la mesilla de noche conectada a un cable. Siguió la dirección del cable con la mirada, hasta que llegó al ordenador portátil que estaba sobre su cama, abierto. ¿Acaso Tyler era aficionado a la fotografía? Caminó un par de pasos disimuladamente por la habitación, para ver qué había en la pantalla del ordenador. Comprobó que el joven tenía abierto un programa de edición de vídeos. Entonces, recordó que la orientadora del instituto le había recomendado estudiar tecnología y comunicación en Columbia. Quizás era muy bueno en ello y por eso la señorita Williams le había dicho que encajaría bastante con él.
—Tiene muy buena pinta —comentó en voz alta.
Tyler se giró y la miró con los ojos abiertos como platos. Cassie tuvo miedo de haberse entrometido más de la cuenta. Ella no solía contar muchas cosas sobre su vida, ¿por qué él iba a querer contarle sobre su vida? Sin embargo, solo se encogió de hombros.
—Me gusta montar vídeos en mi tiempo libre. Supongo que tenía que tener algún hobby más aparte del fútbol.
—Creo que esto es más que un hobby. ¿Sigues pensando en estudiar empresariales en Stanford? —Tyler asintió—. Pues creo que te equivocas, eres muy bueno con los ordenadores.
—¿Cómo lo sabes? Ni siquiera has visto ninguno de mis vídeos —se levantó de la silla y se colocó a su lado.
—Pues enséñame uno.
—Cuando tú me enseñes cómo tocas el piano.
—Touché —llevaba toda la razón del mundo—. Cuando quieras
—mencionó.—¿Perdona? ¿He escuchado bien? ¿Cassie Miller va a tocar el piano para mí?
—Sí, tocaré el piano, para ti ya es otra cosa... —rio.
—¿Es un trato? —ella asintió. Tyler estiró el brazo y ambos sellaron aquel pacto con un apretón de manos.
—Y ahora enséñame uno de tus vídeos —le ordenó.
—Está bien... —se resignó.
Tyler cogió el portátil y se sentó en la cama. Cassie se colocó a su lado y esperó impaciente a que él le mostrara alguno de sus mejores trabajos.
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Último curso en Westhill River
RomanceEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...