Capítulo 29: El examen de cálculo

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—¡¿Me estás diciendo que alguien podría haberte echado algo a la bebida?! —dijo escandalizado Alex al escuchar todos los detalles de la fiesta de Ryan.

—No. No sé. Pero es todo muy raro, ¿no?

—A ver si crees que solo bebiste ponche y una copa de cerveza, sí, es todo muy raro —Alex mordió la manzana de su comida.

—Estoy convencida de que no bebí nada más.

—Entonces, ¿crees que Danforth te engañó con el ponche? —dijo esto en un tono más bajito. Puede que en la cafetería hubiera mucho ruido, pero también habían oídos por todas partes.

—No lo creo. Yo vi cómo él bebía lo mismo que yo y a él no le pasó nada.

—Entonces, amiga, solo queda una opción. Alguien te echó algo en el vaso y lo que cogiste, no fue una borrachera, precisamente —Cassie resopló—. Y eso, querida, tenemos que averiguarlo.

—No sé. Estoy muy confundida, ¿sabes? No debería haber ido a esa fiesta —se arrepintió mientras removía el tenedor en su ensalada César.

—Oh, claro que sí. ¿Si no quién me iba a contar todos los cotilleos? Si Danforth te vuelve a invitar, le dices que sí y me llamas —Alex miró a su alrededor—. Eso sí, la próxima vez vigila muy bien tu vaso. Alguien de aquí quiere envenenarte. Tendré que poner en marcha mi alerta James Bond.

—¡Qué bobo eres!

—Apuntaré todos los detalles que me has contado e investigaré qué personas estuvieron en la fiesta.

—¿Todo el insti?

—No, querida. Yo no estaba allí, así que todo el insti no. Además, no todo el mundo se acercó a ti y a tu copa. Tú déjame a mí y te diré quién ha sido la mente perversa que te ha engañado.

Alex tenía razón. Investigar un poco e intentar averiguar quién la quiso sabotear y por qué, no era una mala idea. Aunque, si era sincera, aquello era imposible de descubrir, pues en aquella fiesta había mucha gente, mucho ruido y la mayoría no tenía los cinco sentidos puestos.

—No. Me. Lo. Puedo. Creer —la manzana de Alex rodó por la mesa y su boca se mantenía abierta, al igual que sus ojos, a punto de salirse de las cuencas.

Cassie miró hacia dónde su amigo dirigía su mirada y descubrió que Alex no era el único ojiplático en la cafetería. Todo el mundo miraba hacia la misma dirección con la boca abierta. Y sinceramente, no era para menos.

Emily hizo una entrada triunfal agarrada de la mano de Scott, sonriente y con una confianza que nunca habían visto. Estaba reluciente y sin lugar a dudas, diferente a cómo Alex y Cassie la conocían. Detrás de ellos, iban las animadoras. No todas, claro, pero sí las hermanas V y las chicas que formaban parte de su séquito de arpías. Todo el mundo recorrió con la mirada el camino que siguieron hasta sentarse en la mesa en la que Tyler y Ryan estaban sentados desde hacía un rato.

—¿En qué momento...? ¿Qué cojones...? No entiendo nada.

—Se liaron en la fiesta —Alex miró a Cassie algo molesto—. Oh, se me olvidó comentarte ese detalle.

—¿Perdona? Emily se lía con el crush de su vida y, ¿se te olvida comentarme eso? —Cassie se encogió de hombros.

—Ya te he dicho que tengo la mente un poco borrosa —Alex asintió—. Aunque, he de decir que eso lo vi bastante claro.

—¡Qué fuerte, amiga! ¿Y no hiciste foto? —Cassie negó—. A algo así hay que hacer un reportaje fotográfico.

—Estaba demasiado ocupada. Además, yo también aluciné. En mi vida habría pensado que eso era posible.

Último curso en Westhill RiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora