La cabeza de Cassie iba a explotar.
Llevaba todo el día dándole vueltas a todo lo que dijo Vanessa. Le parecía increíble creer que Tyler fuera así, que todo lo que habían vivido era mentira y que ella sólo había sido el objeto de sus burlas. Si todo era cierto, sus besos, sus citas e incluso sus clases particulares serían mentira. Una mentira muy cruel.
¿Tyler sería capaz de hacer todo aquello? ¿De verdad se había enamorado de alguien tan malvado?
Su corazón le decía que no, que sus ojos no podían haberla engañado.
En cambio, Vanessa sí que guardaba veneno en su interior. Lo más seguro era que los hubiera visto juntos, felices, y no había podido soportarlo. Seguro que se lo había inventado todo, sólo para conseguir separarlos.
Pero... el veneno que había soltado de Alex era cierto y la parte de Emily y Scott también parecía cierta, entonces, por lógica, ¿lo suyo también?
Resopló.
Salió a la cocina y cogió un vaso de agua. Necesitaba ocupar su mente en alguna cosa. Desde que había llegado a casa, aquello se había vuelto insoportable. Incluso aún más que en el instituto. Algo que parecía bastante difícil de superar, pues cada vez que veía a Tyler, la voz de Vanessa resonaba en su cabeza.
No sabía cómo mirar a Tyler y que en su mente no aparecieran miles de dudas. Había estado sentada a su lado en la clase de Cálculo y había sido raro. Demasiado. Al menos para ella. Cada vez que la miraba, le sonreía o la acariciaba, Cassie no podía evitar sentirse extraña y preguntarse si lo hacía de verdad o fingía para seguir con su juego.
La duda estaba sembrada y fuera o no cierto, ella no podía vivir con ella.
Se fue a su habitación e intentó centrar toda su atención en el piano, pero no pudo.
De pronto, hubo algo que volvió a su dispersa mente. Al día siguiente, acababa el plazo para enviar la pre-audición a Juilliard. Tyler le había prometido que le entregaría el vídeo justo a tiempo, pero no había ni rastro de él.
Entonces, tuvo un impulso. No podía permanecer más tiempo allí sentada, esperando a que el mundo resolviera todas sus dudas. Si quería saber la verdad, lo tenía que hacer ella misma y sólo había una manera de descubrirlo.
Cogió su chaqueta y salió al porche, dispuesta a montarse en la bici y pedalear hasta llegar a casa de Tyler para enfrentarse a la verdad.
Durante el camino, en más de una ocasión, tuvo el impulso de dar media vuelta y volver a casa. Pero, no había llegado hasta allí para salir corriendo. Si había algo en lo que estaba convencida, era que no era una cobarde.
Llamó al timbre y esperó a que le abrieran la puerta.
—Hola, Cassie —saludó Lottie.
Cassie maldijo un poco en su interior. No esperaba que la pequeña estuviera en casa y mucho menos que le abriera la puerta.
—Hola, cielo. ¿Está tu hermano en casa?
—Sí, Ty está arriba, en su habitación.
—Genial.
Lottie la dejó pasar y cerró la puerta de casa. Cassie miró a su alrededor. Al parecer, estaban ellos solos.
—¿Te apetece algo de comer? Papá siempre dice que ofrezcamos comida a nuestros invitados —dijo la rubia.
—No, cielo. Estoy bien.
No sabía muy bien qué hablar con ella. Había ido hasta allí con un objetivo y Lottie no entraba entre sus planes. No podía distraerse, pues de lo contrario, nunca se enfrentaría a la verdad.
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Último curso en Westhill River
RomansaEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...