Capítulo 31: Confesiones a medianoche

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—Bueno, ¿y a dónde vamos? —preguntó Cassie intrigada.

Después de toda esa semana, en la que apenas se habían visto y mucho menos hablado, le había sorprendido bastante que Tyler fuera a buscarla. Era cierto que, por culpa de su castigo, no habían tenido clases particulares juntos y que la feria de Halloween le había permitido saltarse algunas clases, pero las veces que se habían cruzado por el instituto tan solo habían cruzado un par de miradas o saludos silenciosos con la cabeza. Cassie llegó a pensar que quizás aquel sería el fin de esa extraña relación que se había forjado entre ellos y en cierta parte, puede que lo agradeciera. Estaba empezando a sentirse demasiado bien a su lado, a sentir la necesidad de querer hablar con él todo el rato o de buscar su mirada entre la gente, y aquello no le gustaba. Era confuso no saber qué sentía por él. ¿Amistad? ¿Compañerismo? ¿Cariño? ¿Amor? No. No. Aquello último no era posible. Pero, aquellos ojos... esa sonrisa... empezaban a confundirla y no quería sentirse así, por ello, pensó que, si era el fin de su relación, sería lo mejor.

Sin embargo, cuando lo vio acercarse hasta la mesa y pedirle dar una vuelta, todo se disipó y no pudo evitar sentirse emocionada.

—¿A dónde te apetece ir? Había pensado en ir a los coches de choque. Son una locura —sonrió emocionado.

—¿Y las tazas? —decidió hacerle cambiar de opinión. Los coches y ella no eran grandes amigos.

—¿Estás segura de querer ir a las tazas conmigo? Soy capaz de dar tantas vueltas hasta que la taza salga volando.

—¡Qué exagerado! —rio—. No creo que seas capaz de darle más vueltas que yo.

—¿Me estás retando, Miller?

—Por supuesto, Danforth. Voy a conseguir que vomites hasta lo que comiste ayer —Tyler sonrió sorprendido.

—¿Vamos con esas? Te vas a cagar.

Los dos se echaron a reír y caminaron hasta la atracción. Puede que aquella fuera la primera vez que Cassie se reía en serio aquella noche.

—La feria os ha quedado espectacular. Era difícil superar la que hicimos nosotros, pero está todo increíble.

—Gracias. La verdad es que nos ha costado mucho lograr todo esto
—dijo orgullosa—. Sienta muy bien formar parte de ello.

—¿Te gusta estar en teatro? —preguntó Tyler mientras se colocaban en la fila para entrar en la atracción.

—Sí, nunca pensé que me gustaría tanto, pero me gusta la sensación de pertenecer a un grupo de personas.

—¿Y tus amigos qué son? —bromeó Tyler.

—Idiota. Me refiero a un grupo grande. Las clases de piano siempre me han mantenido bastante alejada de hacer cosas con más gente del insti. Antes éramos sólo el piano y yo, y ahora, al estar en teatro formo parte de algo más grande. Como esto —dijo señalando a la feria.

—Y de hacer nuevos amigos. Como Sanders... —sentía curiosidad por saber qué había entre los dos.

—Sí, Mark ha sido un gran descubrimiento —Tyler puso los ojos en blanco—. Veo que no te cae muy bien.

—Mmm. No. Definitivamente no —sonrió—. Es tan... ¿cómo decirlo? ¿Tonto?

—¿Qué dices? —rio—. Es más majo de lo que crees.

—Me cuesta creerlo —dijo mientras avanzaban en la fila—. Yo tampoco soy de su agrado.

—Luego vamos y os presento en condiciones.

—Oh, no, Cass. No me hace falta, puedo sobrevivir sin ser amigo de Sanders y creo que él también. ¿O es que hay algo entre vosotros?

—¿Entre Mark y yo? No, no —Tyler la miró sorprendido—. Es un poco...

Último curso en Westhill RiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora