—¿Tú también te gradúas este año? —preguntó Richard, mientras comían la exquisita lasaña que este había preparado.
—Sí, Ty y yo compartimos algunas clases —ahí estaba otra vez el "Ty". ¿Es que acaso ella se estaba acostumbrando a llamarlo así? Y es que sonaba tan bien de sus labios...
—Oh, ¿y qué quieres hacer el año que viene?
—Va a aplicar para Juilliard, ¿verdad? —intervino Tyler.
—¿Eso no es un conservatorio de música? —comentó Lottie. Cassie asintió—. ¡No me digas que eres una bailarina famosa! —la joven negó con la cabeza—. Ay, madre. Eres cantante.
—No —rio—. Toco el piano.
—Entonces eres pianista.
—Digamos que sí.
—Oh. ¿Eres buena? —preguntó curioso Richard.
Miró a Cassie y después a Tyler. Este último se encogió de hombros, pues después de todo, no la había escuchado tocar nunca una pieza. Quizás, ahora que él le había enseñado sus vídeos y tras la promesa que le había hecho, debía empezar a insistirle para que tocara algo al piano.
—Eso dicen.
—Pues seguro que lo eres. En todos mis hoteles hay un piano para que los huéspedes escuchen algo de música, no hace falta decir que estás invitada a ir y tocar en cualquiera de ellos.
Tyler se fijó en Cassie. Le brillaban los ojos. Era como si a él le hubieran dicho que podía jugar un partido con los Kansas City Chiefs. Después de haber visto el teclado de su habitación, Tyler supo que tocar en un piano de cola debía ser como un regalo caído del cielo.
—Muchas gracias —dijo tímidamente.
—Estoy seguro que te irá muy bien en Juilliard. Tyler estudiará empresariales en Stanford, ¿verdad?
—Sí —respondió tímidamente.
Cassie no quiso intervenir, pero si el señor Danforth hubiera estado atento a la mirada incómoda de Tyler, se habría dado cuenta de que su hijo no quería estudiar aquello y que si lo hacía no iba a ser feliz.
—¿Y tú qué quieres estudiar Lottie? Sé que te quedan unos años, pero...
—Modelo. Quiero ser modelo como mi madre.
Richard Danforth se atragantó al escuchar a su hija. Tyler abrió tanto los ojos que parecía que se le iban a salir. Ambos sabían que a Lottie le gustaba mucho la moda y que había sacado ciertos gustos como su madre, pero nunca había pronunciado que quería dedicarse a ello profesionalmente. Aunque, Tyler se relajó un poco, pues sabía que quedaban varios años hasta que la pequeña de los Danforth llegara el momento de elegir una carrera; Richard se quedó intranquilo para todo el día.
—Quiero viajar por el mundo, llevar vestidos elegantes y maquillarme como una de esas modelos que salen en la televisión —confesó—. Mamá consiguió todo eso, así que yo también lo haré.
—Guau, veo que lo tienes muy claro.
—Sí.
—Bueno, ¿qué queréis de postre? —preguntó el señor Danforth levantándose de la mesa. Estaba claro que aquel tema lo incomodaba bastante y quería que acabara en ese momento—. Hay tarta de chocolate y helado de vainilla.
—Yo quiero tarta —respondió a toda velocidad Lottie.
—Yo helado.
—¿Cassie?
—Oh, emm, helado también. Me encanta la vainilla —Tyler la miró y sonrió. No sabía que ambos compartían el mismo gusto por el sabor de helado.
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Último curso en Westhill River
RomansaEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...