No había conseguido pegar ojo en toda la noche.
No podía parar de revivir una y otra vez el beso que se había dado con Tyler. Y es que para qué engañarse, había sido perfecto. Era cierto que había pensado un par de veces cómo sería probar sus labios, pero sin duda, aquello había superado todas sus expectativas.
Sin embargo, la sensación que la embriagó cuando se besaron, le hacía sentirse al borde de un abismo. Era una sensación en la que todo a su alrededor desaparecía y nada importaba, donde las agujas del reloj se detenían y el mundo dejaba de girar. Una sensación algo conocida para ella, una que sólo sentía cuando tocaba el piano. En cambio, en lugar de estar ella y el piano solos en ese universo, aquella vez sólo estaban Tyler y ella. Y eso no la asustaba, la acojonaba, pues aquel "universo" en el que se metía cuando tocaba el piano, era su espacio seguro. Y si ahora le ocurría eso con Tyler, ¿significaba que él sería un espacio en el que sentirse segura?
No sabía cómo se sentía, pero estaba convencida que la palabra "segura" no era la adecuada. "Vértigo" e "incertidumbre" se acercaban más a la sensación que estaba alojada en su estómago. ¿Qué iba a hacer cuando lo viera en el instituto? ¿Se acercaría él a darle un beso o lo tenía que hacer ella? ¿Tenían que actuar como si nada hubiera pasado? ¿Qué cojones debía hacer?
Ni siquiera tenía claro qué tipo de relación tendrían ahora. Estaba claro que ese beso (y el que se habían dado al despedirse en la puerta de su casa) lo cambiaba todo. Ya no eran simples compañeros, ni tampoco amigos. Y no habían hablado nada sobre ello. Sólo se habían mandado un par de mensajes de buenas noches antes de acostarse. Pero, ¿eso qué significaba?
Puede que, tras ese beso, Tyler no quisiera nada más y a partir de ahora la ignorara por los pasillos o, todo lo contrario. ¿Y si la besaba delante de todo el instituto? ¿Qué iba a hacer? ¿De verdad quería ser el centro de todas las miradas como lo había sido Emily cuando empezó a salir con Scott? No, estaba claro que ella no era como su amiga. Prefería mantenerse alejada de los comentarios de la gente, porque Cassie no era la clase de persona que bajaba la cabeza y aguantaba toda clase de palabras insultantes, ella no permanecería callada ante cualquier comentario que hiriera un mínimo sus sentimientos. Si quería ir a una buena universidad, meterse en problemas no era una opción.
—¿Estás bien, cielo? —preguntó Anna consiguiendo que Cassie saliera de su mundo.
—Sí, ¿por?
—Porque llevas tres horas con la tostada en la mano y no has probado bocado —comentó.
—Es que no tengo mucha hambre —dejó la tostada casi intacta sobre el plato.
—Cass, cielo, ¿pasó algo ayer con Tyler?
—¡¿Qué?! ¡No! —contestó alarmada.
¿Es que su tía se había dado cuenta de algo? ¿O los había visto en el porche besándose? Sabía que sus tías la espiaban por la ventana en más de una ocasión, y más aún si se trataba de un chico.
—Vale, vale —levantó las manos a modo de defensa—. Es sólo que estás muy rara desde anoche.
—Es sólo cansancio.
De pronto, el atronador sonido de la bocina de un coche retumbó por toda la casa. Ambas pegaron un brinco desde la banqueta de la cocina, incluso la tostada de Anna se cayó de golpe contra la mesa. Sin duda, ninguna esperaba aquel repentino sonido.
—¿Qué cojones...? —Anna se bajó de la banqueta dispuesta a acercarse a la ventana—. ¿Crees que Tyler haya venido a buscarte? —preguntó emocionada corriendo las cortinas de la ventana de la cocina.
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Último curso en Westhill River
RomanceEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...