Diciembre.
Diciembre solía ser uno de los meses que más le gustaban a Tyler, junto con julio y agosto, pues se acercaba el final de las clases, se respiraba el ambiente navideño en cada rincón de la ciudad y, además, celebraban el cumpleaños de Scott. También conocido como la fiesta más épica del año.
En cambio, aquel último mes del año fue una completa tortura para él. Concretamente, desde que Cassie había ido a su casa para soltarle todas aquellas locuras.
¿En qué momento pensó que él podría haberla hecho tanto daño?
Estaba claro que alguien le había contado todas aquellas mentiras y ella se las había creído. Le dolía muchísimo que ella pensara que él fuera capaz de haberla hecho todo aquello, pero el hecho de que su vídeo de Juilliard se hubiera borrado mágicamente de su ordenador, no le ayudaba mucho a conseguir que ella lo creyera. No sabía cómo, ni cuándo, lo único que sabía es que no había ni rastro de su vídeo ni todo lo que él había montado para entregárselo.
Y él se sentía como una completa mierda.
No tenía ganas de hacer nada y le costaba respirar. Sentía como si una parte importante de su cuerpo hubiera sido arrancado de cuajo y no hubiera podido hacer nada para evitarlo ni solucionarlo. Y Cassie no lo hacía mucho más fácil.
Había intentado hablar con ella miles de veces, pero era imposible.
Siempre iba acompañada de sus amigos y ni siquiera lo miraba a la cara.
Por los pasillos lo ignoraba, en clase de Cálculo había vuelto a sentarse con Sparks y por supuesto, no había aparecido en la biblioteca para su clase semanal de Cálculo. Incluso había ido a Rosie's para hablar con ella y Cassie lo trató como un cliente más, como si entre ellos nunca hubiera pasado nada, como si ni siquiera lo conociera.
Y eso lo mataba.
Su ignorancia le dolía más de lo que nunca pudo llegar a imaginar, pero lo que terminaba de matarlo era la manera en la que lo miraba. Sus ojos intentaban demostrarle desprecio, pero tras ellos se escondía una profunda tristeza. Y, aunque esos sentimientos le dieran algo de esperanza, ella no sería capaz de perdonar todas aquellas cosas que él no había hecho.
Por ello, Tyler sabía que tenía que averiguar quién había sido la persona que le había mentido de aquella forma tan cruel, sólo para que acabaran con la relación tan bonita que tenían.
Y entonces se le vino un nombre a la cabeza.
Una tarde, al salir del entrenamiento, sin ni siquiera ducharse antes, esperó junto al aparcamiento para enfrentarse a la única persona que lo odiaba tanto como para conseguir que Cassie se alejara de él de esa forma.
—¡Sanders! —le gritó en cuanto lo vio salir.
Mark se giró y miró a Tyler con esa cara que tanto odiaba. Una que le hacía parecer superior a él.
—Danforth, no tengo tiempo para tus tonterías, así que déjame en paz.
Sacó sus llaves y se dispuso a abrir su coche.
—Ni de coña te vas de aquí sin mirarme a la cara y decirme qué cojones te he hecho para que seas tan capullo.
Mark cogió una bocanada de aire y suspiró.
—Si vienes buscando pelea, tienes a todo tu equipo de fútbol para hacerlo. Lárgate a pegarte con ellos.
—El que ha empezado todo esto has sido tú.
—No sé por dónde vas, ni me interesa.
Mark abrió la puerta de su coche, pero Tyler la sujetó con su mano.
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Último curso en Westhill River
RomanceEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...