Capítulo 12: Cuestión de números

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Llevaba quince minutos esperando en la biblioteca y Cassie estaba empezando a cansarse.

Había salido a toda prisa de teatro para ir hasta la biblioteca y estar allí a la hora acordada. Cassie no soportaba que le hicieran perder el tiempo, mucho menos el dichoso Danforth. Si ya de por sí no estaba muy convencida de haber aceptado la oferta de ser su tutora de Cálculo, mucho menos le hacía gracia tener que estar esperando. Por su mente pasaron millones de ideas y de circunstancias, entre ellas la posibilidad de que todo hubiera sido un juego y toda aquella insistencia por tener aquellas clases, solo había sido una ocasión perfecta para burlarse de ella y dejarla allí plantada como una boba.

Sobre todo, pensó en levantarse de allí e irse a su casa. Sin embargo, su corazón le decía que debía esperar unos minutos más para darle el beneficio de la duda. Decidió sacar de su mochila el libro de Inglés y hacer el par de ejercicios que tenía que hacer. Ya que estaba perdiendo el tiempo, al menos lo emplearía en algo útil.

No tardó mucho en acabar los ejercicios. Miró el reloj y decidió que ya había esperado el tiempo suficiente. Guardó todas sus cosas en la mochila y se maldijo a sí misma por haber sido tan tonta de creer a Danforth y sobre todo de haberle dado la oportunidad de aparecer, incluso veinte minutos después de la hora acordada.

Justo cuando se levantó y colgó la mochila sobre su hombro, las puertas de la biblioteca se abrieron y apareció Tyler Danforth. Estaba muy fatigado y su pelo estaba revuelto y mojado, como si acabara de salir de la ducha.

—Danforth, llegas demasiado tarde.

—Perdón, perdón —dijo sin aliento y tirando la mochila al suelo. Se sentó de golpe en la silla que había al lado de Cassie—. Sé que es súper tarde, pero, porfa, Miller, no te vayas.

Estaba reventado del entrenamiento. El entrenador Turner no había tenido piedad con ellos, ni siquiera tras su victoria. Les había entrenado bastante duro para seguir siendo los mejores. Además, al cansancio, se le añadía que era lunes. No le apetecía mucho suplicar a la morena, quien lucía bastante enfadada, pero la necesidad de aprobar Cálculo no le daba lugar a hacer otra cosa.

—Llevo veinte minutos esperando y tengo cosas más importantes que hacer que estar aquí esperando a que decidas aparecer.

Tyler dio un trago largo de la botella de agua que llevaba en la mano y asintió.

—Tienes toda la razón, Miller. Debería haberte dicho el otro día que, al salir de entrenar, entre que me ducho y me cambio, tardo unos quince minutos.

—Veinte...

—Bueno, hoy se me ha hecho un poco más tarde, el resto de días sería retrasar la hora en quince minutos, nada más.

Cassie lo miró.

Aceptar el acuerdo suponía perder quince minutos más de su tiempo. De hecho, pensó en que podía hacer ese rato. Una buena idea sería adelantar el estudio en la biblioteca, mientras le esperaba; sin embargo, se le ocurrió una mejor. Si le pedía ese tiempo al señor Fisher para tocar el piano a su aire, quizás el profesor aceptara. Y sin duda, no encontraba una mejor manera de invertir su tiempo que practicando melodías complejas en el piano.

—Te pagaré ese tiempo extra, pero necesito las clases —la morena miró sus ojos suplicantes y no tuvo más remedio que aceptar.

—Danforth, no quiero que me pagues ese tiempo...

—Vale, pues, ¿qué te puedo ofrecer?

—Nada.

Tyler abrió los ojos de par en par. No esperaba aquella respuesta.

Último curso en Westhill RiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora